Enzo de la Virgen
Bienaventurado Papa Francisco cuando por causa del Señor, eres perseguido, humillado o juzgado, porque de la misma forma lo hicieron con los profetas y con nuestro señor Jesucristo. Que nunca, pero nunca, en nuestros corazones, valga más el pensamiento de los seres humanos, sino el pensamiento de nuestro Padre que está en los cielos. Porque, si nos debe importar lo que piense nuestro Padre de …Más
Bienaventurado Papa Francisco cuando por causa del Señor, eres perseguido, humillado o juzgado, porque de la misma forma lo hicieron con los profetas y con nuestro señor Jesucristo. Que nunca, pero nunca, en nuestros corazones, valga más el pensamiento de los seres humanos, sino el pensamiento de nuestro Padre que está en los cielos. Porque, si nos debe importar lo que piense nuestro Padre de nosotros, en cada área de nuestras vidas, en cada momento, en cada oportunidad de contacto con el prójimo, que siempre prevalezca el amor, y ese don del servicio en la alegría, porque allí esta la santidad. Felices cuando no importa lo que digan algunos de nuestros hermanos de nosotros, sino lo que piense y diga Dios de nosotros. Que en el momento, que vivamos algún tipo de circunstancia donde somos perseguidos o despreciados, (inclusos por algunos que están dentro de la Iglesia), sentirnos bienaventurados, porque todo esta en las manos de Dios que nos ama, y así hicieron con los profetas de nuestro Padre. Aunque solo nos quede exclamar ¡Jerusalén, Jerusalén! ¿Por qué apedreas a tus profetas? Poder con el amor de Dios, perdonar, orar y amar a los que nos odian y desprecian, hasta buscar su bien y salvación.
Meditación: “Yahveh, ¿quién morará en tu tienda?, ¿quién habitará en tu santo monte? El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón, y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano, ni hace agravio a su prójimo; con menosprecio mira al réprobo, mas honra a los que temen a Yahveh; que jura en su perjuicio y no retracta, no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente. Quien obra así jamás vacilará” (Salmo15). “Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo” (Gálatas 1,10). Nuestra meta debe ser agradar a Dios, correspondiendo a su amor, agradarlos con las de misericordia, recordando que sin fe es imposible agradarlo. Procurando estar siempre disponibles y dignos para su servicio.

JESUS LLORA EN GRECIA.
Medjugorje et la Gospa
Otro buen Obispo “dimitido”..esta vez en Francia
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Revelación inédita de la Virgen a Lucia (Fátima)
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La respuesta de esta niña cristiana al odio de ISIS conmueve a reportero árabe
Discipulus

EL PAPA FRANCISCO ES ATACADO POR LA EXTREMA IZQUIERDA Y LA DERECHA EXTREMA

En el Código de Derecho canónico se define el cisma como «el rechazo de la sujeción al sumo pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos» (CIC 751). Ya antes el Código afirma la obligación de permanecer en comunión (CIC 209 § 1).
Enzo de la Virgen
¿Qué dice la Biblia acerca de los Cismáticos que dividen la Iglesia creando Sectas?
La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre:"Porque se han …Más
¿Qué dice la Biblia acerca de los Cismáticos que dividen la Iglesia creando Sectas?

La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre:"Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4), “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 0,16), y revela que los que causan divisiones son burladores que se guían por las bajas pasiones y no por el Espíritu de Dios (cf Judas 0,18-19), de los cuales hay que tener mucho cuidado porque quieren contaminarnos (cf Judas 0,20), es por eso debemos estar alertas y preparados para defender la única fe revelada por Dios (Judas 0,3).

También San Pablo nos ruega que luchemos por la unidad y acuerdo dentro de la Iglesia para que hayan divisiones, rivalidades o sectas (cf I Cor 1,10-11) y reprende a los pretendían crear sectas, con estas palabras: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (I Cor 1,12-13), luego acusa a los sectarios de ser carnales, o movidos por los bajos instintos y añade: "Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano? ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio" (I Cor 3,4-5).

El deseo de Dios expresado en Juan 17,21 es que todos sus seguidores sean unidos, vivan en comunión perfecta, y no existan divisiones o contiendas entre los cristianos, por eso leemos está grave sentencia en el Nuevo Testamento: "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gálatas 5,19-21). Debemos estar muy pendientes, y no dejarnos embaucar, y recordar siempre la advertencia de Jesús: «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21).

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¿Qué debemos hacer frente a los Cismáticos?

Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10), estas palabra de, son un reto para ponerlas en practica, y para llevarles la luz de la corrección a nuestros “hermanos esperados” tenemos que empezar por conocer más nuestra fe Católica, profundizar en el conocimiento doctrinal y bíblico, para ser apóstoles de la verdad de Dios, para la corrección fraterna y para unidad tan requerida por el evangelio de Jesucristo, sin caer en discusiones y polémicas (cf II Tim 2,17; Tito 3,9-11).

Guiados siempre por su Espíritu Santo que nos recuerda: "Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos" (Romanos 16,17-18). Hay que tener cuidado con los que causan o suscitan las divisiones, no ponernos a sintonizar sus manipuladores programas, para cuidar el gran tesoro de la Fe que Dios nos regalo en su infinita misericordia, y debemos mantenernos en comunión con nuestros Obispos y el Magisterio:“Porque el Obispo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). Los creadores de sectas, aparentan conocer mucho la Biblia, pero niegan las verdades reveladas en ella, llevan a sus seguidores a memorizar minúsculos fragmentos, tomados fuera de contexto y a desconocen gran parte de la Escritura, la cual ignoran casi por completo, en cambio en la Iglesia Católica, basta con asistir diariamente a Misa dos años y ya habremos oído toda la Biblia completa, por eso, hay que estar alerta frente las sectas y sus palabras seductoras: “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).

Pero sobre todo tener siempre presente la advertencia de Jesucristo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7,15) y de los escritores bíblicos: “Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio” (I Timoteo 6,3-5).
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Enzo de la Virgen
¿Qué es el Ecumenismo?
Es la acción de buscar, apoyar y propiciar la unidad del Pueblo Santo de Dios, de congregar en unidad de fe y doctrina, a todos los seguidores de Jesucristo, para la perfecta comunión de la Iglesia. Estas iniciativas ecuménicas nacen de la oración de Jesús al Padre en Juan 17,21 donde le ruega: "Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también …Más
¿Qué es el Ecumenismo?

Es la acción de buscar, apoyar y propiciar la unidad del Pueblo Santo de Dios, de congregar en unidad de fe y doctrina, a todos los seguidores de Jesucristo, para la perfecta comunión de la Iglesia. Estas iniciativas ecuménicas nacen de la oración de Jesús al Padre en Juan 17,21 donde le ruega: "Para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado".

Los Concilios Ecuménicos: son la reunión de los Obispos representantes de todos las partes del mundo para, discernir profundizar en las verdades de fe, para corregir las fallas, desmentir las herejías, y procurar la unidad de la Iglesia del Señor. Un ejemplo de concilio lo vemos en el capitulo 15 del libro de los Hechos de los Apóstoles: "Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron para decir que era necesario circuncidar a los gentiles y mandarles guardar la Ley de Moisés. Se reunieron entonces los apóstoles y presbíteros para tratar este asunto. Después de una larga discusión, Pedro se levantó y les dijo: «Hermanos, vosotros sabéis que ya desde los primeros días me eligió Dios entre vosotros para que por mi boca oyesen los gentiles la Palabra de la Buena Nueva y creyeran" (Hechos 15,5-7), en los siguientes versículos vemos como toman una determinación conforme a las Escrituras, en comunión, con la autoridad de Pedro (El primer Papa), y al final se envía una carta o encíclica, a la Iglesia Universal, para aclaración del asunto, y para el correcto orden de la Iglesia y no volver a caer las mismas dudas, por eso a este tipo de decretos en los concilios se les sueles llamar "Dogma de Fe". “Hermanos, os mandamos en nombre del Señor Jesucristo que os apartéis de todo hermano que viva desordenadamente y no según la tradición que de nosotros recibisteis” (II Tesalonicenses 3,6).
Enzo de la Virgen
¿Qué dice la Biblia acerca de los Cismáticos que dividen la Iglesia creando Sectas?
La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre: "Porque se han …Más
¿Qué dice la Biblia acerca de los Cismáticos que dividen la Iglesia creando Sectas?

La Palabra dice en Gálatas 5,20 que aquellos que causan división no heredarán el Reino de Dios, San Judas Tadeo, dedicó su carta bíblica a alertarnos sobre el problema de los sectarios y dice entre otras cosas importantes, que debemos luchar por la fe que Dios entregó de una vez y para siempre: "Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura señaló ya para esta sentencia. Son impíos, que conviertan en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan al único Dueño y Señor nuestro Jesucristo" (Judas 0,4), “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 0,16), y revela que los que causan divisiones son burladores que se guían por las bajas pasiones y no por el Espíritu de Dios (cf Judas 0,18-19), de los cuales hay que tener mucho cuidado porque quieren contaminarnos (cf Judas 0,20), es por eso debemos estar alertas y preparados para defender la única fe revelada por Dios (Judas 0,3).

También San Pablo nos ruega que luchemos por la unidad y acuerdo dentro de la Iglesia para que hayan divisiones, rivalidades o sectas (cf I Cor 1,10-11) y reprende a los pretendían crear sectas, con estas palabras: "Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo». ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo?" (I Cor 1,12-13), luego acusa a los sectarios de ser carnales, o movidos por los bajos instintos y añade: "Cuando dice uno «Yo soy de Pablo», y otro «Yo soy de Apolo», ¿no procedéis al modo humano? ¿Qué es, pues Apolo? ¿Qué es Pablo?... ¡Servidores, por medio de los cuales habéis creído!, y cada uno según lo que el Señor le dio" (I Cor 3,4-5).

El deseo de Dios expresado en Juan 17,21 es que todos sus seguidores sean unidos, vivan en comunión perfecta, y no existan divisiones o contiendas entre los cristianos, por eso leemos está grave sentencia en el Nuevo Testamento: "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios" (Gálatas 5,19-21). Debemos estar muy pendientes, y no dejarnos embaucar, y recordar siempre la advertencia de Jesús: «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mateo 7,21).
Enzo de la Virgen
¿Qué debemos hacer frente a los Cismáticos?
Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10), estas palabra de …Más
¿Qué debemos hacer frente a los Cismáticos?

Debemos tratarlos sin ningún tipo de discriminación, Jesús nos habla de la corrección fraterna, recordando que Dios odia el pecado, pero ama al pecador, tratando con nuestro ejemplo y oración que vuelvan a la Iglesia que Cristo edificó, San Pablo nos aconseja: "Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele" (Tito 3,10), estas palabra de, son un reto para ponerlas en practica, y para llevarles la luz de la corrección a nuestros “hermanos esperados” tenemos que empezar por conocer más nuestra fe Católica, profundizar en el conocimiento doctrinal y bíblico, para ser apóstoles de la verdad de Dios, para la corrección fraterna y para unidad tan requerida por el evangelio de Jesucristo, sin caer en discusiones y polémicas (cf II Tim 2,17; Tito 3,9-11).

Guiados siempre por su Espíritu Santo que nos recuerda: "Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos, pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen los corazones de los sencillos" (Romanos 16,17-18). Hay que tener cuidado con los que causan o suscitan las divisiones, no ponernos a sintonizar sus manipuladores programas, para cuidar el gran tesoro de la Fe que Dios nos regalo en su infinita misericordia, y debemos mantenernos en comunión con nuestros Obispos y el Magisterio: “Porque el Obispo, como administrador de Dios, debe ser irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a negocios sucios; sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de sí. Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que contradicen” (Tito 1,7-9). Los creadores de sectas, aparentan conocer mucho la Biblia, pero niegan las verdades reveladas en ella, llevan a sus seguidores a memorizar minúsculos fragmentos, tomados fuera de contexto y a desconocen gran parte de la Escritura, la cual ignoran casi por completo, en cambio en la Iglesia Católica, basta con asistir diariamente a Misa dos años y ya habremos oído toda la Biblia completa, por eso, hay que estar alerta frente las sectas y sus palabras seductoras: “Porque vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades” (II Timoteo 4,3).

Pero sobre todo tener siempre presente la advertencia de Jesucristo: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7,15) y de los escritores bíblicos: “Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas, discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es un negocio” (I Timoteo 6,3-5).
Enzo de la Virgen
¿Es correcto seguir formando barreras que dividan a los cristianos?
Claro que no es bueno, porque es el anhelo de Dios, es congregarnos en un solo rebaño, bajo la guía del único Pastor, por eso nos dice su palabra: "Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma …Más
¿Es correcto seguir formando barreras que dividan a los cristianos?

Claro que no es bueno, porque es el anhelo de Dios, es congregarnos en un solo rebaño, bajo la guía del único Pastor, por eso nos dice su palabra: "Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio" (I Corintios 1,10). Los verdaderos cristianos debemos distinguir en el amor mutuo y al prójimo según la orden de Jesús: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros" (Juan 13,34) por tanto San Pablo, nos pide que nos soportemos unos a otros por amor: “Poniendo empeño en conservar la unidad de Espíritu con el vinculo de paz. Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados (Efesios 4,3-4), compara la Iglesia con el cuerpo, explicando las razones de la unión: “Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo Cuerpo, ya fuéramos judíos o griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu” (I Corintios 12,12-13) y nos pide que todos los creyentes permanezcamos unánimes en un mismo sentir: "Para que no hubiera división alguna en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocuparan lo mismo los unos de los otros" (I Corintios 12,25).