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María Vallejo-Nágera en Santa María de Zamartze (Navarra) - Parte 2ª.

María Vallejo-Nágera en Santa María de Zamartze (Navarra) - Parte 2ª
La escritora María Vallejo-Nájera ofreció hace unos días -octubre 2013- una conferencia sobre el arcángel San Miguel, en la capilla de Santa María de Zamartze (Navarra), con un lleno absoluto de un entregado público que no quería perderse su testimonio.

Anteriormente, la escritora madrileña se había consagrado al arcángel San Miguel, en la iglesia de Santa María de Zamartze, en Navarra, un lugar sagrado tras la aparición del arcángel en 1169.

- ¿Cómo ha sido la experiencia de consagrarse a San Miguel?

- Muy fuerte, muy hermosa... Espiritualmente un pequeño huracán de amor a Dios, de sentir su protección desde el cielo. San Miguel se siente muy presente en ese precioso y santo lugar. Estoy muy feliz de haber estado. Me emocioné muchísimo al consagrarme al amor y a la protección de San Miguel. Ahora sé, por mi fe, que él estará siempre junto a mí. Ya Io estaba antes... Pero ahora ya no tengo ni la más mínima duda.

- Usted misma ha comentado que la realización de su libro "Cielo e infierno: verdades de Dios" (LibrosLibres) le ha costado mucho trabajo, que se ha encontrado con muchas trabas ¿Cuál ha sido el principal impedimento?
- Todo tipo de impedimento, desde miedo al demonio, amenazas, burlas (incluso de sacerdotes que no creen en el infierno, cuando es dogma de fe, qué pena...), risitas burlonas entre las amistades, y un sinfín de aburridos problemas que no quiero contar aquí... Pero el Señor es más grande: me rodeó de sacerdotes sabios y santos, que me han apoyado e iluminado en mi tarea literaria hasta el final. Resultado: récord de ventas y muchos lectores agradecidísimos en la web. Gloria a Dios.

Yo sólo lo escribí por obediencia: así me lo llevaba suplicando mi director espiritual desde hace dos años. El también sufrió mucho mientras yo escribía el libro. El demonio nos odia a los dos, pero el amor de Cristo y su protección, ha sido, es y será, infinitamente más grande. Junto a Cristo la batalla siempre está vencida.

- Para escribir este trabajo ha tenido que hablar con muchos exorcistas. ¿Qué historia de las que le han contado le ha impactado más?
- He hablado sólo con dos, y la verdad, todo lo aprendido a su lado me ha impactado. He descubierto con mis propios ojos lo valientes que son, lo que aman a Dios. Han sido mis maestros en este horror de ministerio de liberación, y la verdad es que lo agradezco muchísimo. Ahora sé que todo lo que nos ha contado la Iglesia sobre el tema durante siglos, es verdad. Benditos sacerdotes exorcistas: sus manos consagradas liberan a las personas de posesiones diabólicas terribles.

- ¿Por qué cree que cuesta tanto hablar del demonio, del infierno, incluso dentro de la propia Iglesia?
- Porque somos unos zoquetes y unos cobardes. Y por eso en los seminarios no lo han enseñado bien. Estas verdades dogmáticas (son dogmas de fe, se pongan como se pongan, y si no me creen que miren el Catecismo, por favor), se estudian en una asignatura de la carrera de Teología que se llama Escatología. Pena me da cómo han dado las clases de Escatología en algunos seminarios en las últimas décadas. Así estamos ahora: que ni los curas creen en el infierno y en el demonio. Pobres: se les exigirá cuando fallezcan, en su juicio final, el habernos confundido a todos. Yo oro incesantemente por estos sacerdotes que no quieren enterarse de la verdad. Tendrían que ir de vez en cuando a un exorcismo: se les caerían las escamas de los ojos de una vez.

- He escuchado en alguna de sus conferencias, que en cierta ocasión, el demonio le intentó matar y dice que le quiere matar ¿.No siente usted miedo?
- Antes mucho. Ahora ya nada. Me parece que me empieza a tener miedo a mí porque no paro de rezar, de confiar en Cristo, y Él me protege. No puede contra Cristo. Y yo pertenezco totalmente a Cristo.
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