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“Lo que es penalizable es que un Estado permita los desahucios”

Sor Lucía Caram, junto al candidato del PNV al Ayuntamiento de Vitoria, Gorka Urtaran, en la charla ofrecida en Vitoria-Gasteiz.

Natalia González de Uriarte

La religiosa Sor Lucía Caram, con más de 58.300 seguidores en su cuenta de Twitter, llena cada auditorio en el que predica. Vitora-Gasteiz no ha sido una excepción. Las doscientas butacas del teatro del centro Cívico Aldabe se han quedado cortas para acoger a todos los asistentes deseosos de escuchar los 'sermones' de la que ya ha sido bautizada como “la monja mediática o revolucionaria”. Caram ha llegado a la capital alavesa de la mano del PNV. El candidato a alcalde Gorka Urtaran se ha sentado a intercambiar impresiones con esta religiosa sobre justicia social o política, entre otros temas.

Caram ha emplazado al alcaldable jeltzale y al resto de los políticos activos a quitarse la camiseta de su partido y enfundarse otra con un dorsal que represente a la humanidad. “Trabajen para que haya dignidad para todos, para ser capaces de crear complicidades, conjugar lo mejor de cada uno para multiplicar los resultados”, ha insistido. Considera que es el momento de un gran pacto contra la pobreza y contra la exclusión y por el bienestar social de todos los ciudadanos.

Gran pacto social contra la pobreza y la exclusión

Sor Lucía Caram ha hecho extensivo ese llamamiento al resto de la sociedad porque toda la ciudadanía, a su juicio, es corresponsable, en menor o mayor medida, de la situación actual. “Nos dedicamos a echar culpas. Ya no podemos mirar para otro lado diciendo que éste no es mi problema, porque el problema pronto nos alcanzará a todos. Se ha acabado el tiempo de quejarnos en la cocina de cada casa y en el bar. Se ha acabado el tiempo de la indignación irresponsable y ahora toca ejercer nuestra ciudadanía”.

Caram advierte de un peligro, el convivir con normalidad con el retroceso en los derechos ya adquiridos. “Nos hemos acostumbrado a rebajar los derechos conquistados. Una persona tiene derecho a trabajar y realizarse. No es justo que tengamos que trabajar solo para vivir o para ser trabajadores pobres. No podemos renunciar a la dignidad de las personas” En este punto ha compartido con los asistentes las enseñanzas impartidas por un antiguo profesor. Aquel maestro, según ha relatado Sor Lucía, apostaba por la creación de un nuevo partido político, “el único válido, el MEC, cuyas siglas responden al nombre ”Mueve el Culo“.

“Un nuevo partido: el MEC, mueve el culo”

Su diagnóstico es esperanzador. Cree que la situación de precariedad tiene solución. “Nos hemos despertado y mucha gente se está implicando y se compromete con el cambio. Mucha gente ya se niega a vivir de este sistema. Lo malo es que otros muchos siguen pensando, como plantea Cristobal Montoro, que tenemos que volver a consumir para que este tren descarriado pueda volver a circular, pero eso sería dirigirnos al abismo. El modelo se ha agotado y el sistema ha fracasado. Se nos dijo que la felicidad estaba en tener y tener más que los otros mientras nos ignorábamos. Reteniendo se te llena el bolsillo pero se te vacía el corazón. Tenemos que hacer una profunda autocritica y una gran crítica a este sistema perverso que expulsa continuamente a gente fuera de él. No sirve. Tenemos que dirigirnos a otro modelo basado en la justicia social, a un proyecto de sociedad más justa, más fraterna y más solidaria”, ha explicado.

Sor Lucía Carem propone caminar hacia un estado en el que “la política gobierne los mercados y no al revés. Nos hemos arrodillado ante las directrices del gran capital”.

“La Iglesia también ha defraudado”

Ha sido crítica con el Gobierno al abordar la problemática de los desahucios al tiempo que ha mostrado comprensión hacia aquellos que optan por instalarse en viviendas ajenas. “Los expulsados tiene derecho a tener un techo, a veces ocupando. El gran error que haya un estado que sea capaz de rescatar a entidades financieras y no a las personas. Lo que es penalizable es que un estado permita que haya desahucios. Tenemos demasiadas leyes que no garantizan la Justicia y si no se está garantizando la Justicia, tenemos que conquistarla. Cuando a la gente no le merece la pena vivir porque no tiene un techo digno y no se lo dan, lo tiene que conquistar”.

La Iglesia Católica no ha quedado indemne de sus reproches. Esta religiosa no rebaja el tono al censurar los comportamientos irregulares de la institución católica, aunque ha eludido entrar al detalle. “Como en todos los colectivos, en la Iglesia hay gente también que ha traicionado” ha reconocido para a renglón seguido resaltar la figura del Papa Bergoglio y su compromiso con los más necesitados.  “Nunca nos afectan suficiente los sufrimientos de los pobres. Hay que practicar la proximidad. Solo cuando somos capaces de llorar con sus lágrimas es cuando nos despertamos y nos complicamos la vida. Es más fácil llenar una bolsa de alimentos que escuchar a la gente. Cuando lo haces tu vida se pone patas arriba y algo tiene que cambiar desde ese momento.  Se tiene que iniciar un nuevo viaje con otro estilo de vida para contribuir a la construcción de otro modelo de sociedad. Me resisto a guardar la distancia prudencial. Hay que practicar la proximidad con los pobres y nunca en este punto pecaremos por exceso”.

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