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NUEVE CARTAS PARA TERESA DE JESÚS. NUEVE CARTAS PARA TERESA DE JESÚS Teresa de Ávila está en el universo. Ha llegado al mundo de los escritores, de los poetas, de los místicos, de los fundadores, de …Más
NUEVE CARTAS PARA TERESA DE JESÚS.

NUEVE CARTAS PARA TERESA DE JESÚS

Teresa de Ávila está en el universo. Ha llegado al mundo de los escritores, de los poetas, de los místicos, de los fundadores, de los sencillos y limpios de corazón, de los escultores, de los pobres que ven sus harapos, y, por pura misericordia, los encuentran un día convertidos en blancor de nieve y luz.
Esta mujer tan mujer, tan valiente e inteligente, tan atrevida para andar los caminos, solventar los problemas y crucigramas, reír y atraer con su lenguaje y faz, es una consagrada a la verdad, a la obediencia de Cristo. El paso de esta mujer, Teresa de Jesús, es firme y seguro, pues cree en el Camino más perfecto, hermoso y estable, Jesús como una Roca.
Leer los escritos de Teresa de Ahumada, la de Jesús, la de Ávila, es una gracia para el intelecto, un torrente de sabiduría y finura. A cada paso, en los números de sus obras, se encuentra lo sentido, dicho, percibido, oído, escuchado, entendido, visto, olido, tocado. Todos los sentidos son lugares de aprendizaje, y así vuelca su pluma en las noches, en el rincón de su celda, sentada sobre la corcha, o de rodillas, junto a un pobre y frío poyo.
Hay verdad, sentido, sentimiento, maravilla, encendida centella, en todas las páginas de las obras completas. Me embauca su Vida, eleva el Camino y el comentario al Cantar, y las poesías que son un recreo para las Hermanas, o para cualquier fiesta y cumpleaños. Si sigo con las Moradas, me llego a perder. Y las Cuentas, y la exactitud de las Fundaciones, y las Cartas.
Las gracias y las misericordias de Dios están en la mujer Teresa de Ahumada como engarzadas en collar de piedras preciosas, que Dios mismo ha entregado como perla y anillo de matrimonio. La gracia de Dios es origen y fin de la Vida de sor Teresa de Jesús; la Santa, que dicen en Ávila; la Madre, que dicen sus hijas.
Escribo ahora una carta al oído de Teresa, delante de ella misma, y se lo digo en tono reducido, con habla de amistad y sincero afecto. Desde Arenas de san Pedro, el Santuario donde está su amigo fiel, quien supo iluminarla en total totalidad.

Victorino Terradillos Ortega, ofm.