sábado, 1 de junio de 2024

¡Santa fiesta de María Reina! - 31 de mayo

 



El mes de mayo termina hoy con la fiesta de María Reina.

 

   Esta fiesta fue instituida para cerrar solemnemente el mes de María, el 31 de mayo. El Papa Pío XII la estableció con su encíclica Ad caeli Reginam, fechada el 11 de octubre de 1954.

 

   "Concédenos, Señor, gracias a la intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra Reina, cuya fiesta celebramos, poder obtener la paz en esta vida y la gloria en la otra." Oración de la Misa.

 


   He aquí un extracto del sermón de San Pedro Canisio que la Iglesia lee en la segunda nocturna de esta fiesta:

 

   Si seguimos a San Juan Damasceno, San Atanasio y otros, ¿por qué no llamar a María Reina, ya que su padre David recibe la mayor alabanza en la Escritura como un rey famoso, y su hijo como Rey de reyes y Señor de señores, cuyo reino no tiene fin?

 

   Ella es la reina, además, en comparación con los santos que reinan como reyes en el reino celestial, coherederos con Cristo, el gran Rey, puestos en el mismo trono con Él, como dice la Escritura.

 


   Y como Reina supera en dignidad a los elegidos, y se eleva tanto más arriba que los Ángeles y los santos, que nada puede ser más elevado o más santo que ella, que es la única que tiene al mismo Hijo que Dios Padre, y que ve por encima de ella solo Dios y Cristo, y debajo de Ella sus criaturas.

 

   El gran Atanasio dijo que “María no solo es la Madre de Dios, sino que también puede llamarse verdadera y verdaderamente Reina y Señora, ya que de hecho el Cristo que nació de la Virgen Madre es Dios y Señor y Rey. Es a esta Reina, por lo tanto, que las palabras del salmista se aplican: La reina toma su lugar en su mano derecha en las prendas de oro”.

 


   Así, María es justamente llamada Reina, no solo del cielo, sino también de los cielos, como la Madre del Rey de los Ángeles, y como la Novia y amada del Rey de los cielos.

 


   Oh María, la más augusta Reina y la Madre más fiel, a la que nadie que con devoción reza, lo hace en vano, y con quien todos los mortales están obligados por el recuerdo perdurable de tantos beneficios; con reverencia te suplico que aceptes mi devoción hacia ti, y acojas el pobre regalo que ofrezco de acuerdo con el celo con el que te lo ofrezco, y me recomiendes a tu Hijo todopoderoso.


viernes, 31 de mayo de 2024

MES DE MARÍA, POR EL PADRE FRANCISCO PALAU - DÍA ÚLTIMO.

 



Dispuesto por el Bienaventurado Francisco de Jesús, María y José (en el siglo Francisco Palau y Quer) OCD, Misionero Apostólico, y publicado en Ibiza por la imprenta de Ramón Vidal en 1861. Licencia otorgada por D. Rafael Oliver y Rivas, Gobernador Eclesiástico y Vicario capitular de Ibiza, el 23 de Septiembre de 1861.

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

  

ACTO DE CONTRICIÓN

 

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre, Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

  

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS.

 

   Bellísima y habilísima Jardinera, aquí tenéis a vuestros pies un corazón convertido por sus culpas en bosque lleno de espinas y abrojos, donde tienen sus madrigueras y hacen sus crías las pasiones más feas y vergonzosas: a vuestras órdenes están millares de operarios pendientes de vuestros labios, que esperan les mandéis arrancar de él todo lo malo y todo lo vicioso, y sembrar y plantar lo santo, lo bueno y lo virtuoso. Yo os entrego, yo os doy el terreno de mi alma; mandad, Señora del mundo, mandad, Reina de los Ángeles, y será transformado en un paraíso de delicias para Vos y Vuestro Hijo; mandadlo, y vuestras órdenes serán fielmente ejecutadas. Yo os prometo que cooperaré a mi conversión con santos propósitos y firmes resoluciones; mas ¡ay! éstas serán estériles si Vos no las fecundáis. Yo soy una tierra árida, seca, consumida y abrasada por los ardores de mi concupiscencia; en vuestras manos están las llaves de aquella fuente cristalina y pura cerrada por mis culpas… abrid los favores y las gracias y los dones del cielo correrán a torrentes sobre mí. Yo soy un huerto sin muros abierto a todas las ilusiones del ángel malo, al mundo y a sus vanidades. Yo os constituyo su guardiana, protegedme y amparadme.

  

   Vos, oh amabilísima Hortelana, me pedís durante todo este mes flores y yerbas aromáticas, ramilletes, guirnaldas y coronas, ¡ay de mí! En mi alma no hay otra cosa que confusión, desorden, vergüenza, espinas y un bosque desarreglado. Señora, ordenadle, cultivadle, sembrad en él la semilla de todas las virtudes; plantad en él esas flores que buscáis, ponedlas en orden según sus especies. Aquí estoy, vuestra propiedad soy, no me opondré, no resistiré, sino que cooperaré a la obra santa que, en estos días, dedicados a vuestra gloria y al bien de mi alma, Vos os proponéis hacer; principiadla, perfeccionadla y acabadla. Yo os ofrezco estos ejercicios a honra vuestra y a la gloria de vuestro Hijo. Amén.






DÍA ÚLTIMO—31 de mayo

 

MEDITACIÓN

 

I. La gran corona de todas las flores del mes de mayo

Hemos terminado ya nuestra obra. Están ya en el círculo circunscrito por el dedo de Dios todas las flores del mes de mayo. Examinemos hoy nuestra obra y contemplémosla. ¿Hemos tenido algún descuido? ¿Hay en los campos y en los valles, en los montes y collados, en los prados y en las huertas; hay en nuestros jardines y terraplenes alguna de las flores de esta risueña estación que no embellezca, adorne, vista y perfume nuestra gran corona? Si la veis, si la encontráis, cogedla hoy y agregadla a uno de los treinta ramilletes que la cierran y completan. Celebremos hoy el complemento de nuestra obra.

 




II. La corona de la gloria debida al mérito de las virtudes.

La corona que ciñen los Santos en el cielo es debida y se les da en correspondencia a la que forman en la tierra sus virtudes. Las flores de esa corona son el emblema de nuestras virtudes. Todas están atadas al círculo de oro formado sobre nuestras cabezas por manos del supremo artífice, Dios, al anunciarnos la ley de gracia: amarás a Dios, amarás a tus prójimos. El círculo sale de un punto, marcha formando su curva y vuelve allá de donde salió. El precepto del amor y la caridad, que es su observancia, sale de Dios que es amor, Deus est cáritas; describe al pasar por nuestros corazones su curva, nos toma todos los afectos y los ata a ella, y al volver a Dios, de donde procede, los deja allí satisfechos. Toda virtud que lo sea de veras procede de la caridad, crece en la caridad y con la caridad, y vive ligada a ella y con ella.

  

III. La corona de María en la gloria

La corona que ciñe María en la gloria le fue dada como premio de todas sus virtudes. Mientras vivió no hubo ninguna que no estuviese en su corona: las tuvo todas en su plenitud: Ave, grátia plena; sí, llena de gracias, llena de dones; sí, llena de dones, llena de virtudes.

 


IV. Nuestra corona alrededor de María

Contempla atentamente esta corona que acabamos de vestir y adornar; son todas nuestras virtudes simbolizadas en las flores. ¿Falta alguna? ¿Están todas? ¿Todas sin faltar una? ¡Ah! Si pierdes una, se pierden todas y donde va una, van todas, porque todas están ligadas a un mismo y solo círculo; y doquiera que se coloque el círculo van ellas todas, y si éste se mueve, se mueven todas. Vamos a presentar hoy, por manos de nuestra Reina, ante el trono de Dios, nuestra corona: nos la pide adornada, enriquecida, vestida y embellecida por las virtudes todas, y no puede faltar ni una sola flor: ¿lo has dado ya todo? ¿Todo? ¿Nada te has reservado para ti? Piénsalo bien: hoy termina con el mes de mayo nuestra obra: tienes tiempo, examina tu alma, y da a María si algo has olvidado o descuidado. Preséntale hoy no una flor sino la corona entera y completa, y al ofrecérsela le dirás:

 



 

PRESENTACIÓN DE LA CORONA

 

ORACIÓN.

 

Reina de los cielos: Os he dado en este mes con sagrado a Vos cuanto he hallado en mi jardín de más bello y fragrante; os he dado cuanto tenía de mejor, y os lo doy de nuevo. No hay más, Señora, no hay más: ¡ay! es cosa poca; pero no tengo más. Os he dado votos, promesas, propósitos, resoluciones, y os los he dado tan firmes y eficaces como me ha sido posible formar: ¡Ay!, no puedo más; no tengo mejores. Me los habéis pedido y os los he dado tales como Vos veis están en esa corona.

 



Señora: estos propósitos, que, por la misericordia de Dios y favor vuestro, yo he formado en estos ejercicios, a Vos los he ofrecido, y en vuestras manos están. Fomentadles, dad les actividad, firmeza, constancia, perseverancia, eficacia y fortaleza. Yo me ofrezco de nuevo a ponerlos por obra, yo los fío a vuestra maternal solicitud Bellísima, amabilísima, habilísima jardinera, en vuestras manos dejo mi corona; en vuestras manos sagradas encomiendo mis virtudes. Guardadlas, protegedlas, regadlas, cultivadlas y perfeccionadlas.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 


miércoles, 29 de mayo de 2024

MES DE MARÍA, POR EL PADRE FRANCISCO PALAU - DÍA TRIGÉSIMO.

 




Dispuesto por el Bienaventurado Francisco de Jesús, María y José (en el siglo Francisco Palau y Quer) OCD, Misionero Apostólico, y publicado en Ibiza por la imprenta de Ramón Vidal en 1861. Licencia otorgada por D. Rafael Oliver y Rivas, Gobernador Eclesiástico y Vicario capitular de Ibiza, el 23 de Septiembre de 1861.

  

 

 

Por la señal  de la Santa Cruz, de nuestros  enemigos, líbranos Señor  Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN

 


 Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre, Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   Bellísima y habilísima Jardinera, aquí tenéis a vuestros pies un corazón convertido por sus culpas en bosque lleno de espinas y abrojos, donde tienen sus madrigueras y hacen sus crías las pasiones más feas y vergonzosas: a vuestras órdenes están millares de operarios pendientes de vuestros labios, que esperan les mandéis arrancar de él todo lo malo y todo lo vicioso, y sembrar y plantar lo santo, lo bueno y lo virtuoso. Yo os entrego, yo os doy el terreno de mi alma; mandad, Señora del mundo, mandad, Reina de los Ángeles, y será transformado en un paraíso de delicias para Vos y Vuestro Hijo; mandadlo, y vuestras órdenes serán fielmente ejecutadas. Yo os prometo que cooperaré a mi conversión con santos propósitos y firmes resoluciones; mas ¡ay! éstas serán estériles si Vos no las fecundáis. Yo soy una tierra árida, seca, consumida y abrasada por los ardores de mi concupiscencia; en vuestras manos están las llaves de aquella fuente cristalina y pura cerrada por mis culpas… abrid los favores y las gracias y los dones del cielo correrán a torrentes sobre mí. Yo soy un huerto sin muros abierto a todas las ilusiones del ángel malo, al mundo y a sus vanidades. Yo os constituyo su guardiana, protegedme y amparadme.

  

   Vos, oh amabilísima Hortelana, me pedís durante todo este mes flores y yerbas aromáticas, ramilletes, guirnaldas y coronas, ¡ay de mí! En mi alma no hay otra cosa que confusión, desorden, vergüenza, espinas y un bosque desarreglado. Señora, ordenadle, cultivadle, sembrad en él la semilla de todas las virtudes; plantad en él esas flores que buscáis, ponedlas en orden según sus especies. Aquí estoy, vuestra propiedad soy, no me opondré, no resistiré, sino que cooperaré a la obra santa que, en estos días, dedicados a vuestra gloria y al bien de mi alma, Vos os proponéis hacer; principiadla, perfeccionadla y acabadla. Yo os ofrezco estos ejercicios a honra vuestra y a la gloria de vuestro Hijo. Amén.

 



DÍA TRIGÉSIMO—30 de mayo

 

MEDITACIÓN

 

I. Las adormideras, espuelas y capuchinas

Las adormideras, las espuelas, las capuchinas y otras muchísimas flores que dejamos para ponerlas adjuntas a las treinta especies ya indicadas, sirven para embellecer nuestros jardines con su variedad de colores y formas. Las adormideras son flores de primera magnitud, bellas por su forma y variedad de colores, y suben muy altas en sus tallos; pero cuidado que nadie las toque: no tienen olor.

ADORMIDERAS


ESPUELAS


CAPUCHINAS


 II. La eutropelia, o buen modo en los gestos exteriores

La templanza ha de poner orden no sólo a los movimientos internos del ánimo, sino a los externos, como son todos los gestos del cuerpo, los saltos, los bailes y danzas, los juegos de gimnástica, modos, maneras y formas en el vestir. En todo esto se han de guardar las leyes de la decencia, del decoro, de la honestidad, del pudor y de la modestia y gravedad.

 

III. Esta virtud en María

María fue tan compuesta en su exterior cual correspondía a su ordenación y gravedad interior. Nadie la vio jamás hacer un gesto desaliñado y, tanto en el vestir como en el andar y en toda su actitud exterior, fue un modelo de decoro y de moderación.




IV. Esta virtud a María

La descomposición interior sale a fuera en los modos y gestos exteriores. El desorden del ánimo está luego marcado en el frontispicio del corazón, que es el cuerpo. ¿Tienes en tu exterior compostura? ¿Guardas orden y moderación? Recoge estas flores y, porque les falta fragancia, únelas con las yerbas aromáticas de tu jardín y con otras flores que perfumen tu ramillete, y al presentarlas dirás a María:

 




PRESENTACIÓN DE LA FLOR

 

ORACIÓN.

 

   Yo os ofrezco moderación en todos mis gestos, acciones y movimientos exteriores. Recibid mis propósitos, y dadles fuerza y eficacia.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

MES DE MARÍA, POR EL PADRE FRANCISCO PALAU - DÍA VIGESIMONOVENO

 



Dispuesto por el Bienaventurado Francisco de Jesús, María y José (en el siglo Francisco Palau y Quer) OCD, Misionero Apostólico, y publicado en Ibiza por la imprenta de Ramón Vidal en 1861. Licencia otorgada por D. Rafael Oliver y Rivas, Gobernador Eclesiástico y Vicario capitular de Ibiza, el 23 de Septiembre de 1861.

  

 

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

ACTO DE CONTRICIÓN

 


 Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre, Redentor mío. Por ser Tú quién eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

 

 

   Bellísima y habilísima Jardinera, aquí tenéis a vuestros pies un corazón convertido por sus culpas en bosque lleno de espinas y abrojos, donde tienen sus madrigueras y hacen sus crías las pasiones más feas y vergonzosas: a vuestras órdenes están millares de operarios pendientes de vuestros labios, que esperan les mandéis arrancar de él todo lo malo y todo lo vicioso, y sembrar y plantar lo santo, lo bueno y lo virtuoso. Yo os entrego, yo os doy el terreno de mi alma; mandad, Señora del mundo, mandad, Reina de los Ángeles, y será transformado en un paraíso de delicias para Vos y Vuestro Hijo; mandadlo, y vuestras órdenes serán fielmente ejecutadas. Yo os prometo que cooperaré a mi conversión con santos propósitos y firmes resoluciones; mas ¡ay! éstas serán estériles si Vos no las fecundáis. Yo soy una tierra árida, seca, consumida y abrasada por los ardores de mi concupiscencia; en vuestras manos están las llaves de aquella fuente cristalina y pura cerrada por mis culpas… abrid los favores y las gracias y los dones del cielo correrán a torrentes sobre mí. Yo soy un huerto sin muros abierto a todas las ilusiones del ángel malo, al mundo y a sus vanidades. Yo os constituyo su guardiana, protegedme y amparadme.

  

   Vos, oh amabilísima Hortelana, me pedís durante todo este mes flores y yerbas aromáticas, ramilletes, guirnaldas y coronas, ¡ay de mí! En mi alma no hay otra cosa que confusión, desorden, vergüenza, espinas y un bosque desarreglado. Señora, ordenadle, cultivadle, sembrad en él la semilla de todas las virtudes; plantad en él esas flores que buscáis, ponedlas en orden según sus especies. Aquí estoy, vuestra propiedad soy, no me opondré, no resistiré, sino que cooperaré a la obra santa que, en estos días, dedicados a vuestra gloria y al bien de mi alma, Vos os proponéis hacer; principiadla, perfeccionadla y acabadla. Yo os ofrezco estos ejercicios a honra vuestra y a la gloria de vuestro Hijo. Amén.

 

ALBAHACA


 

DÍA VIGESIMONOVENO—29 de mayo

 

 

 

MEDITACIÓN

 

I. Albahaca

Entre las plantas odoríficas que son estimadas y esmeradamente cultivadas en los jardines y terraplenes, la albahaca tiene la preferencia. Su flor no tiene estima, pero va adjunta a la viola morada y con ella forma ramillete.

 


II. La humildad

La soberbia entumece y exalta al hombre y le coloca en un lugar que no le corresponde, pretendiendo hacerle pasar por lo contrario de lo que es y ostentando lo que no tiene. Para no perecer envenenado por el hálito pestífero de esta infernal cabeza, necesitamos una virtud que ponga freno a nuestros deseos y apetitos de honor, gloria, dignidad y grandeza mundana, sea material o espiritual, y ésta es la humildad. La alabaca, si nadie la comprime, pisa ni toca, si el viento no la agita, no perfuma el jardín; pero si las dan contra ella, si va entre pies, si prensan sus hojas, entonces es cuando da su olor y nos muestra la suavidad de sus perfumes: tal es el verdadero humilde.

 

III. La humildad de María

¡Cuán lejos estaba María de pensar que Gabriel arcángel le anunciase su elección para la alta dignidad de Madre de Dios! Se tenía por la más dichosa entre las mujeres sólo con poder besar los pies de aquella virgen pura que había de ser la Madre del Salvador. Dios vio la humildad de su sierva y la exaltó.





 

IV. La flor a María

Busca en tu alma la humildad verdadera. ¿Te complaces en ser lo que no eres? ¿Ostentas lo que no tienes? ¿Deseas ser ante los hombres lo que no eres delante de Dios? ¿Apeteces glorias, honores y grandezas vanas? Si así fuese, eres soberbio como los demonios… Siéntate en el lugar más bajo, sea tu dicha ser tratado como merece un vil pecador: alégrate en las afrentas, devora y come con gusto y buen apetito los desprecios y los oprobios, y, al poner hoy en manos de María tus propósitos, dile:

 




PRESENTACIÓN DEL RAMILLETE

 

ORACIÓN.

 

Humildísima y purísima Virgen: Yo acepto de buena voluntad, como cosa merecida y debida, todos los desprecios, afrentas y humillaciones que me vengan, de cualquier parte que procedan. Yo no quiero pasar sino por aquello que soy, y soy un pobre y miserable pecador. Recibid, Reina mía, este mi ramillete como emblema de mi humildad.

  

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 


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