Angelus: Francisco pronuncia un juicio sobre él mismo

Las palabras de Francisco en su Ángelus del 18 de julio sonaron a parodia cuando se confrontan con su despiadado Motu Proprio Traditionis Custodes, publicado dos días antes, con el que intenta “prohibir” el Rito Romano.

“Jesús invita con ternura”, dijo Francisco, mientras que personalmente no se apoya en la “ternura”, sino en la tiranía y la crueldad, hasta el punto de que su mandato puede llamarse la era Stalin de la Iglesia católica.

Francisco evocó la “compasión”, añadiendo que “el estilo de Dios es la cercanía, la compasión y la ternura”. Cada vez que repite estas palabras de moda pone un espejo frente a sí mismo que refleja no la “compasión” (etc.), sino la “insensibilidad”, el “distanciamiento” y la “dureza”.

Se juzgó a sí mismo al alabar a un corazón “capaz de conmoverse”, de “no quedarse atrapado en sí mismo ni en las cosas que hacer”, de “fijarse en los demás, en sus heridas, en sus necesidades”. Con Traditionis Custodes, Francisco demuestra que es incapaz de nada de esto. Sus palabras son tácticas baratas de distracción.

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