El Papa Francisco y el gobierno del privilegio oportunista, un Vaticano en descomposición, Carlo el ciber apóstol.
El Papa Francisco y el gobierno del privilegio oportunista, un Vaticano en descomposición, Carlo el ciber apóstol.
Por SPECOLA | 21 marzo, 2019
Otro día con un torrente de noticias de gran relevancia. En el trasfondo de todas está el caos generalizado que se ha asentado en el Vaticano y en el gobierno de la Iglesia que deja sin aliento a los extraños pero sobre todo a los propios.
El tratamiento de los casos de pedofilia en cardenales y obispos se está convirtiendo en la prueba de esta descomposición. Cada día nos sorprendemos de las ocurrentes salidas, con un gran componente de improvisación y de falta de sentido común, en las decisiones que se toman.
El caso Barbarin está sorprendiendo incluso a Barbarin que ya no sabe que decir. Habla de pasar página pero tenemos una condena por parte de un tribunal francés que nadie se atreve a discutir. La situación que se crea en esta importante diócesis es increíble. Parece que su obispo se toma unas vacaciones y que no deja de ser obispo titular, o algo así. Creemos que ha entrado en pánico ante la cadena de condenas que se esperan en los próximos tiempos.
El verdadero problema es que nadie quiere reconocer que la forma de actuar que ha llevado a Barbarin a ser condenado según las leyes francesas es el modo en que el Vaticano y la Santa Sede ha ordenado que se hagan las cosas. Todos los obispos que han seguido estás instrucciones en los casos de abusos producidos en sus diócesis están en riesgo inminente de terminar condenados en tribunales civiles. No se nos puede olvidar que hablamos de delitos especialmente sensibles en la opinión pública y de graves penas en las legislaciones civiles. Solo es cosa de tiempo que tengamos a un buen número de obispos y cardenales, tanto diocesanos como los in partibus romanos, involucrados en serios procesos penales que terminaran en condenas. Muchos piensan que la iglesia no tiene porque seguir a la justicia civil y puede que haya argumentos de peso para no hacerlo pero esto habrá que explicarlo. Por ahora, no se discute ni una coma de los argumentos de los tribunales civiles pero una vez producida la condena en sentencia firme algo hay que hacer. Si la condena de Barbarin termina siendo firme, o la de Pell, se verá obligado el Vaticano a expulsarlos del sacerdocio, o no. Esto se hará por imagen y por táctica o con razones que justifiquen la decisión.
Muchos casos de abusos han encontrado respuesta en el intrincado mundo eclesiástico cuando han visto la luz y se ha producido el escándalo público. Es lo único que por ahora hace reaccionar. El encuentro de finales de febrero ha quedado en nada porque nada se quería. El golpe de imagen ya ha pasado y las viejas tácticas de poco sirven.
Toda la actual cadena de mando en la Iglesia católica está tocada y se está hundiendo. El famoso testimonio Viganò podría estar formado por muchos nuncios que se han visto en similares complicaciones y han recibido las mismas ordenes. De seguir así terminaremos creyendo que todo el que queda en este montaje es porque está implicado por acción u omisión, y para ejemplo insuperable tenemos a todos los macarristas. las víctimas empiezan a considerar al Papa Francisco un hipócrita y in traidor y esto desacredita a toda la iglesia en cosas demasiado serias. Cotorrear es fácil gobernar es complicado. Por ahora asistimos a un gobierno de estrategias en donde las leyes justas han desaparecido y se vive del privilegio.
Seguimos con el malestar de Xi en Roma que parece que visitará el coliseo pero no al Papa Francisco. Jean Guitton nos dejó hace 20 años, la iglesia va perdiendo grandes pensadores fruto de etapas más gloriosas. Se anuncia la visita oficial del Papa Francisco al ayuntamiento de Roma sumido en detenciones por corrupción. El tribunal eclesiástico de Nápoles absuelve a un sacerdote acusado de abusos, las víctimas se enfadan. El embajador de Estados Unidos confiesa en una entrevista que los pactos Chinos son un mal precedente para la libertad religiosa. Al Vaticano no le gusta el encuentro de familias de Verona y está haciendo lo posible por su fracaso y crear división y polémica.
Un obispo italiano nos aclara que no tiene ninguna obligación de denunciar los casos de abusos, suena a ponerse la venda antes de la herida.
Para una vez en la historia que el Vaticano está feliz con los postulados de la Naciones Unidas y se muestra apóstol entusiasta del nuevo orden mundial, empiezan a surgir voces que poden su expulsión del organismo.
Las scolas ocurrentes siguen con sus ocurrencias y empiezan su campaña contra el ciber bulismo.
Terminamos con la buenísima noticia del traslado de los restos mortales, ya podemos hablar de reliquias, del Venerable Carlo Acutis, en nuestra foto, fallecido en 2006 a los 15 años en Asis, nació en Londres y vivió en Milán, con fama de santidad. Su familia era poco o nada religiosa pero el vivió su leucemia en medio de una inmensa devoción a la Eucaristía. Su proselitismo lo hacía en la red, es llamado el ciber apóstol, y su página sigue activa aquí Milagros Eucarísticos , también en español, porque el chico de tonto tenía poco. Desde estos días se le puede rezar en la Basilica de la Expoliación de Asís ante la gran devoción que ha nacido en torno su sepultura. Al final estos son los verdaderos hijos de la iglesia que la hacen presente en nuestro mundo con gran eficacia. Citando las palabras de Carlo: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”. Suya es la frase: “Todos nacen como originales pero muchos mueren como fotocopias”. Para dirigirse hacia esta Meta y no “morir como fotocopias” Carlo decía que nuestra Brújula tiene que ser siempre la Palabra de Dios, con la que tenemos que confrontarnos constantemente. Pero para una Meta tan alta hacen falta Medios muy especiales: los Sacramentos y la oración. En especial Carlo situaba en el centro de su vida el Sacramento de la Eucaristía que llamaba “mi autopista hacia el Cielo”.
“Había un hombre rico… y un mendigo llamado Lázaro…”
