Jefe amazónico denuncia que el sínodo dejará a las tribus condenadas a su estado primitivo

Al final del artículo podrá ver el vídeo de todo el ritual celebrado ayer en los jardines vaticanos

La perplejidad de muchos comentaristas católicos ante la extraña ceremonia celebrada ayer en los jardines vaticanos y presidida por el Santo Padre ha generado una viva discusión y un cruce de ‘explicaciones’ tan insuficientes como alambicadas.

No es para menos. La ‘ceremonia de consagración del Sínodo de la Amazonía a San Francisco’ no parecía tener de católico más que la presencia de los curiales con sus hábitos. Incluso el Santo Padre, según información oficial, ignoró las notas que traía preparadas para cerrar la ocasión con un padrenuestro. Se diría que no le complació en exceso el espectáculo.

Roma es el centro de la cristiandad, donde está enterrado San Pedro e incontables mártires que dieron su vida para llevar la palabra de Cristo a los paganos. Ver hoy a esos mismos paganos allí, celebrando sus rituales en presencia del Vicario de Cristo y ante la sonriente cúpula de la Iglesia resulta, cuanto menos, bastante chocante.

Lo que se vio allí empezó con una danza al rededor de una manta extendida sobre la hierba, que simbolizaba a la Madre Tierra. En medio de la manta había unas tallas de madera de individuos desnudos que representaban la fertilidad. Una chamán con plumas en la cabeza alzó las manos en una invocación -que posteriormente se ha identificado con una plegaria de fertilidad indígena-, mientras los dieciséis concelebrantes se arrodillaban hasta besar el suelo en torno a la manta sagrada. El Santo Padre ha cerrado los ojos.

Luego la chamán ha avanzado al rítmico sonido de unas maracas o sonajeros que llevaba, se ha acercado al Papa y ha marcado en las manos del Santo Padre unos signos. Después se ha santiguado torpe y apresuradamente y, finalmente, Su Santidad ha plantado un árbol. Más tarde, ya en San Pedro, durante la consagración de nuevos obispos y cardenales, se ha desprendido parte del techo de una nave, que ha tenido que ser cerrada.

Pero eso es lo que podía verse, para lo que, naturalmente, hay explicaciones. Otra cosa es que resultaran mínimamente plausibles. Por ejemplo, explican los ‘renovadores de guardia’ que las tallas en madera de dos mujeres indígenas desnudas y embarazadas representan la Visitación, y serían la Virgen María y su prima, Santa Isabel. Pasando por alto lo inapropiado de su desnudez, semejante excusa piadosa dejaría sin explicación una tercera figura, la de un varón tumbado con una considerable erección. ¿Qué se supone que representa dentro de la ‘bíblica’ escena?

Mientras, también en Roma y también emplumado, otro indígena amazónico -Jonas Macuxí de Souza, jefe de los macuxí en Roraima- participaba en una conferencia ‘Amazon: The Stakes’ en la que se advertían de los graves riesgos doctrinales que presenta el sínodo que comienza el domingo tal como está planteado. El jefe amazónico que participaba en la citada conferencia advertía que los líderes indígenas que se han reunido con Su Santidad -como Raoni, el mediático jefe de los kayapo- no representan a la multitud de pueblos de la zona.

Macuxí ha advertido que ecologistas, ONGs y misioneros de la Teología de la Liberación han “predicado el conflicto” en el Amazonas y están “desmantelando” todo el trabajo realizado por los primeros misioneros católicos. “Los indigenistas blancos controlan las reservas indígenas en el Amazonas y no me permiten reunirme con la tribu en la respuesta tras saber que he fundado la asociación para la protección de los pueblos indígenas”. El jefe explica que si aún hoy algunas tribus practican el canibalismo y el infanticidio es porque los antropólogos les dicen que deben permanecer en su estado primitivo, ese que se ve tan idílica y engañosamente interpretado en el documento de trabajo del Sínodo. Y añade: “Ayer iba paseando por Roma y pensé: el sínodo sellará el destino del Amazonas. Muchos de los indígenas invitados al sínodo han sido adoctrinados para que permanezcan en su estado primitivo”.