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Mosquitos macho contra la malaria

  • Se ha manipulado al mosquito macho para reducir su descendencia
  • El objetivo es erradicar los insectos en seis generaciones
  • Aún tiene que demostrarse la eficacia en un entorno libre

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Mosquito picando a un humano.
Mosquito picando a un humano.

La erradicación de enfermedades tan extendidas por amplias zonas del mundo como la malaria requiere del esfuerzo de muchas disciplinas: farmacéuticas, políticas, sociales y, por supuesto, biotecnológicas.

Se producen unos 220 millones de casos al año de personas que contraen la enfermedad, de las que mueren unas 600.000. Manipulando al mosquito que transmite al parásito de la malaria se está intentando hacer disminuir las infecciones.

Erradicación de los mosquitos

Un trabajo realizado en el Imperial College de Londres, publicado en Nature Communications, muestra la obtención de mosquitos anofeles machos -el vector principal de la malaria- que en condiciones de laboratorio permite la erradicación de los insectos en seis generaciones.

El trabajo se basa en la actividad de una enzima, la I-Ppol, que es capaz de alterar el equilibrio entre la producción de espermatozoides masculinos (con un cromosoma Y) y los femeninos (con uno X) en la fase de la espermatogénesis de los machos.

En lugar de producirse gametos masculinos y femeninos al 50%, lo que se consigue es que se produzca un ataque selectivo sobre los cromosomas X.

El resultado es que a las hembras solo llegan espermatozoides Y, que, al unirse a los óvulos, tendrán como descendencia solo machos. De esta manera se ha conseguido acabar con la propagación de la especie en un tiempo récord: seis generaciones.

Método más efectivo

El trabajo está en la línea de otros que ya se han probado, como el de soltar machos estériles en zonas donde hay riesgo de transmisión de enfermedades. Brasil soltó hace poco millones de ejemplares de un primo del Anopheles gambiae, el Aedes aegypti, con el fin de acabar con la transmisión de otra enfermedad: el dengue.

Los investigadores apuntan a que este nuevo sistema es mucho más efectivo que el brasileño. La causa es que, con estos machos que tienen los espermatozoides alterados, las hembras satisfacen su instinto de reproducirse, mientras que cuando se encuentran con un ejemplar estéril, al no producirse la fecundación continúan su búsqueda de otras parejas.

El ensayo, sin embargo, aún tiene que demostrar su eficacia en un entorno libre.