LA EXCELSA DEVOCIÓN A JESÚS SACRAMENTADO. LA MEJOR DE TODAS LAS DEVOCIONES Como un sol entre cocuyos descuella entre todas las devociones, la Devoción a Nuestro Señor Sacramentado. ¡Qué comparación …Más
LA EXCELSA DEVOCIÓN A JESÚS SACRAMENTADO.
LA MEJOR DE TODAS LAS DEVOCIONES
Como un sol entre cocuyos descuella entre todas las devociones, la Devoción a Nuestro Señor Sacramentado.
¡Qué comparación puede haber entre una imagen cualquiera por muy hermosa y milagrosa que pueda ser, con la Forma Consagrada, que No es Imagen, ni la Figura ni el Símbolo, ni la Representación de Nuestro Señor Jesucristo, sino Él mismo, VIVO Y GLORIOSO COMO ESTÁ EN EL CIELO!
Lo que santifica nuestros Templos, lo que hace que ellos sean verdaderamente LA CASA DE DIOS, es la presencia en el Sagrario, de Jesús Hostia. Quitémosle el sagrado Depósito y ¡qué vacío queda éste! ¡Qué vacíos quedan nuestros templos!
Ciertamente que veneramos a todos los Santos por el Espíritu de Dios que habita en ellos. Pero ¡qué diferencia hay entre esto y el Santísimo Sacramento del Altar!
Tomemos como nuestra devoción especial visitar a Nuestro Señor Sacramentado, sea donde está manifiesto, sea simplemente donde está oculto en el Sagrario y aprovechemos esta visita para, en su divina presencia considerar las pruebas que nos ha dado de su infinito amor, pues esto nos llevará a saber corresponder a ellas amándolo cada vez más y más, que es el único fin de nuestra vida.
Tomado de una de las tapas de los folletos E.V.C. que se encuentran en los casilleros de muchas parroquias de México
Para instalar un Casillero EVC recurra a www.evc.org.mx/casilleros.php
LA MEJOR DE TODAS LAS DEVOCIONES
Como un sol entre cocuyos descuella entre todas las devociones, la Devoción a Nuestro Señor Sacramentado.
¡Qué comparación puede haber entre una imagen cualquiera por muy hermosa y milagrosa que pueda ser, con la Forma Consagrada, que No es Imagen, ni la Figura ni el Símbolo, ni la Representación de Nuestro Señor Jesucristo, sino Él mismo, VIVO Y GLORIOSO COMO ESTÁ EN EL CIELO!
Lo que santifica nuestros Templos, lo que hace que ellos sean verdaderamente LA CASA DE DIOS, es la presencia en el Sagrario, de Jesús Hostia. Quitémosle el sagrado Depósito y ¡qué vacío queda éste! ¡Qué vacíos quedan nuestros templos!
Ciertamente que veneramos a todos los Santos por el Espíritu de Dios que habita en ellos. Pero ¡qué diferencia hay entre esto y el Santísimo Sacramento del Altar!
Tomemos como nuestra devoción especial visitar a Nuestro Señor Sacramentado, sea donde está manifiesto, sea simplemente donde está oculto en el Sagrario y aprovechemos esta visita para, en su divina presencia considerar las pruebas que nos ha dado de su infinito amor, pues esto nos llevará a saber corresponder a ellas amándolo cada vez más y más, que es el único fin de nuestra vida.
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jahfuentes
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