¿Por qué lo renombraron como COVID-19 en lugar de llamarlo por su nombre real que era “SARS”?

 

Según la página oficial del CDC (https://www.cdc.gov/sars/about/fs-sars-sp.html), el síndrome respiratorio agudo grave (en inglés: Severe Acute Respiratory Syndrome, SARS) es una enfermedad respiratoria viral causada por un coronavirus, llamado coronavirus asociado al SRAS (SRAS-CoV). La primera vez que se informó sobre el SRAS fue en Asia en febrero de 2003. A los pocos meses, la enfermedad se propagó en más de dos docenas de país en Norteamérica, Suramérica, Europa y Asia antes de que se pudiera contener el brote global de 2003. 

El 11 de Febrero de 2020 el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus (en inglés International Committee on Taxonomy of Viruses o ICTV ) decidió que el nombre de este “nuevo” virus sería:Coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo” (SARS-CoV-2″). Por lo tanto “lo causado” es la enfermedad, cuyo nombre sin duda es SARS (SRAS en castellano). Pero, ese mismo día, la OMS decidió que la enfermedad se llamaría COVID-19.

Es muy curioso que uno de los empeños principales de una supuesta organización sanitaria sea cambiar nombres y definiciones. Si la enfermedad se hubiese llamado SARS (de hecho es su nombre real) NO habrían podido crear esta FALSA PANDEMIA.

Un síndrome es un conjunto de síntomas. Si yo tengo un conjunto de síntomas respiratorios AGUDOS y SEVEROS, tengo el SARS. Pero si no tengo esos síntomas, no tengo esa enfermedad, así que habría sido imposible que me dijeran que, según una PCR, yo tengo un síndrome (y por lo tanto unos síntomas) que en realidad no tengo. La tomadura de pelo de la “supuesta prueba PCR” para el SARS habría sido más evidente desde el primer momento.

En las enfermedades respiratorias no hay enfermos “asintomáticos”, máxime cuando los síntomas respiratorios de la enfermedad son agudos y graves (o los tienes, o no los tienes), habríamos llegado fácilmente a la conclusión de que la prueba PCR no diagnostica el SARS y de que es totalmente inútil. Menos mal que la OMS, “por nuestro bien”, decidió cambiarle el nombre a COVID-19  “para no generarnos un temor innecesario”.

De esa manera han logrado que se pueda hablar de “casos”, “contagios”, “asintomáticos” etc, para crear una alarma de proporciones descomunales. (1)

Por si fuera poco, el pasado 31 de diciembre, nuestros “amigos” de la OMS cambiaron otra definición. Hasta ahora , la inmunidad colectiva (también llamada “de rebaño”) es la inmunidad de un grupo de individuos conseguida porque el sistema inmune de un porcentaje de esos individuos ya ha reaccionado a un patógeno infeccioso. Pues a partir de ahora (según ellos) es un concepto del “ámbito de la vacunación, y se logra “protegiendo a las personas contra el virus, no exponiéndolas a él”.

Según la OMS, las vacunas son efectivas y basan su efectividad en la suposición de que el sistema inmune responde ante un patógeno atenuado inyectado directamente, generando así la inmunidad. Por lo visto, hacer eso, NO es exponerte a un patógeno.

Contradicciones “a millones” que todo el mundo acepta como ciertas -por haber sido repetidas hasta la saciedad- por el aparato emisor. (2)

(1) https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/technical-guidance/naming-the-coronavirus-disease-(covid-2019)-and-the-virus-that-causes-it

(2) https://www.who.int/es/news-room/q-a-detail/herd-immunity-lockdowns-and-covid-19

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