Pentecostes
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¿PENSÁIS QUE SOLO NOS SALVAMOS LOS CRISTIANOS? Repasando los mensajes de Prado Nuevo, se encuentra respuesta a esta pregunta. Sí amigos, no podemos poner límites a la Misericordia de Dios. Aquí tenéis …Más
¿PENSÁIS QUE SOLO NOS SALVAMOS LOS CRISTIANOS?

Repasando los mensajes de Prado Nuevo, se encuentra respuesta a esta pregunta.
Sí amigos, no podemos poner límites a la Misericordia de Dios.
Aquí tenéis un fragmento del mensaje del 2-01-1993 (completo lo podéis ver AQUÍ) donde el Señor nos muestra su Misericordia:

“No busquéis, hijos míos, nada más que el Reino de Dios aquí en la Tierra, pues lo demás se os dará por añadidura. Reuniros todos los cristianos, hijos míos, y formad un gran rebaño para defender mi Iglesia. Todos unidos invocad al Espíritu Santo y orad, hijos míos, para que no venga la tentación a vosotros. Defended a mi Iglesia y vuestra Iglesia y a los componentes de ella, hijos míos. Los hombres quieren hacer desaparecer de la Tierra la palabra de Dios; ¡cuidado, hijos míos, que el rey de las tinieblas quiere apoderarse de la Humanidad! ¡Despertad aquéllos que estáis dormidos, estad alerta, hijos míos! Todos juntos podéis formar un gran rebaño. Las malas lecturas, hijos míos, y los malos libros confundirán a la Humanidad. ¡No hagáis caso, hijos míos!

El Verbo vive en el seno del Padre; Él no es engendrado de Adán; Él es nacido de una Virgen sin pecado, de una Virgen pura e inmaculada. En Él no existe el pecado original ni el actual. El Verbo vive en la divinidad, se hace carne y muere para resucitar a los hombres del pecado. Y Él muere para que el hombre viva, pero en Él no existe la concupiscencia de la carne ni los estímulos, hija mía, de las pasiones. Todo en Él es divino, aunque en Él hay parte humana. ¡Que nadie os engañe, hijos míos!; Él vino a vosotros para que participéis, todos aquéllos de buena voluntad, en el Reino del Padre. Mira, hija mía, en el Reino del Padre hay muchas moradas; mira, hoy vas a ver una de ellas. En ésta están, hija mía, aunque en menos visibilidad, aquéllos de otras doctrinas que creen en un solo Dios y respetan las leyes del Padre, aunque no participan de la morada de los verdaderos cristianos y viven en menos visibilidad que los otros. Pero mira, hija mía, también son felices; viven revoloteando ejércitos y ejércitos de ángeles por encima de ellos.

La misericordia de Dios es grande. Pero mira, hija mía, la grandeza que hay en este otro lugar, donde los verdaderos católicos practicantes, bienaventurados, mártires, participan de la gran divinidad. Mira, hija mía, el primero que llega a este lugar bebe de esta fuente y se abre su inteligencia, y sus sentidos no existen, porque las potencias se les han abierto al beber de esta fuente, que ven las grandezas...
LUZ AMPARO:
¡Ay! ¡Ay, qué perfumes, qué rosas!, ¡ay, qué jardines, qué prados! ¡Ay, qué frutos hay en estos árboles! ¡Ay, ay, ay!
EL SEÑOR:
Todos, quiere la Divina Majestad de Dios que pasen por el Paraíso que Dios preparó para la primera pareja y gocen de todo lo que había creado para ellos.
LUZ AMPARO:
¡Ay, ay...! ¡Hay de toda clase de frutos, flores, arroyos!, ¡ay, riachuelos! ¡Ay, esto no tiene fin!, son praderas sin final. ¡Oy, qué ramaje de flores de colores! Todos están vestidos con vestiduras de todos los colores. ¡Ay! ¡Ay, qué grandeza! ¡Ay, ay, ay...!"
Tina 13
🙏 🤗 😇