La impresionante paz del gregoriano. 9.3.14. Un canto penitencial como el Attende, Domine [Escucha, Señor] prepara a los monjes para el tiempo de Cuaresma. La vida monástica aparece en estas bellas …Más
La impresionante paz del gregoriano.
9.3.14. Un canto penitencial como el Attende, Domine [Escucha, Señor] prepara a los monjes para el tiempo de Cuaresma. La vida monástica aparece en estas bellas fotografías artísticas en todo su esplendor de quietud y silencio para que, en la oración, haga Dios su obra.
videos.religionenlibertad.com/…/La-impresionant…
9.3.14. Un canto penitencial como el Attende, Domine [Escucha, Señor] prepara a los monjes para el tiempo de Cuaresma. La vida monástica aparece en estas bellas fotografías artísticas en todo su esplendor de quietud y silencio para que, en la oración, haga Dios su obra.
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jahfuentes
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Attende, Domine (traducción)
Escucha, Señor y ten misericordia
porque hemos pecado contra Ti.
A Ti, Rey soberano, Redentor de todos
levantamos nuestros ojos en llanto;
escucha, Cristo, las plegarias
de los que te suplican.
Oh diestra del Padre, piedra angular,
camino de la salvación y puerta del cielo:
lava las manchas de nuestros delitos.
Rogamos oh Dios, a tu majestad:
con tus oídos santos …Más
Attende, Domine (traducción)
Escucha, Señor y ten misericordia
porque hemos pecado contra Ti.
A Ti, Rey soberano, Redentor de todos
levantamos nuestros ojos en llanto;
escucha, Cristo, las plegarias
de los que te suplican.
Oh diestra del Padre, piedra angular,
camino de la salvación y puerta del cielo:
lava las manchas de nuestros delitos.
Rogamos oh Dios, a tu majestad:
con tus oídos santos escucha nuestros gemidos,
perdona bondadoso nuestras culpas.
Nuestros pecados cometidos
los confesamos ante Ti;
con corazón contrito
te manifestamos lo oculto; q
ue tu clemencia, oh Redentor,
nos las perdone.
Inocente, fuiste capturado,
y llevado sin poner resistencia,
y condenado por los impíos
con testigos falsos.
A los que redimiste,
consérvalos Tú, oh Cristo.
Escucha, Señor y ten misericordia
porque hemos pecado contra Ti.
A Ti, Rey soberano, Redentor de todos
levantamos nuestros ojos en llanto;
escucha, Cristo, las plegarias
de los que te suplican.
Oh diestra del Padre, piedra angular,
camino de la salvación y puerta del cielo:
lava las manchas de nuestros delitos.
Rogamos oh Dios, a tu majestad:
con tus oídos santos escucha nuestros gemidos,
perdona bondadoso nuestras culpas.
Nuestros pecados cometidos
los confesamos ante Ti;
con corazón contrito
te manifestamos lo oculto; q
ue tu clemencia, oh Redentor,
nos las perdone.
Inocente, fuiste capturado,
y llevado sin poner resistencia,
y condenado por los impíos
con testigos falsos.
A los que redimiste,
consérvalos Tú, oh Cristo.