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La legitimidad o no de oponerse a un Papa según Newman

La legitimidad o no de oponerse a un Papa según Newman

Por INFOVATICANA | 15 octubre, 2019

Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae:

Super Ex también ha querido estar presente el día en que John Henry Newman sube a los altares. Y lo hace con una interesante reflexión sobre la legitimidad o no de oponerse a un papa cuando este entra en conflicto con el Evangelio y el magisterio.

Buena lectura.


§§§

Nos habla el nuevo santo, el cardenal J. H. Newman. Tomemos su Carta al duque de Norfolk. Conciencia y libertad, e imaginemos que está dirigida a los pocos cardenales que hoy se oponen a la destrucción sistemática de la Iglesia guiada por Bergoglio:

1) «Indudablemente hay acciones de papas a las que nadie querría haber participado», no sólo por motivos morales, sino incluso doctrinales, al punto que la Santa Sede, no siempre ha sido «el instrumento más activo de la infalibilidad: véase el caso de la crisis arriana».»¿Fue acaso Pedro infalible cuando, en Antioquia, Pablo se le enfrentó directamente? ¿O fue infalible San Víctor cuando separó de su comunión a las iglesias de Asia, o Liberio cuando de la misma forma excomulgó a San Atanasio?…».

2) En la misma carta Newman cita a dos autoridades, el cardenal Torquemada y san Roberto Bellarmino. Según el primero, «si el papa ordenase algo en contra de la Sagrada Escritura, los artículos de fe, la verdad de los sacramentos, los mandamientos de la ley natural o divina, este no debería ser obedecido ni habría que hacer caso a sus órdenes». Dice el segundo: «Para resistir y defenderse a sí mismo, no es necesaria autoridad alguna… por tanto, así como es legítimo resistir al papa si ataca a una persona, también lo es si ataca a las almas… y más aún si intenta destruir a la Iglesia. Es legítimo resistirse, afirmo, no haciendo lo que manda e impidiendo la ejecución de sus proyectos».

Newman cita también los Hechos de los Apóstoles: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». Y al arzobispo Kendrick: «El poder [del papa] le fue conferido para edificar y no para destruir. Si lo utiliza por sed de dominio – quod absit! – no encontrará pueblos que le obedezcan».

Concluye Newman que como católico no debe «obediencia absoluta» ni a la reina ni al papa. Cristo viene antes que el papa: ¡el Evangelio y la Iglesia no son suyos!

¡Que alguien se lo recuerde a Bergoglio!

Publicado por Marco Tosatti en su blog Stilum Curiae.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.