Le pedí a Dios. Reflexiones de la VidaMore
Le pedí a Dios.
Reflexiones de la Vida
Reflexiones de la Vida
Leticia María
- Report
Change comment
Remove comment
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros como Él me ama a mí.
Y Dios dijo, ¡Por fin!, ¡Por fin estas empezando a entender!.
Y Dios dijo, ¡Por fin!, ¡Por fin estas empezando a entender!.
Magda Mares
- Report
Change comment
Remove comment
Gloria R. Cruz
- Report
Change comment
Remove comment
Le pedí a Dios que me quitara mi orgullo.
Y Dios dijo, no. Me dijo que no era algo que Él tuviera que quitarme, si no que yo tenía que entregar.
Le pedía Dios que me concediera paciencia.
Y Dios dijo, no. Me dijo que la paciencia es fruto de la adversidad, no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me diera felicidad.
Y Dios dijo, no. Me dijo que Él da bendiciones, la felicidad depende de mí. …More
Le pedí a Dios que me quitara mi orgullo.
Y Dios dijo, no. Me dijo que no era algo que Él tuviera que quitarme, si no que yo tenía que entregar.
Le pedía Dios que me concediera paciencia.
Y Dios dijo, no. Me dijo que la paciencia es fruto de la adversidad, no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me diera felicidad.
Y Dios dijo, no. Me dijo que Él da bendiciones, la felicidad depende de mí.
Le pedí a Dios que me evitara el dolor.
y Dios dijo, no. Me dijo que el dolor y el sufrimiento me apartan de las preocupaciones mundanas, me dan madurez y me acercan más a Él.
Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu.
Y Dios dijo, no. Me dijo que debo crecer personalmente, pero que Él me podaría de vez en cuando.
Le pregunté a Dios, si me amaba.
Y Dios dijo, SÍ. Me dijo que solo debo abrir mis ojos para contemplar la creación y al agradecer encontraré su grande amor.
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros como Él me ama a mí.
Y Dios dijo, ¡Por fin!, ¡Por fin estas empezando a entender!.
Y Dios dijo, no. Me dijo que no era algo que Él tuviera que quitarme, si no que yo tenía que entregar.
Le pedía Dios que me concediera paciencia.
Y Dios dijo, no. Me dijo que la paciencia es fruto de la adversidad, no se concede, se conquista.
Le pedí a Dios que me diera felicidad.
Y Dios dijo, no. Me dijo que Él da bendiciones, la felicidad depende de mí.
Le pedí a Dios que me evitara el dolor.
y Dios dijo, no. Me dijo que el dolor y el sufrimiento me apartan de las preocupaciones mundanas, me dan madurez y me acercan más a Él.
Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu.
Y Dios dijo, no. Me dijo que debo crecer personalmente, pero que Él me podaría de vez en cuando.
Le pregunté a Dios, si me amaba.
Y Dios dijo, SÍ. Me dijo que solo debo abrir mis ojos para contemplar la creación y al agradecer encontraré su grande amor.
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros como Él me ama a mí.
Y Dios dijo, ¡Por fin!, ¡Por fin estas empezando a entender!.