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El Prelado del Opus Dei: En camino hacia Emaús, por todos los caminos del mundo.

En camino hacia Emaús, por todos los caminos del mundo

El Prelado del Opus Dei ha participado en el Meeting de Rimini (Italia), un festival de encuentros
culturales, exposiciones y conciertos, promovido en sus inicios por Luigi Giusiani, fundador del
Movimiento Comunión y Liberación. Ofrecemos el texto de su conferencia, pronunciada en
italiano y traducido por L.M. y publicada originalmente en almudi.org

www.opusdei.es/…/abramos-los-ojo…
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Permitidme ante todo dar las gracias a los organizadores del Meeting de Rimini: por su
espléndido y comprometido trabajo, y por haberme ofrecido la oportunidad de participar
en un acontecimiento tan rico de contenidos y reflexiones. Estando aquí presente, mi
pensamiento y mi cariño se dirigen a Don Giussani, fundador de Comunión y Liberación.
Lo recuerdo con sentimientos de amistad y sincero agradecimiento por la contribución
profundamente cristiana que el Movimiento por él inspirado continúa dando a la sociedad
civil y eclesial. Pienso en su fidelidad ejemplar a la Iglesia y al Papa; en la lealtad
demostrada incluso en circunstancias difíciles, cuando su mensaje espiritual a veces no
era comprendido. Rezo para que su causa de beatificación pueda llegar lo más rápido
posible a buen fin.

1. El Meeting de este año parte de las palabras: “Hacia las periferias del mundo y de la
existencia”. Es un tema recurrente en las intervenciones del Papa Francisco, que empuja
a la Iglesia a “salir” a las calles del mundo para proclamar de nuevo el Evangelio de
Jesucristo, con la fuerza y la audacia de la primera evangelización. Desde el principio,
siguiendo las huellas del Maestro, la Iglesia primitiva mostró una especial predilección
por los más pobres. Jesús manifiesta su compasión por todos los hombres y mujeres,
particularmente por los más necesitados de su misericordia. Durante su paso por la tierra,
Cristo se interesaba por las necesidades materiales de las personas que lo seguían, desde
enfermos que se le acercaban, hasta pecadores que Él mismo atraía a la conversión con
su gracia.

Recorriendo los Hechos de los Apóstoles y las Cartas de San Pablo, nos damos cuenta de
que los primeros cristianos prosiguieron por el mismo camino. Ya en los primerísimos
momentos, los Apóstoles eligieron a algunos en la Iglesia para que se dedicasen a la
atención de los huérfanos y las viudas (cfr.Hch 6,1-6). Y el mismo San Pablo atestigua
que, en los primeros años, la Iglesia estaba compuesta principalmente por personas
sencillas, llevando a cumplimiento, así, un designo divino: no hay entre vosotros muchos
sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Sino que lo necio del
mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los fuertes; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo
que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia (1Cor 1,
26-29).

Siguiendo el modelo de los primeros cristianos, ha caminado siempre la Iglesia: Papas,
obispos y sacerdotes, religiosos y muchísimos fieles laicos, se han caracterizado por su