5 Noviembre de 2011

 

INFORME-TESTIMONIO DEL EVENTO OCURRIDO EN LA IGLESIA

DE NTRA. SRA. DEL PINAR, DE Dª MARIA LUISA

 

 

Mi nombre es María Luisa y quiero dar testimonio de lo que considero un milagro del Señor en mi vida.

Ante todo, doy gracias a Dios, por esta experiencia, en la que pude comprobar la protección del Señor y su misericordia.

El hablar de ello, con el tiempo, dejará de ser noticia, pero en mi corazón y mi cuerpo, llevo grabado a fuego, que Dios estaba conmigo en aquellos momentos tan difíciles. Como me han pedido que explique lo que sentí, tengo que remontarme a dos experiencias ocurridas en el tiempo.

Hace 30 años que vine a El Escorial y Amparo Cuevas, se dirigió a mí, después del rosario y me pidió que rezase, y me dijo que la Virgen le había dicho que teníamos que rezar mucho por la humanidad. También me impresionaron sus palabras cuando añadió que yo era una elegida de Dios. Estas palabras me han ayudado en los momentos de prueba, para buscar más la sabiduría que viene de lo alto.

Unos días antes del atentado contra mi vida, de fecha 29 de Septiembre de 2011, estuve en Prado Nuevo y me dijo Emilio que podía tocar el fresno de las apariciones, ya que estaba abierta la reja que lo rodea. Luego me entregó siete estampitas de la Virgen de los Dolores, las cuales pasé por el tronco haciendo la señal de la cruz. Me dijo que me servirían para protegerme.

Eran las 20 horas del jueves 29 de Septiembre y acudí a la celebración de la Santa Misa en la Parroquia de Santa María del Pinar. Nunca imaginé lo que iba a acontecerme aquella tarde y cómo iba a influir en mi vida.

Oí un disparo y gritos. Me volví y me levante de mi banco y frente a mí un hombre con una pistola me encañonaba mientras me sonreía. Por sus ojos de loco pensé que me iba a disparar a bocajarro y que me mataría. Pues la experiencia que tengo que compartir, fue la enorme paz que sentí en el espíritu, mientras me miraba. Me disparó un primer impacto en el tórax y me tumbó en el suelo. Mientras caía, recibí un segundo impacto en el pecho.

Una vez en el suelo, consciente de la gravedad, pensé, no tengo miedo a morir, y sobre todo estando en éste lugar Sagrado, mi alma  irá directamente al cielo. En ese momento, oí una voz en mi oído derecho que me repetía “no te vas a morir” “no te vas a morir” tres o cuatro veces. A mi lado  no había nadie físico por lo que entiendo que el Señor me estaba fortaleciendo.

Me levanté sola, al oír que el asesino se había suicidado y pedí ayuda. La persona que me ayudó y tapaba los agujeros de las balas, se llamaba Jesús, un feligrés de la Parroquia. Mientras llegaban los servicios del SAMUR, una señora, me abanicaba, porque  yo sentía mucho frío por la pérdida de sangre.

Llegué al Hospital y los médicos me tuvieron que hacer dos veces un TAC, porque no podían comprender que las trayectorias de las balas, no me hicieran ningún daño interno. Tenía cinco agujeros de entrada y salida de bala, y una quemadura superficial, producida por una de las dos balas, y los médicos repetían: “No entendemos lo que vemos, es un milagro". En las posteriores consultas, han ratificado que siguen sin entender que esté viva, y no me dañara ningún órgano. Mi recuperación fue meteórica y a los tres días y medio estaba en mi casa y sólo tengo dolores controlables en el tórax.

 A los tres días de salir del Hospital, sentí la necesidad de ir a Prado Nuevo a dar gracias a la Virgen por haberme amparado.

Por último, como dije al principio, esta experiencia tan dura, incrementa mi Fe en el Señor y mi deseo de compartir de su Amor y su Fidelidad.

 

 

 

 

Mª Luisa Fernández

Madrid, 5 Noviembre de 2011