El poder de la amistad.

Dexter es un niño de once años enfermo de sida, y su vecino Eric, un poco más mayor y mucho más grande que él, se hace amigo suyo. Eric llegará también a tener más confianza en su madre que en la suya propia, que le prohíbe mantener su amistad con Dexter. Cuando ambos leen que en la lejana Nueva Orleans un doctor dice haber encontrado la cura contra el sida, planean bajar el Missisippi para encontrarlo.

The Cure (en español: Que nada nos separe o El poder de la amistad) es una película de comedia-drama estrenada en 1995, portagonizada por Brad Renfro y Joseph Mazzello. Cuenta la vida de un niño que se hace amigo de su vecino, un muchacho más pequeño que él y portador de VIH.

La historia se desarrolla en el pequeño poblado de Minnesota. Erik (Brad Renfro) es un solitario adolescente egoísta, insensible y terco. Vive con su madre Gail (Diana Scarwid), pero siempre está trabajando y nunca está con él. Dexter (Joseph Mazzello) es su vecino, un muchacho que contrajo SIDA. Al principio, Erik no está muy seguro de acercarse a Dexter, pero más tarde terminan convirtiéndose en muy buenos amigos a pesar de sus diferencias. Erik empieza a ir más seguido a la casa de Dexter, donde también, de alguna manera, busca una segunda madre en Linda (Annabella Sciorra), la madre de Dexter, pues su propia madre lo trata mal y no lo deja verse con Dexter argumentando que podría matarse él mismo y matarla a ella. Gail descubre la amistad secreta de su hijo y Dexter una noche, y amenaza a Linda con llamar a la policía si éstos dos se vuelven a ver de alguna forma u otra. Además, le dice a Erik que lo mandará a un campamento de verano. Atermorizado con la idea de irse de allí y de no ver más a Dexter, Erik alienta a su amigo a que se escapen a Nueva Orleans, pues leyeron en un periódico que un médico encontró la cura para el SIDA en esa ciudad. Alquilan un barco a unos jóvenes y emprenden camino hacia Nueva Orleans por el río Mississippi, con la esperanza de salvar la vida de Dexter. Pero el camino no sale tan bien como ellos lo planearon; los dueños del yate resultaron ser unos imbéciles y dejan abandonados a los dos chicos a su suerte. Cuando Dexter empieza a sentirse cada vez peor, con menos ánimos, Erik se asusta y abandona el plan. Llama a Linda para que les envíen un autobús, y pronto los dos regresan a Stillwater. Una vez que regresa, Dexter pasa el resto de su tiempo en el hospital. Erik se queda con Linda, a sabiendas de que Gail no lo aprueba, pero no le importa. Dexter y Erik les juegan bromas pesadas a los médicos, diciendo que Dexter ha muerto para que los médicos se asusten, pero en la tercera broma Dexter realmente ha muerto. Una vez que Linda se lleva a Erik a la casa, Gail se enfurece con su hijo y lo empieza a golpear, pero Linda se interpone entre ellos y pide hablar con Gail en privado. Una vez dentro de la casa, Linda le dice a Gail, con lágrimas en los ojos y una ira incontenible, que el mejor amigo de su hijo había muerto hoy y que Erik iba a ir al funeral, le gustase o no; y que si volvía a ponerle una mano encima, ella misma se encargaría de matarla. En el funeral, Erik le saca un zapato al cadáver de su amigo y lo pone en el río, pero también se saca una zapatilla de él mismo y se la pone a Dexter entre las manos, pues durante su viaje a Nueva Orleans, Erik le había dicho que si se despertaba y creía estar en el medio de la nada, mirase la zapatilla de Erik para darse cuenta de que él estaba cerca. En este sentido, los zapatos de los niños simbolizan sus almas y de su deseo de vivir.