Belén Ojeda, de 24 años, no era creyente, pero ahora se ha bautizado porque «una profesora nos hablaba mucho de Jesús y me llevó a preguntarme: ¿Cómo será vivir con Él?»
* «Este era el camino que Jesucristo había decidido para mí. Y desde que empecé la catequesis cada vez lo tenía más claro y estaba más segura de la decisión que había tomado. Con el bautismo, sí que va a haber algún cambio: una unión mucho más profunda y un sí mucho más rotundo a la llamada de Dios»
Vídeo del testimonio de Belén Ojeda en 13 TV
Camino Católico.- Belén Ojeda, de 24 años, nunca había sido creyente en su vida, pero ahora ha sentido la llamada de Jesucristo, hasta el punto que en la pasada Vigilia Pascual, en la catedral de Getafe, con un grupo de jóvenes, recibió el bautismo, la primera comunión y la confirmación. y se ha hecho católica.
“Mi familia no es religiosa, la única persona que tengo como referente es mi abuela. Siempre lleva puesta una imagen del Cristo de su pueblo y está muy orgullosa de ello. En mi colegio no había religión y mis padres decidieron que no iba a cursar esa asignatura”, explica a 13 TV.
Pese a la ausencia en su vida de la religión se ha ido encontrando en su vida con personas que le han ido acercando a ella y que han hecho que naciera en Belén un sentimiento de curiosidad sobre la fe y se interrogara: “Es verdad que en el colegio, en primero y segundo de la ESO tuve a Verónica Medina, una profesora de la que me acuerdo un mogollón, que nos hablaba mucho de Jesús, de una manera super cercana, y a partir de ahí se incrementó mucho más mi curiosidad. Y me preguntaba: ¿Cómo será vivir en Jesús en realidad?”
Muchos adolescentes se hacen hoy preguntas al igual que Belén. Ella siempre recordará las primeras veces que se acercó a una iglesia y decidió ir a Misa. Fue en el Cerro de Los Ángeles y le impactó. Le resultó sobrecogedor. Sintió muchas dudas pero sintió el impulso de formarse en la fe: “En el momento que yo empecé a ponerme en contacto con la gente que me podría informar sobre el camino que podría seguir lo tuve clarísimo”, asegura.
“Yo iba a Misa todos los domingos y sentía que me faltaba algo, como que había una llamada que todavía no estaba contestando y fui cuando decidí hablar con Verónica Medina, la profesora, para pedirle consejo y ella me sugirió hablar con una persona y ahí se fue encadenando todo hasta concluir que este era el camino que Jesucristo había decidido para mi. Y desde que empecé la catequesis cada vez lo tenía más claro y estaba más segura de la decisión que había tomado. Con el bautismo, sí que va a haber algún cambio: una unión mucho más profunda y un sí mucho más rotundo a la llamada de Dios”.
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