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"FARISEISMO"La ley se convierte en un ídOLO" Profesor: Marco Camacho. Mexico D.F. fuente : You tube - RONY AKIKI. PRELEST: AUTOENGAÑO ESPÍRITUAL NACIDO DEL ORGULLO La ley al erigirse como un ídolo, …Más
"FARISEISMO"La ley se convierte en un ídOLO"

Profesor: Marco Camacho. Mexico D.F.
fuente : You tube - RONY AKIKI.
PRELEST: AUTOENGAÑO ESPÍRITUAL NACIDO DEL ORGULLO
La ley al erigirse como un ídolo, que de fondo está sustentada en la adoración de sí mismo, va a dirigirse precisamente, contra la <<fuerza Viva del Amor>>.
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“Jesús lo dice: ‘No entran ustedes y no dejan entrar a los demás. Son eticistas sin bondad, no saben qué es la bondad. Pero sí, son eticistas. ‘Se debe hacer esto, esto, esto...’ Te llenan de preceptos, pero sin bondad. Y los de las filacterias que se adosan tantas vestimentas, tantas cosas, para hacer un poco de cuenta que son majestuosos, perfectos, no tienen el sentido de la belleza. No tienen …Más
“Jesús lo dice: ‘No entran ustedes y no dejan entrar a los demás. Son eticistas sin bondad, no saben qué es la bondad. Pero sí, son eticistas. ‘Se debe hacer esto, esto, esto...’ Te llenan de preceptos, pero sin bondad. Y los de las filacterias que se adosan tantas vestimentas, tantas cosas, para hacer un poco de cuenta que son majestuosos, perfectos, no tienen el sentido de la belleza. No tienen el sentido de la belleza. Llegan sólo a una belleza de museo. Intelectuales sin talento, eticistas sin bondad, portadores de bellezas de museo. Éstos son los hipócritas, a los cuales Jesús reprocha tanto”. PAPA FRANCISCO
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Es muy recomendable todo, pero la parte apartir de 50 min , que habla de la relidad del "tradicionalismo"(fariseos) y el "progresimo"(seduceos) en contra de la apertura del espirtu que lleva el PAPA FRANCISCO.
Un comentario más de malemp
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La invocación de Jesús, o la búsqueda de su Rostro, es precisamente el acto que supera el peligro de la prelest’, del autoengaño espiritual nacido del orgullo.
Para Florenskij, efectivamente, como para la tradición de los padres, el peligro verdadero no está en la materialidad del pecado, sino en el orgullo que no lo quiere reconocer. En este sentido:
«el peligro de la “prelest’ ” o de la falsa …Más
La invocación de Jesús, o la búsqueda de su Rostro, es precisamente el acto que supera el peligro de la prelest’, del autoengaño espiritual nacido del orgullo.
Para Florenskij, efectivamente, como para la tradición de los padres, el peligro verdadero no está en la materialidad del pecado, sino en el orgullo que no lo quiere reconocer. En este sentido:
«el peligro de la “prelest’ ” o de la falsa mística consiste justamente en que cuanto más conscientemente se esfuerza su adepto en ella, cuanto más trabaja sobre sí mismo, peor se vuelve la ascesis para él; sólo una caída vergonzosa puede forzarle a retomar ánimo y a comenzar a deshacer lo que había construido con tantos esfuerzos. Lo mismo que el viajero que se ha equivocado de camino se extravía cuanto más avanza, el asceta que se ha desviado de la vía eclesial perece por su propia ascesis. No es por casualidad por lo que los starcy previenen a los principiantes: “no temas ningún pecado, no temas ni siquiera la lujuria; no temas nada, sino la oración y las mortificaciones”».
Florenskij pone de manifiesto, en una de sus lecciones sobre la concepción cristiana del mundo, cómo la contraposición de Jesús con los fariseos adquiere toda su fuerza trágica precisamente en el hecho de que éstos «eran la mejor parte de la sociedad judía», y la cuestión no estaba en la maldad ni en la hipocresía, que nos hemos habituado, injustamente, a considerar como propias de los fariseos: «toda la fuerza del enfrentamiento de Jesucristo con ellos se incluye en el enfrentamiento de dos justicias: la ley de las obras y la ley de la gracia». El mal, como vimos en el estudio de las raíces espirituales del ilusionismo, estriba en olvidar que la ley es buena en cuanto don divino, en la medida en que abre a la relación con Dios:
«¿Por qué tiene valor el mandamiento, el Sábado? Porque es dado por Dios. Pero imaginaos que me olvido de Dios, dejo de tenerlo ante la vista, de amarlo como Padre, y apego toda mi alma a su palabra, al mismo mandamiento. Entonces éstos se convierten para mí en algo perjudicial, aunque por sí mismos constituyen el bien, y no dejan de ser buenos. Entonces la fiesta del sábado se convierte en un ídolo, porque para el hombre es sólo un mandamiento, y no una manifestación de la Fuerza divina».
En la medida en que es la ley la que conduce la vida, y no Dios, el hombre se encierra en sí mismo y se vuelve autosuficiente, porque pone todo su empeño en la propia relación con la ley, viviendo en la ilusión de su propia justicia; pero «todo aquello que no se percibe en Dios y como procedente de Dios es oropel, y cuanto más resplandeciente, más peligroso». Por eso se comprende esta afirmación de Florenskij: «cuanto más puramente vives, más profunda, peligrosa y difícil de erradicar es la pasión de la adoración de sí mismo». De nuevo es la caída la que puede hacerle despertar del peligroso sueño de la autoidolatría, no por la caída en cuanto tal, sino porque, en ella, «se le da al hombre la posibilidad de abrir una ventana a través de la cual es posible volver a comunicarse con Dios». El hom¬bre puede, de nuevo, invocar y dirigir el movimiento de su con-ciencia hacia el Rostro del Salvador: sólo abriendo la ventana hacia la realidad que no soy yo quien produzco puedo «ser salvado, es decir, recibir el equilibrio espiritual, o vivir en el centro absoluto del ser».