10 de julio: San Cristóbal: ¿Sabes por qué San Cristóbal es el patrón de los conductores?
Hace muchos años, cuando era un problema atravesar los ríos por falta de puentes, uno de los oficios más populares era el de porteador. Un trabajo que consistía en transportar a la gente de una orilla a otra.
Ese era el oficio de Reprobus, un cananita de 2,3 metros de altura. Su leyenda nos cuenta que un buen día un niño pequeño le pidió que le hiciera cruzar el río. Durante la travesía, el río creció y el niño parecía tan pesado como el plomo, hasta tal punto que Cristóbal apenas lo podía llevar y se encontraba con una gran dificultad. Cuando finalmente alcanzó el otro lado, le dijo al niño: "Tú me has puesto en el mayor peligro. No creo ni que el mundo entero sea tan pesado en mis hombros como lo has sido tú". Y el chico respondió: "Tú no solo has tenido en tus hombros el peso del mundo, sino al hombre que lo creó. Yo soy Cristo, tu rey, a quien tú has servido en este oficio". Desde ese momento fue conocido como "Christophoros" o "portador de Cristo" y finalmente como San Cristóbal.
Hoy San Cristóbal es un santo muy popular, venerado como uno de los catorce santos auxiliadores. En España ha sido el patrón de los arrieros, luego de los camioneros y hoy de todos los conductores en general. Su figura es una representación de la conciencia de responsabilidad de cualquier persona que se pone al volante.
San Cristóbal de Licia es el gran mártir en torno al que se forjó la leyenda del gran patrón de los conductores. Era cananeo de origen. Sirvió en el ejército romano bajo el emperador Gordiano. En tiempo del emperador Filipo se convirtió Cristóbal al cristianismo. Tan convencido estaba con su nueva fe, que abandonó el ejército y desde su humilde oficio de porteador (aquí es donde interviene la leyenda) se dedicó a difundir el Evangelio.
Durante la persecución de Decio fue encarcelado. Con la intención de hacerle renegar de su fe, le pusieron sobre ascuas encendidas mientras le rociaban con aceite al tiempo que le asaeteaban. En vistas de que ni así se rendía, para acortarle los sufrimientos le decapitaron.
La iconografía del santo data de principios del siglo X. En la representación más popular aparece, con estatura agigantada, atravesando un río con el Niño a hombros, cuyo peso le hace vencerse, y llevando el tronco de un árbol como bastón. Se han inspirado en la leyenda de san Cristóbal Van Eyck, Witz, Memling, Durero, Alonso Berruguete, Rubens y Ribera. También a veces se le ha representado con tamaño colosal, a la puerta de las iglesias..
Ese era el oficio de Reprobus, un cananita de 2,3 metros de altura. Su leyenda nos cuenta que un buen día un niño pequeño le pidió que le hiciera cruzar el río. Durante la travesía, el río creció y el niño parecía tan pesado como el plomo, hasta tal punto que Cristóbal apenas lo podía llevar y se encontraba con una gran dificultad. Cuando finalmente alcanzó el otro lado, le dijo al niño: "Tú me has puesto en el mayor peligro. No creo ni que el mundo entero sea tan pesado en mis hombros como lo has sido tú". Y el chico respondió: "Tú no solo has tenido en tus hombros el peso del mundo, sino al hombre que lo creó. Yo soy Cristo, tu rey, a quien tú has servido en este oficio". Desde ese momento fue conocido como "Christophoros" o "portador de Cristo" y finalmente como San Cristóbal.
Hoy San Cristóbal es un santo muy popular, venerado como uno de los catorce santos auxiliadores. En España ha sido el patrón de los arrieros, luego de los camioneros y hoy de todos los conductores en general. Su figura es una representación de la conciencia de responsabilidad de cualquier persona que se pone al volante.
San Cristóbal de Licia es el gran mártir en torno al que se forjó la leyenda del gran patrón de los conductores. Era cananeo de origen. Sirvió en el ejército romano bajo el emperador Gordiano. En tiempo del emperador Filipo se convirtió Cristóbal al cristianismo. Tan convencido estaba con su nueva fe, que abandonó el ejército y desde su humilde oficio de porteador (aquí es donde interviene la leyenda) se dedicó a difundir el Evangelio.
Durante la persecución de Decio fue encarcelado. Con la intención de hacerle renegar de su fe, le pusieron sobre ascuas encendidas mientras le rociaban con aceite al tiempo que le asaeteaban. En vistas de que ni así se rendía, para acortarle los sufrimientos le decapitaron.
La iconografía del santo data de principios del siglo X. En la representación más popular aparece, con estatura agigantada, atravesando un río con el Niño a hombros, cuyo peso le hace vencerse, y llevando el tronco de un árbol como bastón. Se han inspirado en la leyenda de san Cristóbal Van Eyck, Witz, Memling, Durero, Alonso Berruguete, Rubens y Ribera. También a veces se le ha representado con tamaño colosal, a la puerta de las iglesias..