No es un currículo que se vea en Linkedin: exorcista, doctor en Teología por la Universidad de Santo Tomás de Aquino (Roma) y licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona.
No es una metáfora fácil: contra el calor infernal del verano, en su despacho sólo tiene agua bendita.
No es una imagen recurrente: no corre una pizca de aire en el convento, pero la puerta se abre de cuando en cuando, quejumbrosa, chirriante, como empujada por una mano que no vemos.
- ¿Cómo sé yo que usted no es un farsante?
- A mí no me lo han llamado nunca. Los que vienen lo hacen convencidos de que tienen una influencia demoníaca.
- Si en el DNI apareciera un trabajo, ¿qué pondría?
- Consejero. Ayudador.
- ¿Cuántos exorcismos ha hecho usted?
- Pues mire, no los tengo contados. De lunes a viernes tengo cinco entrevistas cada día de casos o posibles casos. Así desde hace nueve años ya... El 50% de los que vienen tiene un problema de salud mental.
- ¿Y cómo se manifiesta el demonio?
- Pierden el conocimiento, hablan lenguas extrañas, tienen una fuerza desorbitada, malestar profundo, ves a señoras educadísimas vomitando, blasfemando: "¡La Virgen es una puta!"... Donde está sentado usted, un muchacho al que por la noche el demonio le quemaba la camisa y cosas de esas, me decía lo que le proponían los demonios: "Si haces un pacto con nosotros, no te va a pasar nada más de lo que te está pasando".
- Su caso más terrorífico.
- El de una señora ecuatoriana. Me llamó su marido y me dijo que cuando ella veía algún signo religioso perdía el conocimiento y caía al suelo [Golpea la mesa]. "¿Usted la podría ver?", me pidió. "Pues claro". Llegué con retraso a la cita. Cuando lo hice, ella estaba en el suelo, inconsciente, se había caído a la puerta de un convento. Tenía un nene de tres años. Entré aquí [su despacho], cogí el agua bendita, me puse la estola, aquello fue impresionante... Se arrastraba por el suelo como una culebra. Le echaba agua bendita y se retorcía. Le quemaba. El niño trató de acercarse a su madre y ella le quiso atacar. Tuvimos que coger al niño. Entonces fue a por mí... Recuerdo otro caso: un chico de 16 años sin estudios poseído por el demonio. Me dijo en un latín perfectísimo: "Te ordeno que no vuelvas a rezar ningún Padrenuestro".
- ¿Se ríe el demonio?
- Con risas sarcásticas. El demonio es un amargado total.
- La primera frase que se dice en un exorcismo.
- "Señor Jesucristo, palabra de Dios padre, Dios de toda criatura que diste a los santos apóstoles el poder de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar toda fuerza del enemigo".
- ¿Sintió miedo alguna vez?
- Este es un oficio bastante desagradable. Al principio tenía mucho miedo. No hacía más que mirar para atrás y en todas partes veía demonios... Mire, el otro día estaba haciendo un exorcismo. "¡Te mando!", "¡te ordeno!"... Y el Maligno, con una voz tremenda, me soltó: "Galleeeego, te estás passsaaaando". Temblé.
- El exorcista Fortea me contó que el demonio le encendía los interruptores.
- Sí. Desaparecen cosas y aparecen cuando menos lo esperas... ¿La certeza? Tengo que esforzarme por no ser muy crédulo. La certeza total de que alguien está poseído no la he tenido nunca.
- ¿Puede matar el demonio?
- Cuando me nombraron, una pariente me dijo: "Ay, Juan José, estoy toda asustada, porque en la película El exorcista uno se muere y el otro se tira por la ventana" [Se ríe]. Le dije: "Mujer, tú no te olvides de que el demonio es criatura de Dios".
- ¿Satanás habla en castellano o en catalán?
- Las dos lenguas. Habla todas.
- Hipotéticamente, ¿puede estar poseída la señora Ferrusola?
- [Suspira] Yo diría que no.
- ¿Son un infierno los nacionalismos?
- No diría tanto. Son unos egoísmos llevados al extremo supremo. Eso que dicen de café para todos, no. Es café para mí.
- Usted ha dicho que el 'reiki' y el yoga son puertas de entrada del demonio...
- Pueden serlo. Puede meterse un poco por ahí.
- ¿Se puede adivinar el futuro?
- Hay gente que lo adivina. El muchacho aquel endemoniado le adivinaba a su madre siempre lo que había comprado.
- Y a Fabra, por ejemplo, le tocó un montón de veces la Lotería.
- O la sacaba de otro sitio. No hace falta que ellos vayan al demonio. Son bastante demonios sin quererlo.
- A más crisis, ¿más demonios?
- No. Ya la crisis nos trae los demonios. Son las adicciones: la droga, el alcohol... En el fondo son una posesión. Con la crisis la gente sufre más. Está desesperada. Gente convencida de que tiene el demonio dentro.
- Decía Chirbes que lo único que nos queda es tratar de mantener el mal a la puerta de casa.
- Yo lo pondría más lejos. Porque si lo pones a la puerta, si te descuidas, a la mínima, se te mete para dentro.
- ¿Qué le da más miedo: un cementerio nocturno, un agente de la Guardia Urbana o una Primera Comunión?
- No lo sé. Dudo. Yo he enseñado Filosofía y en Filosofía hay que ser muy precavidos.
- ¿El pecado que más le gusta al maligno?
- La soberbia.
- ¿Peca más la derecha o la izquierda?
- Las dos pecan igual.
- Me refería a usted, padre...
- Entonces creo que la derecha.