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16 DE MAYO (San Ubaldo de Gubbio) sanPablotv San Ubaldo de Gubbio, obispo fecha: 16 de mayo n.: c. 1085 - †: 1160 - país: Italia otras formas del nombre: Ubaldo Baldassini, Theobaldo, Teobaldo More
16 DE MAYO (San Ubaldo de Gubbio)

sanPablotv San Ubaldo de Gubbio, obispo fecha: 16 de mayo
n.: c. 1085 - †: 1160 - país: Italia
otras formas del nombre: Ubaldo Baldassini, Theobaldo, Teobaldo
canonización: C: Celestino III 4 mar 1192
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio:
En Gubbio, en la región de Umbría, san Ubaldo, obispo, que se entregó a la labor de reformar la vida común de los clérigos.
Patronazgos: patrono de los niños, los albañiles y canteros; protector contra el dolor nervioso, la obsesión y la epilepsia.

Felizmente poseemos una excelente biografía de san Ubaldo Baldassini, obispo de Gubbio, escrita por Teobaldo, su sucesor en la sede. Ubaldo pertenecía a una noble familia de Gubbio. Quedó huérfano a temprana edad; su tío, el obispo de la ciudad, se encargó de educarle en la escuela de la catedral. Ubaldo recibió la ordenación sacerdotal al terminar sus estudios. Aunque era muy joven, fue nombrado deán de la catedral para que llevase a cabo la reforma de los canónigos, cuya existencia disipada era el escándalo de la ciudad. La tarea no era fácil, pero Ubaldo logró convencer a tres de los canónigos para que formasen una comunidad. Con el propósito de familiarizarse con la vida en común de los canónigos regulares, Ubaldo fue a pasar tres meses en la comunidad que Pedro de Honestis había fundado en el territorio de Ravena. A su regreso estableció en Gubbio las mismas reglas y, al poco tiempo, las aceptó todo el capítulo. Algo más tarde, un incendio consumió la casa de los canónigos y Ubaldo aprovechó la ocasión para trasladarse a Fonte Avellano y consultar a Pedro de Rímini, pues tenía la intención de retirarse a la soledad. Pero el siervo de Dios le hizo ver que se trataba de una tentación muy peligrosa y le exhortó a volver a ocupar el puesto que Dios le había señalado para bien de los demás. Ubaldo retornó, pues, a Gubbio y, bajo su dirección, el capítulo floreció más que nunca. En 1126, el santo fue elegido obispo de Perugia, pero se escondió para que los delegados de la ciudad no le encontrasen; en seguida fue a Roma a rogar al papa Honorio III que le permitiese rehusar el cargo. El Papa accedió a su petición, pero dos años después, quedó vacante la sede de Gubbio y el mismo Pontífice aconsejó al clero que eligiese a Ubaldo.

El santo practicó todas las virtudes dignas de un sucesor de los Apóstoles, pero se distinguió sobre todo por la mansedumbre y paciencia con que soportaba las injurias y afrentas, como si fuese insensible a ellas. En cierta ocasión, los obreros que reparaban las murallas de la ciudad, penetraron en la viña de san Ubaldo y dañaron las plantas. Al ver esto, el santo les rogó que procediesen con mayor cuidado; pero el capataz, que probablemente no le reconoció, le propinó un empellón con el que le hizo caer en un charco de mortero. San Ubaldo se levantó cubierto de lodo y se retiró sin decir palabra; pero algunos testigos del incidente esparcieron la noticia y el pueblo pidió que se castigase al capataz. La gran indignación popular estaba a punto de ejecutar un castigo brutal contra el capataz, cuando se presentó san Ubaldo en la corte y manifestó que, como se trataba de una ofensa cometida contra un miembro del clero, el culpable debía ser juzgado por el obispo. Después, se acercó al acusado, le dio el beso de paz en señal de reconciliación, rogó a Dios que le perdonara ésa y todas las otras injurias que hubiese cometido en su vida y pidió al juez que dejera en libertad al reo.

El santo defendió, repetidas veces, a su grey contra los peligros públicos. El emperador Federico Barbarroja había saqueado Espoleto y amenazaba con caer sobre Gubbio. San Ubaldo salió al encuentro del emperador y consiguió que desistiese de su propósito. Durante los dos últimos años de su vida, el santo obispo tuvo una serie de enfermedades que le hicieron sufrir mucho; pero todo lo soportó con heroica paciencia. El día de Pascua de 1160, aunque estaba muy enfermo, se levantó a celebrar la misa, predicó y dio la bendición al pueblo para que no quedase decepcionado. Al terminar estaba tan débil, que debió ser trasportado a su lecho, del que ya no se levantó. El día de Pentecostés, todo el pueblo de Gubbio desfiló por su habitación para despedirse del que cada uno consideraba como a un padre. San Ubaldo murió el 16 de mayo de 1160. La multitud que acudió a sus funerales, desde muy lejos, fue testigo de los numerosos milagros que Dios obró en su tumba.

La biografía escrita por el obispo Teobaldo se halla en Acta Sanctorum, mayo, vol. III; en el vol. VII hay una colección de milagros. En 1885 se publicó otra biografía, en Gianpaoli de Italia. Ha habido cierta confusión, muy curiosa, entre san Ubaldo y el patrono de Thann de Alsacia, san Teobaldo; cf. sobre este punto H. Lempfrid en Mittheilwngen d. Gesellschaft f. Erhalt d. gesch. Denkmaler im. Elsass, vol. XXI (1903), pp. 1-128.
Cuadro: san Ubaldo libera a una obsesa, por Giovan Francesco Nagli detto Centino, 1650/60, Museo de la Ciudad de Rímini.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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16 DE MAYO (San Ubaldo de Gubbio)
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✍️ La corsa dei Ceri di Gubbio ✍️ LA FIESTA DE LOS “CERI”
La fiesta de los “Ceri” tiene lugar cada 15 de mayo durante la vigilia de la fiesta del protector San Ubaldo. Los “Ceri” son tres altas y pesadas elaboraciones en madera coronadas por las estatuas de San Ubaldo (patrón de los albañiles), San Jorge (protector de los merceros) y San Antonio Abad (protector de los burreros y de los campesinos …More
✍️ La corsa dei Ceri di Gubbio ✍️ LA FIESTA DE LOS “CERI”
La fiesta de los “Ceri” tiene lugar cada 15 de mayo durante la vigilia de la fiesta del protector San Ubaldo. Los “Ceri” son tres altas y pesadas elaboraciones en madera coronadas por las estatuas de San Ubaldo (patrón de los albañiles), San Jorge (protector de los merceros) y San Antonio Abad (protector de los burreros y de los campesinos). Los “ceri” se transportan sobre la espalda en una carrera a través de las calles de la ciudad hasta la Basílica de San Ubaldo, en la cima del Monte Ingino por los llamados “ceraioli” (los espalderos). Es espectacular la ceremonia que precede a la carrera: en la Plaza Grande, a mediodía, tiene lugar la denominada “alzada” de los “ceri” y las tres vueltas a la plaza. Después de haber efectuado la “exposición” por las calles de la ciudad, se depositan en la calle Savelli, hasta el momento de la carrera.
Por la tarde comienza en la Catedral la procesión con la estatua de San Ubaldo hasta lo alto de la calle Dante, donde el obispo bendice los “ceri”, que inician de este modo la carrera por las principales calles de la ciudad. De vuelta a la Plaza Grande realizan otros tres giros y llegan a la Puerta del Ángel donde inicia el ascenso hasta el Monte Ingino.

Los “ceri” se depositan en la Basílica de San Ubaldo, mientras las estatuas de los tres santos se llevan a la ciudad entre cantos y velas. La fiesta parece tener sus orígenes en antiguos rituales propiciatorios de la primavera, pero sólo su carácter cristiano y celebrativo en honor de san Ubaldo aparece documentado e históricamente probado.
italia.it/…y-espectaculos/gubbio-y-la-fiesta-de-los-ceri.html
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✍️ La corsa dei Ceri di Gubbio ✍️ LA FIESTA DE LOS “CERI”
La fiesta de los “Ceri” tiene lugar cada 15 de mayo durante la vigilia de la fiesta del protector San Ubaldo. Los “Ceri” son tres altas y pesadas elaboraciones en madera coronadas por las estatuas de San Ubaldo (patrón de los albañiles), San Jorge (protector de los merceros) y San Antonio Abad (protector de los burreros y de los campesinos …More
✍️ La corsa dei Ceri di Gubbio ✍️ LA FIESTA DE LOS “CERI”
La fiesta de los “Ceri” tiene lugar cada 15 de mayo durante la vigilia de la fiesta del protector San Ubaldo. Los “Ceri” son tres altas y pesadas elaboraciones en madera coronadas por las estatuas de San Ubaldo (patrón de los albañiles), San Jorge (protector de los merceros) y San Antonio Abad (protector de los burreros y de los campesinos). Los “ceri” se transportan sobre la espalda en una carrera a través de las calles de la ciudad hasta la Basílica de San Ubaldo, en la cima del Monte Ingino por los llamados “ceraioli” (los espalderos). Es espectacular la ceremonia que precede a la carrera: en la Plaza Grande, a mediodía, tiene lugar la denominada “alzada” de los “ceri” y las tres vueltas a la plaza. Después de haber efectuado la “exposición” por las calles de la ciudad, se depositan en la calle Savelli, hasta el momento de la carrera.
Por la tarde comienza en la Catedral la procesión con la estatua de San Ubaldo hasta lo alto de la calle Dante, donde el obispo bendice los “ceri”, que inician de este modo la carrera por las principales calles de la ciudad. De vuelta a la Plaza Grande realizan otros tres giros y llegan a la Puerta del Ángel donde inicia el ascenso hasta el Monte Ingino.

Los “ceri” se depositan en la Basílica de San Ubaldo, mientras las estatuas de los tres santos se llevan a la ciudad entre cantos y velas. La fiesta parece tener sus orígenes en antiguos rituales propiciatorios de la primavera, pero sólo su carácter cristiano y celebrativo en honor de san Ubaldo aparece documentado e históricamente probado.
www.italia.it/…/gubbio-y-la-fie…
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✍️ Miércoles de la séptima semana de Pascua
Libro de los Hechos de los Apóstoles 20,28-38.

Pablo decía a los principales de la Iglesia de Efeso:
"Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre.
Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes …More
✍️ Miércoles de la séptima semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles 20,28-38.

Pablo decía a los principales de la Iglesia de Efeso:
"Velen por ustedes, y por todo el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha constituido guardianes para apacentar a la Iglesia de Dios, que él adquirió al precio de su propia sangre.
Yo sé que después de mi partida se introducirán entre ustedes lobos rapaces que no perdonarán al rebaño.
Y aun de entre ustedes mismos, surgirán hombres que tratarán de arrastrar a los discípulos con doctrinas perniciosas.
Velen, entonces, y recuerden que durante tres años, de noche y de día, no he cesado de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes.
Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les corresponde, con todos los que han sido santificados.
En cuanto a mí, no he deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie.
Ustedes saben que con mis propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros.
De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las palabras del Señor Jesús: 'La felicidad está más en dar que en recibir'".
Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos.
Todos se pusieron a llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente,
apenados sobre todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo acompañaron hasta el barco.

Salmo 68(67),29-30.33-35a.35b-36c.
Tu Dios ha desplegado tu poder:
¡sé fuerte, Dios, tú que has actuado por nosotros!
A causa de tu Templo, que está en Jerusalén,
los reyes te presentarán tributo.

¡Canten al Señor, reinos de la tierra,
entonen un himno al Señor,
al que cabalga por el cielo,
por el cielo antiquísimo!

El hace oír su voz poderosa,
¡reconozcan el poder del Señor!
Su majestad brilla sobre Israel
¡Bendito sea Dios!

Evangelio según San Juan 17,11b-19.
Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
"Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad.
Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo.
Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad."

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : San Cirilo de Alejandría
«Para que ellos sean uno como lo somos nosotros»