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Benedicto XVI y el corazón de Cristo. “Toda persona necesita un 'centro' para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al que recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el …Más
Benedicto XVI y el corazón de Cristo.

“Toda persona necesita un 'centro' para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al que recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el cansancio de la vida cotidiana".
Y este centro, dijo el Papa el pasado domingo en el Ángelus, es Cristo, corazón del mundo. Desde el horizonte infinito de su amor, Benedicto XVI prosiguió, “Dios ha querido entrar en los límites de la historia y de la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en el finito, el Misterio invisible e inefable en el Corazón humano de Jesús, el Nazareno".

En el primero día del mes de junio, tradicionalmente dedicado al corazón de Jesús, el Papa ha concluido que cada uno de nosotros, cuando se detiene en silencio, necesita sentir no sólo el latido del propio corazón, sino más en profundidad el pulsar de una presencia confiable, perceptible con los sentidos de la fe y sin embargo mucho más real: la presencia de Cristo.

Benedicto XVI ha invocado, una vez más, la materna intercesión de la Virgen María para las poblaciones de China y Myanmar, golpeadas por las calamidades naturales y por tantas situaciones de dolor, de enfermedad y de miseria material y espiritual que marcan el camino de la humanidad.