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Los jesuitas fueron examinados por más de 200 científicos

Hagamos conocer y amar a María

Durante la Segunda Guerra Mundial, la bomba atómica destruyó Hiroshima. A 1.5 kilómetros a la redonda del lugar del impacto no quedó una alma viva. Una casita se encontraba cerca de la iglesia parroquial a 8 edificios solamente del punto central de la explosión. Aún y cuando parece increíble esta casa ¡quedó intacta! Se trataba del presbiterio de 8 jesuitas, ninguno de ellos fue afectado en lo más mínimo por la bomba, salieron intactos del drama y murieron a edad avanzada.

El padre Huber Schiffer, uno de los jesuitas, tenía 30 años cuando estalló la bomba. Vivió 33 años más saludablemente antes de morir en 1982. En 1976, en el gran Congreso Eucarístico de Filadelfia, dio testimonio públicamente. En ésa época, los ocho miembros de la comunidad jesuita estaban aún en vida. Los expertos examinaron el enigma: ¿cómo esta casa que no tenía nada de especial había podido resistir al cataclismo? Los jesuitas fueron examinados por más de 200 científicos. La conclusión seguía siendo la misma: ¿cómo habían sobrevivido? Miles de personas fallecieron. La única diferencia es que ¡el Rosario se recitaba todos los días en esta casa!

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