El Argentino Félix José Weil, fue un mecenas germano-argentino judío y el principal impulsor financiero de la Escuela de Fránkfurt, a través de creación en 1923 del Instituto de Investigación Social. Alumno de Tubinga, se interesó en la filosofía de Hegel, pastor protestante frustrado.
Así, es el padre del «marxismo cultural», obra de la Escuela de Frankfurt, cuya estrategia es debilitar y exterminar el cristianismo y en general la cultura occidental. Una estrategia que ha tenido un éxito arrollador.
“Abolir a la familia” es una frase tomada del Manifiesto Comunista de Karl Marx y Frederick Engels, estrategia que se ha convertido en la principal agenda de la izquierda internacional, el feminismo radical y la ideologia de género.
Orientada hacia universidades, escuelas, museos, iglesias, seminarios, periódicos, revistas, televisión, cine, y por supuesto el Internet, desde donde se propaga una anti-cultura que socava los cimientos y las convicciones de la cultura cristiana occidental para que las nuevas generaciones, debilitadas en sus convicciones, adhieran a los ideales marxistas.
Su propósito es destruir todo lo que defienda o promueva el cristianismo, la familia tradicional, el rol de hombre y de mujer, la creencia en Dios, borrar todo vestigio de Ley Natural.
“Eros y civilización” de Marcuse se convirtió en el dogma de la doctrina del hipismo, al tiempo que “Sincero para con Dios” un libro escrito por el anglicano Obispo de Woolwich John AT Robinson, en 1963, presentaba a Dios como El Amor. Nada mas…
Mientras, Max Horkheimer afirmaba, en su ‘Teoría Critica’, que la manera de destruir la civilización occidental es el ataque sistemático a todos sus valores, la destrucción del matrimonio y la familia con hijos, proponiendo que el matrimonio sea cualquier tipo de unión donde intervenga la atracción sexual sin ningún fin concreto. Algo que hoy conocemos como ideología de Género, que ha conseguido exitos tan rotundos como que la zoofilia es ley en Canadá.
Fromm decía que la masculinidad y la feminidad no son reflejo de diferencias biológicas, sino que son una imposición “opresora”.
Según Marcuse: “La realización del objetivo de la tolerancia exige intolerancia hacia orientaciones políticas, actitudes y opiniones dominantes… intolerancia hacia los movimientos de la derecha, y tolerancia de movimientos de la izquierda”. La turbulencia social, la revolución, la anarquía, el relativismo y, en general, el colapso del racionalismo y la imposición de las tribus urbanas es consecuencia directa de la escuela de Frankfurt. Buscando legislar en favor de leyes contra natura.
Vemos pues como el ideal de Nietzsche, con su enconado ataque al cristianismo y a la filosofía occidental en general, a las nociones tradicionales de sujeto, representación, causalidad, valor, verdad, sistema, son convertidas en leyes anárquicas. Nietzsche califica de decadencia al racionalismo, el liberalismo, la democracia y el socialismo, mientras que pondera los bajos instintos.
Heidegger, hijo de un sacristán y nazi, propone un nuevo modo de pensar. El existencialismo, que confronta la ansiedad por la muerte sin apelar a la esperanza de ser salvado por Dios.
Por ultimo Sartre propone el «marxismo humanista», con su pareja Simone de Beauvoir, vivieron el «ideal», conviviendo 50 años sin casarse, sin hijos y sin amor, en una relación polígama, “para recibir y responder a estímulos sexuales con múltiples parejas”, se encontraban todos los días en un en café y recibían a sus amigos por separado en otra mesa.
Este es el ideal de familia hacia donde nos dirigen…
“Los Sacramentos serán atacados, oprimidos y despreciados… habrá muchos y enormes sacrilegios públicos y también ocultos” La (secta)…que estará entonces en poder, promulgará leyes inicuas con miras de deshacerse de este Sacramento, haciendo fácil para todos vivir en pecado y fomentar la procreación de niños ilegítimos nacidos sin la bendición de la Iglesia». Virgen del Buen suceso 1594
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