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Una mirada católica a la crisis económica.

“Delante de una crisis económica global sin precedentes, el teólogo y filósofo católico Antonio Rosmini ofrece soluciones después de muerto para el siglo XXI. Estos son los pensamientos del ganador del premio Novack 2008 del Instituto Acton, el profesor Carlos Hoevel, en la presentación de una conferencia titulada “Economía, globalización y moralidad” en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.

Hoevel mencionó la avaricia, los sistemas empobrecidos jurídicos en el mercado y la laxitud moral como causas de la crisis económica global. Muchos países están intentando invertir en empresas a punto de quebrar o quebradas, a lo que Hoevel añade:

“Desde el punto de vista de Rosmini, sería un completo error acusar al mercado económico de la crisis global presente o pasada. E implementar medidas colectivas orientadas a redistribuir o nacionalizar la propiedad privada, manipular los precios del mercado, subsidiar sistemáticamente supuestamente industrias benéficas, un amplio y cada vez más creciente bienestar estatal, o cerrar economías a estados extranjeros. Las políticas idólatras del estado irían en contra del crecimiento económico así como la justicia social, el derecho natural y la dignidad de la persona humana, y consecuentemente dañarían las posibilidades de construir una sociedad más humana y cristiana”.

Tomando la visión económica de Rosmini, Hoevel dice que la crisis económica está acompañada por la crisis cultural y de actitud.

“Cuando la gente busca la felicidad en el consumismo, en el trabajo o el dinero, el resultado es una eterna y vana búsqueda de la felicidad a través de medios inadecuados, lo que termina en una multiplicación desordenada de expectativas inalcanzables, abriendo necesidades ficticias exageradas y autodestructivas".