Irapuato
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15 Dic. BEATO CARLOS STEEB.
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Primera Lectura (Lectio Divina)
Isaias 45, 6-8. 18. 21-25
“Yo soy el Señor y no hay otro. Yo soy el artífice de la luz y el
creador de las tinieblas, el autor de la felicidad y el hacedor de la
desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Dejen, cielos, caer su rocío
y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga
germinar al salvador y que brote juntamente la justicia. Yo, el Señor, …Más
Primera Lectura (Lectio Divina)
Isaias 45, 6-8. 18. 21-25
“Yo soy el Señor y no hay otro. Yo soy el artífice de la luz y el
creador de las tinieblas, el autor de la felicidad y el hacedor de la
desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Dejen, cielos, caer su rocío
y que las nubes lluevan al justo; que la tierra se abra y haga
germinar al salvador y que brote juntamente la justicia. Yo, el Señor,
he creado todo esto”. Esto dice el Señor, el que creó los cielos, el
mismo Dios que plasmó y consolidó la tierra; él no la hizo para que
quedara vacía, sino para que fuera habitada: “Yo soy el Señor y no hay
otro. ¿Quién fue el que anunció esto desde antiguo? ¿Quién lo predijo
entonces? ¿No fui yo, el Señor? Fuera de mí no hay otro Dios. Soy un
Dios justo y salvador y no hay otro fuera de mí. Vuélvanse a mí y
serán salvados, pueblos todos de la tierra, porque yo soy Dios y no
hay otro. Lo juro por mí mismo, de mi boca sale la verdad, las
palabras irrevocables: ante mí se doblará toda rodilla y por mí jurará
toda lengua, diciendo: ‘Sólo el Señor es justo y poderoso’. A él se
volverán avergonzados todos los que lo combatían con rabia. Gracias al
Señor, triunfarán gloriosamente todos los descendientes de Israel”.
+ Meditatio
Isaías resalta la omnipotencia de Dios, el creador de todo cuanto
existe, de lo que es visible y lo que no se puede ver; pero su Dios,
el Dios en quien creemos, no es un ser arbitrario, alguien que se
mueve por malicia y buscando reconocimiento. Yahvéh es un Dios que
obra la salvación y, como don suyo, surgen los justos o santos que
practican la justicia. Dios se mueve por el amor y la compasión, salva
a quien le busca, perdona siempre porque en su naturaleza está ser
rico y generoso para con el hombre, todo cuanto existe es para ponerlo
al servicio del hombre. Su poder se muestra en su justicia que da sin
medida, a tal grado que en Jesús, Dios se da a sí mismo. Dios está al
servicio del hombre en la persona de su Hijo, quien vino para
salvarnos y ser nuestro servidor al grado de dar su vida en la cruz.
La Navidad celebra el don de Dios en el que Él se vacía a sí mismo
para ser ofrenda para el hombre.
+ Oratio
Dios y Padre generoso, que nos das tus dones a manos llenas para
mostrarnos tu benevolencia y en tu amado Hijo Jesucristo te das a ti
mismo, haz que nosotros, a ejemplo suyo, seamos capaces de brindarnos
en servicio a nuestros hermanos al grado de dar la vida por ellos en
la vida de cada día.
+ Operatio
El día de hoy me vaciaré de mi mismo y me entregaré como don a mis
padres, o cónyuge o hijos, para hacerles notar que Dios les ama con
ternura infinita.
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El Evangelio de hoy
Lucas 7, 19-23
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a
Jesús: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: "Juan el Bautista
nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos
que esperar a otro". En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias
enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos
les concedió la vista. Después contestó a los enviados. "Vayan a
contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos
resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que
no se escandalice de mí".
+ Reflexión
En medio de este mundo fragmentado por el pecado, no falta aun entre
nuestros hermanos, quienes se pregunten si realmente Jesús es el
Mesías enviado por Dios para salvar a su pueblo. El hambre, la guerra,
el egoísmo, la misma muerte, parecerían ser aun los tiranos que
oprimen al hombre. Este pasaje de la Escritura, sin embargo, nos
presenta la realidad de todos aquellos que se han acercado a Jesús:
ciegos que ven; mudos que hablan; paralíticos que caminan. Si el mundo
continúa siendo tiranizado por el pecado y sus consecuencias es por
que no se ha acercado a Jesús, o no ha dejado que lo sane y lo libere.
Muchos permanecen sólo a distancia como observadores pasivos
lamentándose de todas sus dolencias y esclavitudes. Dios nos ha
ofrecido la salvación y la vida del Reino por medio de Jesús, pues
solo él es "el camino, la verdad y la vida". Acércate a Jesús y deja
que él te sane y libere para que así te puedas convertir tú también en
testigo de que ya no hay que esperar a nadie más, pues en Cristo Dios
nos ha dado la libertad y la paz.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Irapuato
Carlos Steeb nace el 18 de diciembre de 1773 en Wurttemberg, Alemania. Pertenece a una familia de clase distinguida y fe luterana.
A los 15 años viaja a París para estudiar, pero a raíz de la revolución de 1789 deja Francia y luego llega a Verona (1792).
Comienza para él "la vida nueva". Se encuentra en un ambiente de católicos, conoce al Padre Leonardi que lo introduce en su labor con los pobres …Más
Carlos Steeb nace el 18 de diciembre de 1773 en Wurttemberg, Alemania. Pertenece a una familia de clase distinguida y fe luterana.
A los 15 años viaja a París para estudiar, pero a raíz de la revolución de 1789 deja Francia y luego llega a Verona (1792).
Comienza para él "la vida nueva". Se encuentra en un ambiente de católicos, conoce al Padre Leonardi que lo introduce en su labor con los pobres, los abandonados y los sin trabajo.
El joven Carlos va acercándose a la iglesia católica, fascinado por el esplendor de la Verdad. A los 19 años, pese a sentir nostalgia por su familia y saber que sus padres no lo aceptarán, decide confiarse a la Virgen María y expresa su determinación de ser católico, con un acto de entrega total, a Ella, la Madre de la Misericordia. Es así que a los 23 años es consagrado sacerdote por el obispo de Verona.
Por esos años, los tiempos son muy tristes: los ejércitos y las guerras dejan por toda Europa enfermos, heridos, muertos, pobres, y desamparados. Muchos de ellos vienen amontonados desorganizadamente al Lazareto, en Verona, donde el Padre Carlos encuentra al Cristo hombre, en el hombre sufriente.
Durante 18 años el Sacerdote, con entrañas de misericordia, se dedica a ellos conjugando el verbo "inclinarse", traduciendo la actitud maternal del cariño. Pero llega también a él la enfermedad que será su cruz física, para toda la vida.
En Europa, luego de la revolución llega la restauración, que trastoca nuevamente el orden establecido y conlleva angustia y dolor.
El Padre Carlos es buscado como confesor, padre bueno, y guía espiritual.
Por sus capacidades educativas junto al conocimiento del alemán y francés, el Sacerdote Steeb llega a ser profesor en el real colegio femenino y en el seminario de la ciudad de Verona. Se brinda con dedicación y sabiduría a los jóvenes ayudándolos en la búsqueda de sus valores, potencialidades y vocación personal.
Durante años viene delineando su proyecto, su ideal: encontrar corazones de Madres espirituales, consagradas a la caridad, y halla en Luisa Poloni, su hija espiritual, la concreción del sueño. Observa en ella un espíritu de sacrificio, de servicio, de capacidad organizativa frente a las situaciones adversas. Y luego de unos años de servicio gratuito, Luisa comienza a trabajar en el asilo de la ciudad, como enfermera y hermana, llevando el aliento de la fe a todas las personas.
Hacia 1835, ya muy cansado y enfermo, el Padre Carlos propone a Luisa generar un Instituto de las Hermanas de la Misericordia.
En el año 1848, Luisa Poloni emite los votos religiosos asumiendo el nombre de Sor Vicenta María. Con ella se consagran otras doce hermanas. Muchas otras jóvenes, en el tiempo, se unirán a las primeras para experimentar y vivir la Misericordia. Juntas ejercitarán las virtudes de la humildad, simplicidad y caridad que caracterizan el espíritu de las religiosas de esta familia.
En el mismo año, en Verona, explotan el cólera, la viruela y otras epidemias. La Madre Vicenta y sus hermanas "ofrecen" su vida en el cuidado de los contagiosos. Su carisma es amar con ternura de madres a tantos desdichados, hasta dar por ellos la vida: las hermanas se sienten amados por Dios y el Espíritu Santo las lleva a hacer experimentar a los hombres este mismo amor de Dios.
La Madre Vicenta cuida también de niñas y adolescentes brindando instrucción y formando corazones abiertos al bien y a la fe.
En el mismo período la Madre Vicenta enferma. El 11 de noviembre de 1855 muere, y es al Padre Steeb a quien toca abrir las puertas del cielo a su hija espiritual.
El fundador sigue sosteniendo la formación de las hermanas en el carisma de la caridad y del servicio, y ellas permanecen junto a él, testimoniando el amor por Dios y los hermanos.
El 15 de diciembre de 1856, a los 83 años, Dios se inclina sobre él y lo leva a su casa para siempre...
La iglesia reconoció las virtudes heroicas ejercidas durante su larga vida, y proclamó Beato al Padre Steeb, el 6 de julio de 1975 en Roma. Todas sus hijas sienten que su fundador, el Beato Padre Carlos Steeb, con su espíritu sigue forjando la identidad del instituto: "SERVIR AL HOMBRE EN HUMILDAD-SIMPLICIDAD-CARIDAD POR EL SOLO AMOR A DIOS".
También de la Madre Vicenta María Poloni han sido reconocidas las virtudes heroicas por la Comisión del Vaticano, el 28 de abril de 2006. Por ello la Iglesia la define con el título de Sierva de Dios.
Esperemos que pronto sea declarada Beata de la Iglesia Católica.

Información adicional sobre la vida del Beato Carlos Steeb
Roma, 6 de julio de 1975.
En Roma, el 6 de julio de 1975, el Pastor Universal de la Iglesia Católica, entonces Papa Paulo VI, proclamó solemnemente BEATO a CARLOS STEEB, Fundador de las HERMANAS DE LA MISERICORDIA DE VERONA.
La Gloria del Bernini en la majestuosa Basílica de San Pedro, resplandeció con todo su fulgor.
Monseñor J. Carraro, Obispo de Verona, preparó su diócesis para el acontecimiento con la siguiente catequesis:
"La Beatificación de un hijo de la Iglesia no es un puro hecho exterior, ritual, solemne y teñido de especiales facetas exteriores que lo hacen singular y solemne. Es el reconocimiento oficial —declarado por la Iglesia con la voz del Pastor y Maestro Universal, el Papa, madurado por medio de un examen riguroso y comprobado por los milagros— de la superioridad moral de un bautizado que ha vivido heroicamente, según el Evangelio. Una beatificación o la canonización de un Santo entran en la economía pedagógica y pastoral requerida por el Señor para indicar y sostener el camino de la Iglesia."
Los santos (beatificados o canonizados) son un "signo" y un "llamado" de Dios a nosotros, son un comentario espiritual visible y real de la Palabra de Dios. Ellos son los "campeones" de la Fe intrépida que se hace obra de caridad ardiente hacia todo…
"Carlos Steeb nos propone a todos, madurez de fe, sentido de Iglesia, espíritu de comunidad, universalidad apostólica y misionera, pobreza, entrega preferencial a los pobres y bienaventuranzas evangélicas". (Extractado de "Don Carlo Steeb, intérprete de la Misericordia", Verona, 1975.)
El Papa Pablo VI, el día de la Beatificación, en San Pedro, dijo de Carlos Steeb:
"Quizás jamás se valorará suficientemente el drama juvenil de su conversión al Catolicismo, que le costó la pérdida de las relaciones familiares, afectos y ventajas y lo dejó pobre y solo, huérfano casi, por un nuevo e intransitable sendero de la vida. Fue ciertamente un héroe del Espíritu". Y más adelante: "El proceso espiritual de Carlos Steeb es un modelo sobre el que debemos reflexionar en este tiempo nuestro de ECUMENISMO para comprender qué fuerza de ánimo, qué espíritu de renuncia y sacrificio necesitamos para preferir la verdad de la llamada divina a cualquier otra cosa y para saber también esperar y preparar con humilde y paciente bondad, con inquebrantable confianza, la hora desconocida de la mutua restauración de la perfecta unidad cristiana con los hermanos separados hasta ahora de nosotros, Nuestro Beato Carlos Steeb no tuvo la alegría de ver despuntar durante su larga vida terrena, esa bendita hora, pero ciertamente, y quizás para nosotros, la preparó."
(Extractado de "L’Osservatore Romano", 13-7-75.)

www.carlos-steeb.edu.ar/biografia_steeb.htm