Sabías que las groserías que salen de tu boca podrían ser tu condena

Las malas palabras, las palabrotas, las "groserías" salidas de nuestra propia boca por enojo, venganza, revancha, reclamo, disconformidad, queja, odio, ofensa, humillación, coraje, mentira, crítica, murmuración, albur, sarcasmo, etc, están siendo anotadas y serán tomadas en cuenta el día de nuestro juicio particular.

Jesucristo: " Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres darán cuenta en el día del Juicio" (Mateo 12,36). "No salga de vuestra boca palabra dañosa, sino la que sea conveniente para edificar según la necesidad y hacer el bien a los que os escuchen. No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención."
Toda amargura, ira, cólera, gritos, maledicencia y cualquier clase de maldad, desaparezca de entre vosotros" (Efesios 4,29-31).

El remedio para deshacer estas cadenas espirituales es arrepentirse de toda mala palabra que hemos dicho en nuestra vida y ya no volver a caer en el error:

Puedes hacer la siguiente oración con todo corazón:

Padre Santo y Eterno Dios me arrepiento por todas las malas palabras, groserías, de toda mentira, crítica, murmuración, albur, de toda palabra ociosa que he pensado y dicho, que he lanzado con mi propia boca, me arrepiento Señor de toda mi maldad, de todo mal pensamiento, de toda mala acción, de toda ofensa hacia mis semejantes, me arrepiento de todos mis errores, de todos mis pecados conscientes e inconscientes que te han ofendido, reconozco que te he fallado, que te he herido, te pido tu perdón, borra toda mi maldad, borra todas mis transgresiones, te suplico borres todas mis culpas, todo mi lodo espiritual, te lo suplico humildemente oh Padre en el nombre de tu Hijo Jesucristo que murió por mí y pago todas mis deudas en la Cruz y que con su Sangre cubrió todo el castigo que por derecho a mí me correspondía pagar. Te doy gracias Padre Eterno por tu inmensa misericordia, por tu inmensa bondad. Gracias Jesús porque pagaste mi deuda con tu sangre y tu dolor, me siento indigno(a) por recibir tan grande amor por parte de tí y de mi Padre Eterno, pero ahora de repente me has hecho digno(a) por que me has cubierto con tu gran amor, con tu luz y tu gran misericordia; has desnudado mi alma con tu luz, me has confrontado con tu verdad y me ha dolido profundamente, pero ahora me siento dichoso(a) porque soy revestido(a) por este grande e infinito amor, por esta gran luz, con nuevas ropas, siendo blanqueado(a), purificado(a), embellecido(a) y exaltado(a) por este gran amor hacia mí, un amor tan grande que aún no comprendo, me has sentado junto contigo en los lugares celestiales; Jesús tu has roto mis cadenas, me has sacado de pozos de oscuridad en las que mi alma había estado encerrada por ignoracia y ceguera espiritual, Jesús tu Eres mi Señor, mi Luz y mi Salvador, Gracias te doy Jesús; Quiero Ahora seguirte Jesús, no quiero separarme de tí, no quiero volver a caer, quiero llevar tu luz y tu verdad en mi corazón, quiero estar contigo hasta el último día de mi existencia, sabiendo que si hoy mismo muero, no tendré miedo alguno, pues me recibirás con tu grande Amor. Cuida mi camino Jesús. Gracias Jesús, Gracias Padre Santo, Gracias Espíritu Santo. Amén...
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las malas palabras.
que sucede cuando las decimos y como las decimosMás
las malas palabras.

que sucede cuando las decimos y como las decimos
ANNA LU
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