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Bottega
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La Salette, "La profecía en medio de la cual estamos" La Aparición de La Salette fue aprobada por el beato papa Pío IX; El 19 de septiembre de 1851, profetiza cómo la apostasía es la manifestación …Más
La Salette, "La profecía en medio de la cual estamos"

La Aparición de La Salette fue aprobada por el beato papa Pío IX; El 19 de septiembre de 1851, profetiza cómo la apostasía es la manifestación del último Anticristo. el Secreto de La Salette es el único que tiene Imprimatur. Estos son algunos apartes: "Dado el olvido de la santa fe en Dios, cada individuo querrá guiarse por sí mismo y ser superior a sus semejantes... no se verán más que homicidios, odios, envidia, mentira y discordia sin amor por la patria y por la familia..." Los sacerdotes, por su mala vida, por sus irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. muchos conventos no son ya casa de Dios, sino pastizales de Asmodeo y de los suyos. Ha llegado el tiempo en que los prodigios más asombrosos tendrán lugar en la tierra y en los aires. Los libros malos abundarán en la tierra y los espíritus de las tinieblas extenderán por todas partes un relajamiento universal en todo lo relativo al servicio de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre la naturaleza. Habrá por todas partes prodigios extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo. Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos; todo orden y toda justicia serán pisoteados; no se verán más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia. Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios. Durante ese tiempo nacerá el Anticristo, de una religiosa hebrea, de una falsa virgen. Su padre será obispo. Al nacer vomitará blasfemias, tendrá dientes; en una palabra, será el demonio encarnado. Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo. Roma pagana desaparecerá; caerá fuego del cielo y consumirá tres ciudades, el agua y el fuego purificarán y consumirán todas las obras del orgullo de los hombres, París será quemado y Marsella engullida. Varías grandes ciudades serán sacudidas y engullidas por terremotos. Juan Pablo II al conocerla exclamó, "La profecía en medio de la cual estamos"