Arzobispo de México da "anunciación" de duras medidas económicas contra presbiterio en plena contingencia por coronavirus Cardenal Aguiar Retes da tiro de gracia a parroquias...

Cardenal Aguiar Retes da tiro de gracia a parroquias
Cardenal Aguiar Retes da tiro de gracia a parroquias

*Un documento de la economía arquidiocesana recientemente liberado no perdona a párrocos de aportaciones y cuotas para el arzobispado. O pagan o pagan.

*Presbiterio enardecido. “El arzobispo nos trata como indigentes”.

*“Nadie está obligado a dar aportaciones, debemos cuidar a nuestros trabajadores”, señalan.

*“¿Me piden pagar lo que no tengo? Están fuera de la realidad…” afirman.

*No se debe despedir a empleados parroquiales, la ley obliga a dar una indemnización ante contingencias, concluye especialista.

Mientras empresarios de todas las ramas comienzan a resentir la crisis económica por el coronavirus, surgen peticiones a las autoridades hacendarias sobre el impulso de medidas de emergencia como la suspensión o prórroga del pago de impuestos además de formular planes para revitalizar el empleo y garantizar los salarios de quienes están en riesgo de perder su trabajo a causa de la baja en la economía.

Uno de los ramos más afectados serán las parroquias de las diversas diócesis del país que, tras la suspensión de culto y la dispensa de sacramentos, serán golpeadas y difícilmente podrán recuperarse no por lo menos en los siguientes seis meses pasada la contingencia.

Parroquias no sólo deben cumplir con las obligaciones fiscales; una soga que les está ahorcando hasta la asfixia son las medidas que se imponen arbitrariamente a pesar de la realidad que está aniquilando las maltrechas economías de las comunidades.

Tal es el caso de la arquidiócesis primada de México. Ya desde el año pasado, el arzobispo Carlos Aguiar Retes impuso un desmedido y mezquino plan que, para la mayoría de las comunidades, es casi imposible de resolver. Aguiar y su equipo de asuntos económicos, entre los que destaca fundamentalmente el oscuro Eduardo Pisa, delegado de su eminencia para la administración de la arquidiócesis, tienen encima esta contingencia sanitaria que tendrán efectos nefastos: la virtual quiebra de las parroquias, la imposibilidad del pago de cuotas y la cascada de despidos de trabajadores parroquiales sin liquidación alguna.

A medida que aprieta el coronavirus, lo hace también Aguiar Retes quien prácticamente exprime hasta el último peso de cientos de sacerdotes de la arquidiócesis. Y es que este miércoles 25 de marzo, el arzobispo dio la anunciaciónde duras medidas económicas que han levantado el descontento sacerdotal.

Si antes del coronavirus, las impopulares medidas de la Actualización del Decreto de fecha 1º de noviembre de 1996 sobre la Reordenación Económica de las Diversas Estructuras de Nuestra Iglesia Particular del 2 de diciembre de 2019, habían puesto en pie de lucha al presbiterio, hoy una circular firmada por el equipo económico de Aguiar Retes enardece y ofende a los sacerdotes quienes esperaban solidaridad y apoyo de su pastor.

Hernández y Monroy. Cueste lo que cueste.
Hernández y Monroy. Cueste lo que cueste.

En el documento, avalado por el cardenal Carlos Aguiar Retes, en comunión con sus obispos auxiliares y habiendo escuchado el consejo de los sacerdotes que colaboramos en la economía, los padres Efraín Hernández , Rafael Quiñones y Luis Monroy y de su delegado para la administración de bienes eclesiásticos, Eduardo Pisa Sámano, las medidas buscan que los obligados cumplan “en conciencia” con las aportaciones desde marzo y “hasta que dure la contingencia” conforme a sus posibilidades, es decir, la cuota que les fue impuesta por esa oficina manipulada por Eduardo Pisa Sámano.

Y si no fuera suficiente con la entrega de cuotas de marzo y subsecuentes, Aguiar Retes y sus colaboradores invitan amablemente al cleroa cumplir con el pago del diezmo y pagar las aportaciones de enero y febrero. Sin mayores detalles para decir cuáles serán las potenciales fuentes, la oficina de asuntos económicos de Aguiar, afirma, trabajará en la adquisición de donativos extraordinarios que permitan afrontar compromisos prioritarios como son la atención médica de los sacerdotes y de los servicios médicos de Fratesa para todo el presbiterio, situación que permanece irregular y opaca, de la cual con certeza nadie sabe cuáles son los beneficios, protección y cobertura para los sacerdotes en el caso de que, por ejemplo, alguien se vea perjudicado por el virus.

Las cosas no terminan aquí. Se asesta un golpe mortal de guillotina cuando exigen de los párrocos el cumplimiento de las obligaciones fiscales pase lo que pase. “Recordamos la importancia de cumplir con nuestras obligaciones fiscales y laborales” cuando los empleos de muchas personas están en riesgo por el cierre de parroquias. Los obligados no se salvarán de declarar la retención del Impuesto sobre la Renta, el pago de cuotas patronales y del impuesto sobre la nómina y el colmo es que la misma arquidiócesis presta el arma suicida para que los curas se acojan a los servicios de contabilidad arquidiocesanos.

Eduardo Pisa. Candil de la calle...
Eduardo Pisa. Candil de la calle...

Destacan dos puntos que, sin duda, son los que han generado mayor indignación y por los que los presbíteros se sienten ofendidos. A cambio de todas sus ganancias, la curia ofrece armar despensas básicas quincenales, a las que llaman de manera eufemística como “apoyo alimenticio” para todos los templos y se quiere esquilmar, desde luego, a los fieles para entregar directamente su colecta y donativos a la cuenta de la arquidiócesis primada sin que pase por las manos de las parroquias ahora más necesitadas de recursos y donativos de los fieles para salir adelante.

PRESBITERIO: “NOS TRATAN COMO INDIGENTES”

Consultados por este medio, algunos sacerdotes manifestaron su plena indignación. Prefiriendo el anonimato, no ocultaron su decepción al conocer este documento:

-“El arzobispo nos trata como indigentes. ¿No ve la situación? No sólo nos ofenden con una despensita como si esto se tratara de situación de hambre. Aguiar no está viendo la tremenda crisis de la arquidiócesis. He tenido que cumplir con el pago de los salarios para mis empleados, pero no sé cómo le haré para sacar sus siguientes quincenas. Yo, por ejemplo, no he recibido mi salario… y ¿todavía nos pide el pago de las aportaciones? ¿Quién me pagará a mí?”

Tajante, otro ministro dijo:

-“Mi último recurso fue usar el diezmo para afrontar esta situación. ¿De dónde iba a sacar para pagar a mis empleados? ¿Los debo despedir así, sin más cosa? No me quedó de otra. El escenario es muy complicado y ¿ahora me piden pagar lo que no tengo? Están fuera de la realidad… Y según quieren ayudar a las parroquias en estado urgente de necesidad. ¿No lo ven? La urgencia está en toda la arquidiócesis”.

Un tercer presbítero consultado llamó a medidas más radicales ante este asunto:

-“Resulta profundamente ofensivo e insensible porque no es posible que en esta contingencia el arzobispo y su equipo no estén pensando más que en el dinero cuando las prioridades pastorales y humanitarias son otras. Nos ven como a menesterosos y la actitud es esquizofrénica, lo que deberían hacer es devolver a los párrocos las cuotas de estos últimos tres meses para paliar la situación y no despedir al personal de las parroquias, pero queda claro que no les interesa ni los sacerdotes ni los fieles”.

Y abunda,  

-“Todo mundo lo sabe. Al llegar, Carlos Aguiar recibió una economía ajustada, pero sana y ahora está en quiebra, lo que le hace poner sus sucias manos en la Basílica de Guadalupe. Los párrocos tenemos serios problemas, pero esto no nos debe distraer y estar atentos para que no empiece a vender los pocos bienes que tiene la arquidiócesis porque todo apunta a que su rapacidad se dirige allá. En esta situación, moralmente hablando, no estamos obligados a aportar cuotas sino a preservar el empleo de nuestro personal.  No podemos aportar más hasta que pase la contingencia, pero esto no es el fin, las cuotas deben adecuarse de forma realista a la nueva situación económica que quedará muy dañada”.

Medidas. "Nos tratan como indigentes"
Medidas. "Nos tratan como indigentes"

EL DECRETO ECONÓMICO DE APORTACIONES ES NULO EN TIEMPOS DE EMERGENCIA: ESPECIALISTA

De igual manera, este medio consultó a un especialista en contabilidad y asuntos fiscales quien, prácticamente, liquidó el documento el cual tendría una mezquina salida para correr a decenas de empleados que sirven a las parroquias.

En entrevista afirma:

“Este documento viene a desestabilizar en un momento de urgencia. Es muy desafortunado. Otras diócesis de México, como Xochimilco, Texcoco o Querétaro, se han puesto de lado del presbiterio y buscan las formas para ayudar y apoyar las maltrechas economías parroquiales y buscar formas para cumplir con los impuestos sin desangrarlos. En cambio, Aguiar Retes asesta un golpe del cual será muy difícil levantarse… Es mortal”.

-Parece que el arzobispo Aguiar y su equipo económico no le perdonan nada a nadie, incluso pagar las aportaciones de estos meses de contingencia…

“El Código de Derecho Canónico dice que el obispo debe imponer tributos o cuotas moderadas a las personas jurídicas sometidas a su jurisdicción y proporcionadas a sus ingresos. Estos lineamientos tienen un defecto. Apelan a un decreto, el de diciembre de 2019, para la entrega de aportaciones. Esto no puede ser así. Nunca vieron que estamos en una situación de emergencia que ha alterado la recolección de donativos, limosnas y colectas. El decreto del arzobispo nunca hizo previsión de esta delicada situación. Por eso no se podría aplicar y esto haría nulo el decreto, no se puede obligar a nadie a pagar conforme un decreto que es inaplicable en una emergencia. Nadie está obligado a lo imposible. Lo repito, es nulo y nadie está obligado a pagar”.

Trabajadores. En riesgo.
Trabajadores. En riesgo.

-¿Qué hay con los trabajadores parroquiales?

“Este es un problema del que nadie habla. Aquí hay muchas familias que dependen del trabajo de cantores, sacristanes, secretarias, cocineras y otros empleados que ahora están parados. No hay nadie quien los defienda. Pero aquí hay otro panorama que el arzobispo busca ocultar y del cual el coronavirus sería su milagro perfecto. Ese documento obligaría a los párrocos a despedir a los trabajadores para irse prácticamente con una mano adelante y la otra, atrás. Aguiar conseguiría lo que ha querido. Imponer empleados a los párrocos que serían pagados con un bajísimo salario, una especie de contratación outsourcing que está causando muchas controversias.

-Entonces los empleados no pueden ser despedidos…

De ninguna forma. Y menos en este tiempo de emergencia. El artículo 429 de la Ley Federal de Trabajo determina que un empleado o trabajador debería recibir un día de salario mínimo de parte del patrón en caso de una suspensión obligada de actividades productivas por emergencias, como esta del virus, sin exceder un mes. No es un sueldo, se trata de una indemnización y la contingencia obliga a los patrones a conservar los empleos, no a despedir. El arzobispo y su equipo económico estaría en serios problemas legales si insisten en esto.

-En conclusión, ¿qué se puede decir de este último documento?

Es de un cinismo sin parangones…. Dar despensas básicas quincenales y exprimir a los fieles poniendo una cuenta del arzobispado. No es caritativo ni cristiano. Se burla de la doctrina social cristiana y es ilegal conforme a la Ley Federal del Trabajo. En pocas palabras, Carlos Aguiar quiere poner la pistola en la sien de los párrocos para que ellos jalen el gatillo y se den a sí mismos el tiro de gracia, así de dramático.

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