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María se revela como Reina y Madre

Hagamos conocer y amar a María

En octubre de 1859, en Champion, Wisconsin (Estados Unidos), la Santísima Madre de Dios se le apareció a Adela Brise, cuando la joven inmigrante de 28 años se dirigía a pie a un molino harinero y luego a la iglesia.

Después de ver a Nuestra Señora por segunda vez camino a la iglesia, Adela informará al párroco y le preguntará qué debe hacer si la señora regresa. Él le dice que le pregunte quién es y qué quiere que haga por ella.

Esto es exactamente lo que Adela hace cuando regresa a casa el domingo 9 de octubre de 1859, después de la Misa. Al ver a la señora, le pregunta: “En nombre de Dios, ¿quién eres y qué quieres de mí?”. Y recibe esta respuesta: “Soy la Reina del Cielo que reza por la conversión de los pecadores”.

María nos da aquí una lección muy importante porque nos dice quién es y qué hace: es la Reina del Cielo y reza por la conversión de los pecadores. En el Antiguo Testamento, la reina no era la esposa, sino la madre del rey. María se revela como la reina madre.

Y mientras dice que reza por la conversión de los pecadores, afirma que su misión celestial es la misma que la de una reina madre terrenal, es decir, la de interceder por el pueblo y defender sus intereses ante el rey. La oración de María refleja el papel bíblico de la figura de la Reina Madre mientras defiende a sus hijos terrenales en el reino de los cielos.

Padre Edward Looney1
Catholic Digest
1 El padre Looney es un sacerdote de la diócesis de Green Bay (Wisconsin) y miembro de la Mariological Society of America (Sociedad Mariológica de América).