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Opinión

Muérase, pero no moleste

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su vicepresidente, Pere Aragonés (ERC).

El Govern ha dicho al personal de ambulancias a su cargo que recomienden a los ancianos no acudir a los centros sanitarios, aunque estén diagnosticados por el coronavirus y tengan un pronóstico grave. Es una versión burocrática y edulcorada del darwinismo social más terrible: el fuerte ha de prevalecer sobre el débil. En el documento elaborado por el departamento de salud catalán se deja claro: “El objetivo es salvar el número máximo de años de vida en los pacientes con posibilidades máximas de supervivencia”. Así pues, ancianos catalanes, ya lo saben, su gobierno les condena a morir desasistidos – no hay suficientes médicos para la atención domiciliaria -, solos – la mayoría de nuestros mayores no viven con nadie – y, eso sí, resignados.

En su terrible lógica, los gobernantes separatistas insisten en que no se diga que el motivo para rechazar el ingreso es que no hay camas de UCI suficientes, presentando la muerte en tu propio domicilio como mucho más aconsejable. Efectivamente, morir en casa siempre es más digno que hacerlo abandonado en un pasillo abarrotado de enfermos. Pero de ahí a que la sanidad catalana se quite de encima a los que están en mayor riesgo, como si fueran mosquitos, hay un abismo. Lógicamente, estos maestros de la retórica envuelven el tema con frasecitas tales como “limitación del esfuerzo terapéutico” o que el criterio de edad no ha de ser el único. Da igual. Han decidido intubar como primera opción solamente a los no octogenarios sin patologías previas. ¿Cómo calificaría una persona con un mínimo de moral que en un despacho alguien escriba “se desaconseja utilizar la ventilación mecánica invasiva a los mayores de ochenta años, así como a personas dependientes o de enfermedades avanzadas”? ¿No tenemos todos derecho a la vida? ¿Estos no son los herederos de aquel pujolismo que tenía a la Ferrusola como adalid de las anti abortistas catalanas?

Boicot del Govern al Ejército

El oprobio que supone esa gestión, por llamarla de alguna manera, lo ha reflejado la directora de la residencia Verge del Remei de Arenys de Munt, Soraya Real, que siendo de Junts per Catalunya y habiendo ocupado el cargo de concejal de dicho pueblo ocho años, ha criticado públicamente “el escándalo y la mala gestión del Govern”. “El Instituto Catalán de la Salud no está haciendo PCR en las residencias. Estamos trabajando sin recursos. La consellera Vergés o no tiene información o miente. Cada vez hay más infectados y acabará muriendo todo el mundo”. Palabras que en boca de esta señora cobran una dimensión importantísima, puesto que muestra la descarnada verdad que intentan ocultarnos a los ciudadanos. El Govern no hace nada más que boicotear a la ayuda militar por considerarla “demasiado militar”, parafraseando al Rajoy de “los españoles, muy españoles”, escudándose en falsas estadísticas para no admitir el horrible drama que se está viviendo en las residencias de ancianos.

Se trata de que por culpa de la nefasta actuación de Torra y su gobierno, hay personas que están con un pie en la tumba

Laura Borrás, a través de Tuiter, ha intervenido en el más puro estilo lazi. Dirigiéndose a doña Soraya le ha dicho textualmente “Escríbeme un privado y miraré de possar fil a l’agulla”, es decir, me pondré con el tema. Es alucinante. Es inhumano. Es algo que incluso quienes nos hemos dedicado a criticar lo que pasa en Cataluña no esperábamos ver. Escríbeme y yo, que estoy por encima de todo, miraré qué puedo hacer.

Y es que no se trata de morir en tu casa o en un centro saturado, ni ser de este partido o del otro. Se trata de que por culpa de la nefasta actuación de Torra y su gobierno, hay personas que están con un pie en la tumba por no haber sido atendidas como se merecen. Ahora ya pueden seguir exigiendo a la UME que desmonte hospitales y continuar con sus ruedas de prensa para amiguetes. El baldón que arrastrarán para siempre jamás no se lo podrán quitar de encima por mucho blanqueo de TV3 que hagan.

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