O con Bergoglio o con la Iglesia Católica y las Sagradas Escrituras. No hay intermedio posible.

Catecismo 2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

El origen de la idea de Prelatura es irrelevante, lo importante es que el Santo polaco la creó, sabiendo y consintiendo con la solución de extraer al Opus Dei de la órbita del obispo del lugar -problema grave presente ante mayoría de obispos opuestos a la Obra- dándole al OD la protección especial del Papa.
Lo contrario que hace Bergoglio ahora: aprueba que el OD esté sujeto al obispo de lugar.
Lo que no sabían y no se enteran aún en el OD es que perderían la protección del Papa, porque en este momento no hay Papa, sino un usurpador de la sede de Pedro.

Este obispo es oposición controlada y funcional a Bergoglio. Muy pocos tradicionalistas reconocen lo que es Bergoglio: un falso papa. Lo tienen como su papa, aunque vean sus herejías, y las resistan. Pero siguen comulgando con él, lo siguen teniendo como su papa. Y esto es monstruoso en un católico tradicionalista.

O se acepta que la sede de Pedro está vacante desde la muerte del verdadero Papa, Benedicto XVI, o se está con el falso ocupante.

O se obra el magisterio de la Iglesia en lo concerniente a los herejes o se obra el nuevo magisterio que enseña Bergoglio. Pero no se pueden estar en los dos bandos. O con Cristo o contra Cristo.

La Iglesia Católica no existe más visible. Desde el 31 de diciembre la Sede de Pedro está vacante sin el Katejón que retiene la manifestación abierta de la religión bergogliana.
Lo curioso es ver el volumen de la enormidad de gente que como Magister sucumben al poder el engaño del cual nos advierte San Pablo.
La penetración de la religión bergogliana en la Iglesia Católica tiene una extensión considerable. Se entiende bien ahora la decisión de Benedicto XVI de colocarse en Sede impedida ante la falta manifiesta de fe católica de la Jerarquía apostando a un farsante y payaso como Bergoglio.

La excelente opción ejecutada por San Juan Pablo II de sustraer al Opus Dei de los obispos creando una Prelatura personal que dependa del Papa, en el entendido de que el Papa los contemplará, Bergoglio la revierte bajando la línea de que el Opus Dei se someta al obispo del lugar.

Este enfoque bergogliano sobre Torreciudad crea antecedente en la dilución anunciada para el Opus Dei, que sufre ante Bergoglio del síndrome de Estocolmo.

En el circo de la religión bergogliana aparece en escena el besador Fernández diciendo que la teología (anti) católica no creció debido a VS y a los controles del santo polaco. Esto es verdad.

Sin embargo, confunde la teología católica con herejías manifiestas como las del Capitulo 8 de AL que Bergoglio (un incapaz que no pudo terminar un doctorado) ni el Besador han podido dar cuenta y razón de ser ante las claras dubia formuladas por 4 Cardenales que no han sido recibidos, algo insólito en la Iglesia, ni han sido respondidas porque está en las antípodas del catolicismo esa mugre de AL cap 8: comunión de los adúlteros, auto darse de alta en confesión y falta de respeto a la eucaristía promoviendo la comunión en pecado mortal.

Allí en las dubia que enfrentan la mentira truchogliana a la verdad católica podrían haber desarrollado el dialogo que hubiese dado lugar al crecimiento a la teología moral pero ni Bergoglio ni el besador admiten discusión alguna. No tienen la fuerza de la razón ni la asistencia del Espíritu Santo. Para mantenerse católico hay que estar lejos del team Bergoglio, una oda a la disolución de la fe y moral.

En cuanto a la viñeta, adviertan que Ladaria tiene buen nivel teólogico, lo no que posee el besador Fernández, pero obviamente su actuación depende de quien lo dirija.

Bergoglio lo despidió -con un engaño y traición- lamentando la condena católica de la CDF de Ladaria a la bendición de las uniones homosexuales. Tiró Bergoglio la piedra y escondió la mano. A Ladaria -como a tantos- Bergoglio lo trató como un preservativo: use y tire.

Floja entrevista de un medio afín al team Bergoglio.

Por ejemplo una pregunta relevante e importante al Besador Fernández hubiera sido si su insistencia en el diálogo teólogico incluye la propuesta de que Bergoglio reciba a los Cardenales de las dubia que han pedido audiencia precisamente para dialogar teólogicamente sobre el matrimonio, divorcio, confesión y recepción de la eucarístía en AL y su incongruencia con el Magisterio perenne de la Iglesia.

Lamentablemente en una actitud despreciable y única en la historia de la Iglesia Universal, Bergoglio no ha recibido a sus hermanos en el Cardenalato para dialogar.

El team Bergoglio se caracteriza por lo incoherencia entre su decir y su hacer. Lo que decía Jesucristo sobre los fariseos.

Juan XXIII fue elegido Papa válidamente en cónclave asistido por el Espíritu Santo. No usurpó nada a nadie y menos a una abstracción genérica llamada “los católicos” ya que ellos no tienen el primado sobre la Iglesia Universal, el cual fue entregado por Jesucristo a una persona, el bienaventurado Pedro.

Además usted padece de confusión de fechas en su fantasiosa “herejía” ya que el sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II comenzó en 1962 y no en 1958. Y naturalmente su “evidencia” confusa no contiene ninguna herejía alguna.
La sede está vacante desde el 31 de diciembre de 2022 al morir el último Papa católico.