Después de una nevada muy fuerte en Madrid la semana pasada, el padre Toño Casado hizo un crucifijo de nieve gigante y hermoso.
Publicó fotos de obra de arte en las redes sociales, recordando al público que Cristo nació en una noche silenciosa de invierno.
Casado explica que poco a poco Cristo “se derrite ante la mirada del pueblo, porque Él ama a todos y su corazón no está hecho de hielo”. Luego, con un toque sentimental, dice que la nieve de la cruz se derretirá, “pero la nieve de Jesús siempre estará viva en nuestros ojos”.
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