La catequesis de la audiencia general dedicada a San Benito. La verdadera unidad europea necesita una renovación etica y espiritual que se inspire en las raíces cristianas del continente. Lo ha reafirmado …Más
La catequesis de la audiencia general dedicada a San Benito.
La verdadera unidad europea necesita una renovación etica y espiritual que se inspire en las raíces cristianas del continente. Lo ha reafirmado Benedicto XVI en la catequesis de la audiencia general de este miércoles, dedicada a explicar la vida y la obra de san Benito de Nursia. Una audiencia en la que Benedicto XVI ha saludado la presencia de las Hermanas Hijas de la Cruz que recuerdan a sor María Laura Minetti, asesinada por tres chicas en el año 2000 en un rito satánico.
De san Benedicto, el Papa ha recordado que vivió en un tiempo dificil, con la ruptura del imperio romano, fundando la orden de monjes que vive con la mirada puesta en Dios, sin perder nunca de vista los deberes de la vida cotidiana y el hombre con sus necesidades concretas. Pablo VI lo proclamó patrón de Europa para que la verdadera unidad del continente se edificara sobre los valores, que tienen en el cristianismo sus cimientos.
Benedicto XVI: “Sin esta savia vital, el ser humano queda expuesto al peligro de caer en la antigua tentación de quererse redimir por sí mismo, una utopía que, de maneras diferentes, en la Europa del siglo XX ha causado, como reveló el Papa Juan Pablo II, un regreso sin precedentes en la atormentada historia de la humanidad”.
La verdadera unidad europea necesita una renovación etica y espiritual que se inspire en las raíces cristianas del continente. Lo ha reafirmado Benedicto XVI en la catequesis de la audiencia general de este miércoles, dedicada a explicar la vida y la obra de san Benito de Nursia. Una audiencia en la que Benedicto XVI ha saludado la presencia de las Hermanas Hijas de la Cruz que recuerdan a sor María Laura Minetti, asesinada por tres chicas en el año 2000 en un rito satánico.
De san Benedicto, el Papa ha recordado que vivió en un tiempo dificil, con la ruptura del imperio romano, fundando la orden de monjes que vive con la mirada puesta en Dios, sin perder nunca de vista los deberes de la vida cotidiana y el hombre con sus necesidades concretas. Pablo VI lo proclamó patrón de Europa para que la verdadera unidad del continente se edificara sobre los valores, que tienen en el cristianismo sus cimientos.
Benedicto XVI: “Sin esta savia vital, el ser humano queda expuesto al peligro de caer en la antigua tentación de quererse redimir por sí mismo, una utopía que, de maneras diferentes, en la Europa del siglo XX ha causado, como reveló el Papa Juan Pablo II, un regreso sin precedentes en la atormentada historia de la humanidad”.