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Efraín
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17- Abuso de la Divina Misericordia, Meditación de San Alfonso María de Ligorio. San Alfonso María de Ligorio nos habla en su meditación 17: "Abuso de la Misericordia Divina", de que debemos temer …Más
17- Abuso de la Divina Misericordia, Meditación de San Alfonso María de Ligorio.

San Alfonso María de Ligorio nos habla en su meditación 17: "Abuso de la Misericordia Divina", de que debemos temer la justicia divina antes de pecar y después del pecado esperar la misericordia divina. El pecador no debe pecar pensando en que Dios es misericordioso y todo lo perdona, porque así se ofende a la misericordia y es cuando Dios ejerce su justicia; si se ofende a la justicia podemos implorar la misericordia de Dios pero no al contrario. Dios maldice al que peca esperando perdón.

Muchos pecadores dicen: voy a pecar y después me confesaré; así pensaron muchos y están condenados, no se debe abusar de la bondad de Dios. Dios es misericordioso, todo lo perdona si hay verdadero arrepentimiento en el corazón del pecador. Pero, el pecador que abusa de la misericordia divina difícilmente encontrará ese dolor por haber ofendido a Dios, su arrepentimiento no será sincero, hará las cosas como algo que debe hacerse para no condenarse, si no hay una verdadera contrición de los pecados cometidos no son efectivas sus confesiones, son mal hechas, debe tener arrepentimiento sincero por haber ofendido a Dios y odiar el pecado. Al menos le ayudaría una contrición imperfecta: que sintiera temor por la condenación eterna, así Jesucristo lo ayudaría a salvarse. Pero ¿puede un pecador endurecido en el pecado tener arrepentimiento sincero o temor de la condenación eterna si hace las cosas en esa forma?... no puede, porque el demonio se apodera de su voluntad y es enemigo de Dios por el pecado, solo la intervención divina podrá ayudarle.

Dios espera para que el pecador se arrepienta de su mal proceder y abandone los caminos del pecado. Él espera mucho tiempo, pero no espera toda la vida del pecador o hasta que el pecador se harte de pecar... esto nunca sucede, más peca. Si ve que el tiempo concedido para enmendarse se agota y que no ha servido para llorar sus pecados, sino al contrario para acrecentarlos, se llega el tiempo de la justicia y entonces castiga, lo hace en dos formas: o envía la muerte al pecador, que así muere sin arrepentirse o bien le priva de las gracias abundantes, con la que le queda podría salvarse, pero sigue pecando y no se salva. Le quita los remordimientos de conciencia, el temor, lo deja sumido en tinieblas, porque ya no fluye la gracia en abundancia y es cuando penetran los vicios. Lo dejará vivir sin castigarle y eso será su mayor castigo, porque no habrá nada de sufrimiento que lo haga recapacitar y dolerse de sus pecados... esta misericordia de Dios es más terrible que cualquier ira. Aquí es cuando vemos que los malos en este mundo prosperan, todo les resulta, no tienen sufrimientos... infeliz de aquél que envidia tal prosperidad y los imita en su proceder.

El pecador que abusa de la misericordia divina, que piensa que puede seguir pecando y después se arrepentirá debe darse por condenado. Si no da frutos abundantes en esta vida, que le sirvan para salvación de su alma, será castigado. Logrará que la divina misericordia se cambie en justicia y sufra su indignación... si Dios le envía la muerte al pecador y éste muere sin arrepentirse aún así será misericordia divina, al no permitir que el pecador acumule más pecados teniendo una larga vida y que su castigo en el infierno sea mas terrible.

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