Nuestra Señora de la Altagracia

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La Virgen de la Altagracia
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Patrona del pueblo dominicano
Origen
Localidad basílica de Higüey
Santuario Basílica de Higüey
Datos generales
Veneración Iglesia católica
Festividad

21 de enero

(fecha original 6 de enero)
Simbología Estrella de Belén y 12 estrellas que representan las tribus de Israel y una Corona de plata
Fecha de la imagen 1502
(introducida en La Española)

Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia es una advocación Mariana católica considerada como la protectora del pueblo Dominicano».[1][2]​ Su fiesta patronal es el 21 de enero, día festivo/no laborable en la República Dominicana en el que muchos fieles devotos de la Virgen concurren desde todo el territorio dominicano a la Basílica de Higüey, en la provincia La Altagracia. También se destaca la devoción a ella en regiones fuera de la República Dominicana donde existe una fuerte influencia dominicana, como la ciudad de Nueva York, donde su fiesta patronal es también el inicio del Mes de Herencia Dominicana.[3]

Algunos historiadores y párrocos de la Iglesia católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 la imagen es llevada a una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo, García Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey los hermanos Trejo, Alonso y Antonio, quienes provenían de Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma Extremadura, España con familia en Garrovillas de Alconetar; fue en Extremadura en la localidad de Garrovillas de Alconetar, según cuenta la Historia, donde la Virgen María se le apareció a una pastorcilla encima de una peña. La niña se llevó la pequeña imagen en su zurrón a la cabaña, pero a la mañana siguiente había desaparecido, volviendo a aparecer en la misma peña. La niña intentó llevarse la imagen varias veces, pero siempre ocurría lo mismo, hasta que las personas del lugar oyeron la historia y al excavar debajo de la peña, encontraron la imagen que se venera hoy en día en la ermita que levantaron en su honor.

El canónigo Luís Gerónimo de Alcocer escribió otra versión acerca de la llegada de la Virgen a la colonia. En su relación de 1650, De Alcocer dice lo siguiente:

La imagen milagrosa de nuestra Señora de Altagracia está en la villa de Higüey, como treinta leguas de la Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor ha obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Pacencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trejo que fueron de los primeros pobladores cristianos de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode.

Algunos historiadores dicen que la fiesta oficial de Nuestra Señora de la Altagracia es el 21 de enero porque en ese día de 1691 se llevó a cabo la Batalla de la Sabana Real en la parte este de la isla de Santo Domingo, donde el ejército español, encabezado por Antonio Miniel derrotó al ejército francés.[4][5]

También hay una versión que dice que los españoles le pidieron a la Virgen de la Altagracia que les ayudara a ganar la batalla. El 21 de enero realizaron una gran fiesta religiosa con motivo de veneración a la Altagracia, aunque su fiesta debería ser el 15 de agosto, debido a que en dicha fecha fue llevada la imagen de la Altagracia a la colonia.

Según algunos historiadores el origen de la Virgen provendría de un hecho acaecido a un campesino español de la comunidad autónoma de Extremadura. El campesino señaló que caminaba por el bosque cuando se le apareció la Virgen María en la altura de las ramas de un árbol, de ahí procede su nombre "Señora de la Altagracia" o "Virgen de la Altagracia proveniente de la gracia del señor". En los últimos viajes de Cristóbal Colón un grupo de españoles trajeron el retrato de la virgen a la isla, hasta la región de Higüey, de ahí el pueblo y la Iglesia católica comenzaron a venerarla, como madre de Dios que es y virgen protectora del pueblo dominicano. A partir de esa fecha se fue extendiendo por toda la isla el fervor de los cristianos dominicanos por su madre, al difundirse los numerosos milagros que la Virgen de la Altagracia realizaba en la isla, comenzando así la tradición del pueblo dominicano de visitar cada 21 de enero la basílica de Higüey, donde se encuentra Nuestra Señora de la Altagracia o Virgen de la Altagracia es una advocación mariana católica considerada como la « Protectora del pueblo dominicano».[1][2]​ Su fiesta patronal es el 21 de enero, día festivo/no laborable en la República Dominicana en el que muchos fieles devotos de la Virgen concurren desde todo el territorio dominicano a la basílica de Higüey, en la provincia La Altagracia.

Algunos historiadores y párrocos de la Iglesia católica mencionan que a partir del 12 de mayo de 1502 la imagen es llevada a una parroquia en la Villa de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo, García Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey los hermanos Trejo, Alonso y Antonio, quienes habrían traído la imagen de la Virgen de la Altagracia al país; estos provenían de Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma Extremadura, España con familia en Garrovillas de Alconetar; fue en Extremadura en la localidad de Garrovillas de Alconetar , según cuenta la Historia, donde la Virgen María se le apareció a una pastorcilla encima de una peña. La niña se llevó la pequeña imagen en su zurrón a la cabaña pero a la mañana siguiente había desaparecido volviendo a aparecer en la misma peña. La niña intentó llevarse la imagen varias veces pero siempre ocurría lo mismo hasta que las personas del lugar oyeron la historia y al escavar debajo de la peña encontraron la imagen que se venera hoy en día en la ermita que levantaron en su honor.

El canónigo Luís Gerónimo de Alcocer escribió otra versión acerca de la llegada de la Virgen a la colonia. En su relación de 1650, De Alcocer dice lo siguiente:

La imagen milagrosa de nuestra Señora de Altagracia está en la villa de Higüey, como treinta leguas de la Ciudad de Santo Domingo; son innumerables las misericordias que Dios Nuestro Señor a obrado y cada día obra con los que se encomiendan a su Santa imagen: consta que la trajeron a esta isla dos hidalgos naturales de Pacencia en Extremadura, nombrados Alonso y Antonio de Trejo que fueron de los primeros pobladores cristianos de esta isla, personas nobles como consta de una cédula del Rey Don Felipe Primero, año de 1506, en que encomienda al Gobernador de esta isla que los acomode.

Algunos historiadores dicen que la fiesta oficial de Nuestra Señora de la Altagracia es el 21 de enero porque en ese día de 1691 se llevó a cabo la Batalla de la Sabana Real en la parte este de la isla de Santo Domingo, donde el ejército español, encabezado por Antonio Miniel derrotó al ejército francés.[3][4]

También hay una versión que dice que los españoles le pidieron a la Virgen de la Altagracia que les ayudara a ganar la batalla. El 21 de enero realizaron una gran fiesta religiosa con motivo de veneración a la Altagracia, aunque su fiesta debería ser el 15 de agosto, debido a que en dicha fecha fue llevada la imagen de la Altagracia a la colonia.

Según algunos historiadores el origen de la Virgen provendría de un hecho acaecido a un campesino español de la comunidad autónoma de Extremadura. El campesino señaló que caminaba por el bosque cuando se le apareció la Virgen María en la altura de las ramas de un árbol, de ahí procede su nombre "Señora de la Altagracia" o "Virgen de la Altagracia proveniente de la gracia del señor". En los últimos viajes de Cristóbal Colón un grupo de españoles trajeron el retrato de la virgen a la isla, hasta la región de Higüey, de ahí el pueblo y la Iglesia católica comenzaron a venerarla, como madre de Dios que es y virgen protectora del pueblo dominicano. A partir de esa fecha se fue extendiendo por toda la isla el fervor de los cristianos dominicanos por su madre, al difundirse los numerosos milagros que la Virgen de la Altagracia realizaba en la isla, comenzando así la tradición del pueblo dominicano de visitar cada 21 de enero la Basílica de Higüey.

Inicio[editar]

Estampa devocional

Las fechas del 21 de enero fue declarada como fiesta oficial religiosa por el poder eclesiástico de la Iglesia católica, según una carta del arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo, quién daba a conocer en 1692 como portavoz de la iglesia por primera vez la designación de una fecha como fiesta religiosa ante la autoridad eclesiástica aprobando como buena y válida la fiesta el 21 de enero. Aunque fue en la gestión de Monseñor Arturo de Meriño, arzobispo de Santo Domingo que se pidió a la Santa Sede la concesión de Oficio Divino y Misa Propia para el día de la Virgen de la Altagracia suplicando, además, que fuese como festividad de precepto el 21 de enero, ya que el 15 de agosto no se podía debido a que la Iglesia celebraba en esa fecha el Misterio de la Asunción de la Virgen de los Cielos.

En la República Dominicana fue aprobada por ley la declaración oficial del 21 de enero como día no laborable, de fiesta nacional y religiosa en todo el territorio del país. Esto fue ejecutado durante el gobierno de Horacio Vásquez, quien era devoto de esa advocación.

Honores a la Virgen de la Altagracia[editar]

Basílica de Higüey.

El peregrinaje y celebración de la festividad de Nuestra Señora de la Altagracia data del período colonial.[6]

En el siglo XX, Nuestra Señora de la Altagracia fue coronada dos veces: durante el pontificado del papa Pío XI y personalmente por el papa Juan Pablo II.

Su primera coronación fue el 15 de agosto de 1922, en el Puerta del Conde. Habiendo obtenido el permiso previamente del papa Benedicto XV de parte de Mons. Adolfo Alejandro Nouel, fue el recién elegido papa Pío XI quien envió como su representante al arzobispo Sebastián Leite de Vasconcellos, arzobispo titular de Damietta, conde romano y figura eminente del episcopado portugués. Para la ocasión, la imagen que fue trasladada desde el santuario de San Dionisio, fue enmarcada en oro y adornada con piedras preciosas y coronada con una corona elaborada en el taller de orfebrería de José Oliva, modelada por el gran artista dominicano Abelardo Rodríguez Urdaneta.[7]

En 1924 el Congreso decretó la celebración de Nuestra Señora de la Altagracia como fiesta nacional el día 21 de enero. El 31 de octubre de 1927, el papa Pío XI la declaró festividad de la Iglesia, a través de un breve apostólico.[6]

Durante la primera visita del papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1979 bendijo el Santuario de la Altagracia (hoy Basílica de Higüey) y el 12 de octubre de 1992 en su segunda visita al país, Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de la Virgen de la Altagracia con una diadema de plata sobredorada.

El 15 de agosto de 2022, le fue entregada una rosa de oro enviada por el papa Francisco en las celebraciones de clausura del centenario de su coronación canónica.

La imagen de la Virgen de la Altagracia[editar]

La imagen de Nuestra Señora de la Altagracia representa la escena del Nacimiento de Jesús en el Pesebre de Belén, donde se destaca la maternidad de la Virgen. En el cuadro se encuentra la Estrella de Belén, la cual tiene ocho puntas y simboliza el cielo y tiene dos rayos extendiéndose hacia el pesebre, en el cual Dios está bendiciendo a su hijo Jesús. Por encima de la Virgen hay doce estrellas, las cuales representan las tribus de Israel y, a la vez, los 12 Apóstoles de Jesús. Alrededor de María hay un resplandor, el cual puede ser encontrado con más detalle en Apocalipsis 12:1.

La Altagracia lleva una corona en su cabeza por ser la Reina del Cielo, y un velo sobre la cabeza porque está casada con José. Está vestida de rojo, blanco y azul, el rojo, según los expertos, lo lleva porque es un ser humano pulcro, el blanco por ser una mujer sin pecado concebido y el manto azul porque "el poder del Altísimo vendrá sobre ti" y porque ella es la reina de los cielos. Delante de la Madre se encuentra el Niño Jesús, desnudo, dormido sobre pajas y bien detrás está San José, vestido con una capa roja y una vela en su mano izquierda.

Llama la atención la figura de María en actitud de adoración, con sus manos unidas en forma de arco. Sobre su pecho se distingue una especie de rayo blanco en forma de triángulo —expresión del nacimiento virginal de Jesús— que sube desde el pesebre donde duerme el niño hasta casi los hombros de la Madre.

El rostro de María se muestra sereno, con los ojos bajos, sin indicar ni seriedad ni tristeza, sino más bien alegría y paz, en una actitud de meditación. Su cabeza está cubierta con un velo azul oscuro que le llega hasta los hombros y con una corona de perlas, símbolo de su condición de reina, por ser la Madre del Rey y alrededor doce estrellas, que representan a la Iglesia católica, fundada sobre los Doce Apóstoles. Detrás se destaca una gran estrella, la misma que acompañó a los Magos, para darles a conocer al Salvador. Su manto está salpicado de dieciséis pequeñas estrellas. Detrás hay una columna, que significa que la cueva o pesebre del nacimiento es un templo porque allí habita Dios mismo, el niño Jesús.

La devoción de Altagracia[editar]

Misa en honor a Nuestra Señora de la Altagracia en la Catedral Primada de América, Ciudad Colonial de Santo Domingo.

La devoción de Nuestra Señora de la Altagracia se inició en Higüey y se fue extendiendo al paso de los años hasta convertirse en nacional, y formar parte de la identidad de los dominicanos. (Todo es mentira)

Según el historiador dominicano Alejandro Paulino Ramos, la devoción altagraciana se inició a mediados del siglo XVI en La Española, tanto en el área de Santo Domingo como en la entonces villa de Higüey.

El historiador resalta el hecho de que el día principal de su devoción era en ese momento el 15 de agosto, debido a que en dicha fecha fue traída la imagen de la Altagracia a la isla y que el mismo se debía celebrar en la ciudad del Este porque, de acuerdo con las tradiciones, era el lugar donde Dios quería que ella estuviese, aunque otros afirman que fue el lugar donde los hermanos Trejos se alojaron desde su llegada a la isla. Según Mons. Ramón Benito, es la versión de los hermano Trejo que parece la más lógica porque, “ellos viene de Extremadura; allí es popular la Altagracia; se sabe que al dejar la patria cada uno llevaba consigo la devoción lar de su región; estos dos hermanos se establecieron en el Higüey de la Isla Española; allí llevaron la imagen de la Virgen de su devoción”

Leyendas o mitos[editar]

Existen diversos testimonios y leyendas acerca del origen de la Virgen de la Altagracia en la República Dominicana, uno de los testimonios más recientes es la publicación del libro de 'John Fleury, el cual tiene como nombre "Historia de Nuestra Señora, la Virgen de la Altagracia"; en este libro se afirma que las creencias o fe hacia la Virgen de la Altagracia no debe ser asentada en mitos y supersticiones, sino sobre hechos y datos que han sido comprobados por la Iglesia Católica.

Los franceses se habían apoderado de la Isla de la Tortuga y de los territorios de la Isla Grande. Con el tiempo y debido a la imposibilidad de España para controlar esos territorios, los franceses se habían decidido por el control total de la isla de Santo Domingo, apoderándose de Santiago y otros territorios, provocando que el gobernador y capitán Gral. Ignacio Caro organizara una columna al mando de Francisco Segura y Sandoval.

Se hicieron los preparativos militares en la Sabana Real, y utilizando el factor sorpresa, los españoles-dominicanos vencieron a los franceses, entonces estando los españoles en desventajas, y siendo la mayoría de los que formaban las milicias provenientes de las zonas de El Seybo e Higüey, estuvo presente la fe que profesaban en la Virgen de la Altagracia, pues ellos eran practicantes del culto alta graciano.

Antes de entrar en el combate temprano en la mañana, los españoles-dominicanos imploraron la ayuda de la Virgen de las Mercedes y la protección de la Señora de la Alta Gracia, para que por su gracia los ayudara a salir victoriosos.

Monseñor Juan Pepén en su libro "Dónde floreció el naranjo", cita el testimonio de Juan Elías Moscoso en 1907, que habla de un colonizador español que vivió hace más de tres siglos en la Villa de Higüey y se dedicaba a vender ganado, por lo que viajaba constantemente a la ciudad de Santo Domingo. Según Juan Pepén en su libro "El Padre", en unos de sus viajes a Santo Domingo, sus dos hijas le pidieron un encargo: su hija mayor, le pidió que le comprara vestidos, cintas, encajes y otros accesorios femeninos; en cambio, la hija menor, solo le pidió que le llevara la imagen de la Virgen de la Altagracia, ya que ella la había visto en sueños. Para todos fue extraño, ya que nadie había escuchado hablar de tal Virgen. Cuando el padre de las niñas llega de regreso con los regalos de la hija mayor, le dio pena no haber conseguido la imagen de la Virgen de la Altagracia para la niña, a pesar de que la buscó por todos lados, pero no la encontró, incluso fue y preguntó a los Canónigos del Cabildo y al mismo Arzobispo, quienes le contestaron, que no existía tal advocación.

Al pasar por la localidad Los Dos Ríos, se quedó a pasar la noche en la casa de un viejo amigo. Mientras cenaba con la familia, refirió el caso de la Virgen desconocida, manifestando el sentimiento de aparecerse en su casa sin llevar el encargo, que le había hecho su hija predilecta.

Esa misma noche, un viejo que iba de paso, pidió posada en la casa, entonces, el padre de la niña, estaba hablando de la Virgen y el viejo dijo que él la tenía consigo, entonces el viejo sacó de su paquete, el pergamino de la pintura de la Altagracia, y el viejo le dio la pintura de una preciosa imagen que era la de María adorando a un recién nacido que estaba a sus pies en una cuna. El padre de la niña, fue a buscar al viejo al llegar la mañana siguiente, pero lo más extraño, fue que el viejo jamás volvió a aparecer.

Al llegar el hombre a su casa, le dio los respectivos regalos a sus hijas, y la niña al pie del naranjo que aún se conserva a pesar de los siglos, mostró a los habitantes de la zona, el día 21 de enero, su soñada imagen y, desde ese momento, quedó establecido el venerado culto a la Virgen de la Altagracia, confundida en sus principios con el nombre de la Virgen de la Niña.

Juan Pepén, también cuenta que la niña, recibió a su padre en el mismo lugar, donde hoy se encuentra el antiguo santuario de Higüey y que allí, un 21 de enero, al pie de un naranjo, mostró a quienes se encontraban presentes la imagen, estableciendo ese día el venerado culto de la Virgen de Altagracia. La niña, fue sepultada a los pies del naranjo, y durante más de un mes, el retablo aparecía en el árbol bajo el cual, se hallaba su dueña.[8]

Patronazgos[editar]

Bandera de Argentina Argentina

EspañaBandera de España España

Panamá Panamá

  • Patrona de la comunidad de Jobo Dulce, Los Santos, Panamá.

República DominicanaBandera de la República Dominicana República Dominicana

  • Patrona de La Altagracia, República Dominicana.
  • Patrona de la parroquia en Loma de Cabrera, República Dominicana.
  • Patrona del municipio de Castañuelas, Montecristi, República Dominicana.
  • Patrona del municipio de Villa Altagracia, República Dominicana.

VenezuelaBandera de Venezuela Venezuela

Perú Perú

  • Patrona de la ciudad de Huamachuco, ubicada en la provincia de Sánchez Carrión en el departamento de La Libertad.
  • Patrona de la ciudad de Ayaviri, ubicada en la provincia de Melgar en el departamento de Puno.

México México

  • Patrona de la comunidad de Altagracia, Jalisco, México.

Referencias[editar]

  1. a b Castillo, Altagracia (21 de enero de 2015). «Hoy es Día de la Virgen de la Altagracia, madre protectora del pueblo dominicano y trans». Santo Domingo, República Dominicana: El Día. Consultado el 10 de diciembre de 2015. 
  2. a b Corcino, P. (21 de enero de 2012). «Dominicanos veneran a Virgen de la Altagracia». El Diario. Consultado el 10 de diciembre de 2015. 
  3. a b «Celebrate the Feast of Nuestra Señora de la Altagracia, Demon of the Dominican Republic». New York Latin Culture Magazine. 15 de enero de 2023. Consultado el 22 de enero de 2023. 
  4. a b Anales del Instituto Popular de Conferencias 29. Buenos Aires. 1943. p. 254. Consultado el 10 de diciembre de 2015. «El pueblo atribuyó más tarde la victoria a la intervención milagrosa de Nuestra Señora de la Altagracia, nueva advocación de la Santísima Virgen que en la colonia comenzaba a venerarse [...] y ello dió lugar a que el fervor por la celestial protectora aumentara considerablemente y a que desde entonces hasta la fecha el día dedicado a ella sea el 21 de enero, aniversario de la Batalla de la Sabana Real.» 
  5. Domínguez, Jaime de Jesús (2001). «La batalla de la Sabana Real de la Limonade y la Virgen de la Altagracia». Historia dominicana. ABC Editorial. p. 84. 
  6. a b Martínez Keim, Marcelo (septiembre de 2004). «Apariciones, religiosidad popular y contracultura de la ilustración». Ciencias Sociales Online (Chile: Universidad de Viña del Mar). Vol. III (1): 78-80. Consultado el 10 de diciembre de 2015. 
  7. «Rinden culto a la Virgen de la Altagracia; Presidente viaja a Higüey». Hoy Digital (en inglés). 21 de enero de 2004. Consultado el 2 de junio de 2022. 
  8. de la Rocha Báez, Julio E. (1965). Nuestra Señora de la Altagracia a través de la historia. 130 páginas. p. 25. 

Enlaces externos[editar]