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Los padres de Chiara Luce Badano la recuerdan horas antes de su beatificación. 25 septiembre 2010. Los padres de Chiara Luce Badano han visto cómo la Iglesia declara beata a su hija. Y no debe ser …Más
Los padres de Chiara Luce Badano la recuerdan horas antes de su beatificación.

25 septiembre 2010. Los padres de Chiara Luce Badano han visto cómo la Iglesia declara beata a su hija. Y no debe ser fácil. Ellos la acompañaron durante sus dos años de enfermedad y su testimonio ha permitido conocer cómo era y cómo vivió.

Chiara nació el 29 de octubre de 1971 en el pueblo de Sassano, al sur de Italia. Quienes le conocieron la recuerdan como una persona alegre y atenta. Desde pequeña perteneció al movimiento de los Focolares y mantuvo una gran amistad con su fundadora, Chiara Lubich.

Pero nadie imaginaba que aquella niña amante de los deportes padecería un tumor óseo. Tenía sólo 17 años, cuando se lo diagnosticaron.

María Teresa
Madre de Chiara Luce Badano

“Cuando volvió del médico vi por su expresión, por su cara, toda su lucha interior. Ella sabía que debía decir sí a Jesús, no sólo en momentos de alegría, sino sobre todo en el dolor. Pero no podía, porque con la vitalidad de los 17 años, ella quería vivir”.

Tras las primeras sesiones del tratamiento perdió el pelo, y comenzaron los primeros periodos ingresada en el hospital.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano
“Pensábamos que sonreía por nosotros. Después la miré a través de la cerradura para saber si era siempre así también cuando ninguno la veía. Y me di cuenta de que siempre era así”.

Un año después se le paralizaron las piernas. Otra dura prueba que tuvo que afrontar en un viaje del hospital a su pueblo natal. Su padre se paró en un bar para tomar un cappuccino pero ella no pudo salir del coche.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano

“En aquel momento se dio cuenta de que no podría andar nunca más. Pero lo dijo así, como si estuviese contando cualquier cosa: 'No caminaré más, está bien'. Y se quedó tranquila”.

La enfermedad avanzaba y decidieron darle morfina para calmar el fuerte dolor, pero ella se negó a recibirla.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano

“Dijo al médico: 'Mauro, no quiero más morfina. Él se quedó sorprendido y le dijo. '¿Por qué?'. 'Porque sólo tengo el dolor para ofrecer a Jesús. La morfina me quita la lucidez y no puedo'”.

Chiara fue consciente de que la enfermedad avanzaba. Antes de morir, habló con todos sus amigos, especialmente los jóvenes que esperaban fuera de su habitación. Entre ellos había muchos miembros de los Focolares.

Después le pidió a su madre que el día de su funeral le pusiesen un vestido de novia como signo de su entrega a Jesús y que la maquillase una chica joven.

María Teresa
Madre de Chiara Luce Badano

“A un cierto punto me hizo una señal para que me acercase. Yo me acerqué y ella con la mano, me revolvió el pelo. Después me dijo '¡Mamá, adiós! Sé feliz ¿eh?, porque yo lo soy'”.

Chiara Luce es la primera persona de los Focolares que la Iglesia beatifica. Eso la convierte en un ejemplo para todos los jóvenes y enfermos.

PVB
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25 septiembre 2010. Los padres de Chiara Luce Badano han visto cómo la Iglesia declara beata a su hija. Y no debe ser fácil. Ellos la acompañaron durante sus dos años de enfermedad y su testimonio ha permitido conocer cómo era y cómo vivió.
Chiara nació el 29 de octubre de 1971 en el pueblo de Sassano, al sur de Italia. Quienes le conocieron la recuerdan como una persona alegre y atenta. Desde …Más
25 septiembre 2010. Los padres de Chiara Luce Badano han visto cómo la Iglesia declara beata a su hija. Y no debe ser fácil. Ellos la acompañaron durante sus dos años de enfermedad y su testimonio ha permitido conocer cómo era y cómo vivió.

Chiara nació el 29 de octubre de 1971 en el pueblo de Sassano, al sur de Italia. Quienes le conocieron la recuerdan como una persona alegre y atenta. Desde pequeña perteneció al movimiento de los Focolares y mantuvo una gran amistad con su fundadora, Chiara Lubich.

Pero nadie imaginaba que aquella niña amante de los deportes padecería un tumor óseo. Tenía sólo 17 años, cuando se lo diagnosticaron.

María Teresa
Madre de Chiara Luce Badano

“Cuando volvió del médico vi por su expresión, por su cara, toda su lucha interior. Ella sabía que debía decir sí a Jesús, no sólo en momentos de alegría, sino sobre todo en el dolor. Pero no podía, porque con la vitalidad de los 17 años, ella quería vivir”.

Tras las primeras sesiones del tratamiento perdió el pelo, y comenzaron los primeros periodos ingresada en el hospital.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano
“Pensábamos que sonreía por nosotros. Después la miré a través de la cerradura para saber si era siempre así también cuando ninguno la veía. Y me di cuenta de que siempre era así”.

Un año después se le paralizaron las piernas. Otra dura prueba que tuvo que afrontar en un viaje del hospital a su pueblo natal. Su padre se paró en un bar para tomar un cappuccino pero ella no pudo salir del coche.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano

“En aquel momento se dio cuenta de que no podría andar nunca más. Pero lo dijo así, como si estuviese contando cualquier cosa: 'No caminaré más, está bien'. Y se quedó tranquila”.

La enfermedad avanzaba y decidieron darle morfina para calmar el fuerte dolor, pero ella se negó a recibirla.

Ruggero Badano
Padre de Chiara Luce Badano

“Dijo al médico: 'Mauro, no quiero más morfina. Él se quedó sorprendido y le dijo. '¿Por qué?'. 'Porque sólo tengo el dolor para ofrecer a Jesús. La morfina me quita la lucidez y no puedo'”.

Chiara fue consciente de que la enfermedad avanzaba. Antes de morir, habló con todos sus amigos, especialmente los jóvenes que esperaban fuera de su habitación. Entre ellos había muchos miembros de los Focolares.

Después le pidió a su madre que el día de su funeral le pusiesen un vestido de novia como signo de su entrega a Jesús y que la maquillase una chica joven.

María Teresa
Madre de Chiara Luce Badano

“A un cierto punto me hizo una señal para que me acercase. Yo me acerqué y ella con la mano, me revolvió el pelo. Después me dijo '¡Mamá, adiós! Sé feliz ¿eh?, porque yo lo soy'”.

Chiara Luce es la primera persona de los Focolares que la Iglesia beatifica. Eso la convierte en un ejemplo para todos los jóvenes y enfermos.

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