Un científico en EEUU cree que la estrategia de la cuarentena en la pandemia de coronavirus es la equivocada

Knut Wittkowski, quien durante 20 años fue jefe de bioestadística y epidemiología en la Universidad Rockefeller, considera que se debe abrir la economía y enfocarse en proteger a los ancianos

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Un oficial del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) con mascarilla observa cómo las personas se reúnen en el Sheep Meadow en Central Park durante el brote de COVID-19 en Manhattan, Nueva York. 15 de mayo de 2020. REUTERS/Andrew Kelly/File Photo
Un oficial del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD) con mascarilla observa cómo las personas se reúnen en el Sheep Meadow en Central Park durante el brote de COVID-19 en Manhattan, Nueva York. 15 de mayo de 2020. REUTERS/Andrew Kelly/File Photo

Los gobiernos del mundo han tomando medidas similares para evitar la propagación del COVID-19, que ya ha causado más 300 mil muertes en el mundo. La cuarentena o el confinamiento ha sido el principal instrumento en distintos países para enfrentar la pandemia, una acción que es apoyada por un gran número de prestigiosos expertos a nivel mundial. Sin embargo, no todos están de acuerdo en cómo se afronta esta emergencia sanitaria, Knut Wittkowski quien durante 20 años fue jefe de bioestadística y epidemiología en la Universidad Rockefeller, tiene dudas sobre la efectividad de estas medidas.

En cuanto al avance de la pandemia, Wittkowski afirma que ya se acabó en China y Corea del Sur. Y que ha disminuido en la mayor parte de Europa y en el Reino Unido. “En todas partes de Europa el número de casos está disminuyendo sustancialmente”, dijo el académico en una entrevista con Spiked.

Wittkowski cree que, cuando los brotes de coronavirus empezaron a ocurrir en distintas partes del mundo, había una razón para decretar las cuarentenas, y esa era para que los hospitales no colapsaran.

Pero no hay indicios de que los hospitales se hayan sobrecargado, independientemente de lo que hayamos hecho. Entonces podríamos abrirnos de nuevo y olvidar todo”, afirmó.

El académico espera que las medidas tomadas no hayan tenido demasiado impacto, ya que cree que antes de solucionar la situación la empeoró. “La intervención consistió en aplanar la curva. Eso significa que habría el mismo número de casos, pero se extenderían por un período de tiempo más largo, porque de lo contrario los hospitales no tendrían suficiente capacidad".

Paramédicos llevan a un paciente desde fuera del Centro Médico Maimonides en Brooklyn durante el brote de coronavirus en la ciudad de Nueva York. 13 de mayo de 2020.  REUTERS/Mike Segar
Paramédicos llevan a un paciente desde fuera del Centro Médico Maimonides en Brooklyn durante el brote de coronavirus en la ciudad de Nueva York. 13 de mayo de 2020. REUTERS/Mike Segar

Ahora sabemos que los niños y los adultos jóvenes no terminan en los hospitales. Solo los ancianos y quienes padecen enfermedades. Por lo tanto, se debe proteger a los ancianos. El enfoque ideal sería simplemente cerrar la puerta de los hogares de ancianos y mantener al personal y a los ancianos encerrados durante un cierto período de tiempo, y pagarle al personal horas extras para que permanezcan allí durante 24 horas al día”, agregó.

Wittkowski considera que el confinamiento, que busca al aplanamiento de la curva y la prolongación de la epidemia, dificulta la protección de los ancianos que están en riesgo. Afirma que con esta medida se presentan más muertes de personas mayores.

El académico cree que el encierro puede genera un amento en los suicidios y la violencia doméstica. “Luego tenemos personas que están demasiado asustadas para ir a los hospitales por otros problemas como derrames cerebrales o ataques cardíacos. Por lo tanto, las personas se mantienen alejadas de los hospitales debido al temor coronavirus. Y luego mueren”, dijo.

Sobre la polémica inmunidad del rebaño, el académico considera que todos los estudios que se han realizado han demostrado que al menos el 25 por ciento de la población es inmune. “Si el 25 por ciento de la población ya es inmune, estamos llegando rápidamente al 50 por ciento que necesitamos para tener lo que se llama inmunidad colectiva. De hecho, llegaremos un poco más alto que eso. Por lo tanto, hemos aplanado lo que de otro modo habría sido un pico, y si ahora lo dejamos correr, incluso si el número de casos aumentara un poco, no sería tan alto como lo era, porque ya tenemos suficientes personas inmunes en el población. Por lo tanto, no se propagará tan rápido como podría haberse propagado al principio”.

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Wittkowski también tiene otra posturas controvertidas con respecto a sus colegas. Por ejemplo, cree que el anuncio de un segundo pico de contagios es un invento para justificar las políticas que los gobiernos temen revertir. Y además, crítica a Neil Ferguson, el epidemiólogo británico cuyo modelo ayudó a dar forma a la estrategia de la cuarentena.

“Digamos que la epidemia tiene una tasa de reproducción básica de alrededor de dos. Eventualmente, el 80 por ciento de la población será inmune, porque han sido infectados en algún momento. El ochenta por ciento de la población británica sería algo así como 50 millones. El uno por ciento de ellos muriendo es 500,000. De ahí proviene el número de Ferguson”, dijo.

“Pero sabíamos desde el principio que ni en Wuhan ni en Corea del Sur murió el uno por ciento de todas las personas infectadas. Corea del Sur tiene 60 millones de personas. Tiene aproximadamente el mismo tamaño que el Reino Unido. ¿Cuántas muertes hubo en Corea del Sur? ¿Se cerraron? No. El gobierno de Corea del Sur estaba extremadamente orgulloso de haber resistido la presión de abandonar los conceptos muy básicos de democracia”, agregó.

Para terminar, el académico cree que los científicos suecos fueron los que tomaron las mejores decisions en el mundo con respecto a cómo enfrentar la pandemia.

“Suecia hizo lo correcto. Y tuvo que soportar muchas críticas por ello. Ahora compare Suecia y el Reino Unido. La única diferencia es que Suecia lo hizo bien. Ellos tuvieron un problema. Tuvieron un número relativamente alto de muertes en los hogares de ancianos. Decidieron mantener abierta la sociedad y olvidaron cerrar los hogares de ancianos. Sorprendentemente, los políticos reconocieron que fue un error mantener abierto los hogares de ancianos, que debieron haber sido cerrados para protegerlos. Pero cerrar las escuelas, empujar la economía contra la pared, no hay razón para ello. La única razón por la que esta tontería sigue y sigue, y la gente está inventando cosas como esta ‘segunda ola’, que nos va a obligar a cambiar la sociedad y nunca vivir de nuevo, es que los políticos tienen miedo de admitir un error", afirmó.

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