Gottlob
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Dogmática, pero no en el dogma

Editorial del número de febrero 2015 de "Radicati nella fede" (Arraigados en la fe)

Dogmática sobre lo que no es dogma , parece propiamente esta la situación de la Iglesia de las últimas décadas. Mientras se deja a los teólogos y a varios pastores correr con plena libertad dentro de la doctrina cristiana, reformulando peligrosamente las verdades de la fe para transformarlas y subvertirlas en otra cosa; mientras se da rienda suelta a un río de predicación que arriesgándose a no salvaguardar la totalidad del Credo católico, se convierte en dogmática, fijista, autoritaria en lo que por el contrario no es esencial en la Iglesia, como la organización de la pastoral en las diócesis y en las parroquias.

Hubo un tiempo, por el contrario, en la Iglesia que se preocupaba por salvar los dogmas, la verdad y la verdad contenida en el Evangelio. Hubo un tiempo, por el contrario, que se estaba preocupado en custodiar y transmitir la integridad de la moral católica, repitiendo los mandamientos y acercandolos a los fieles para que se ejercitasen en aplicarlos en lo cocreto de sus vidas.

Incluso en la disciplina, un tiempo severa en la Iglesia, era así sólo para salvaguardar la sana trasmisión de la gracia de Dios en la practica sacramental. Era severa para garantizar las condiciones para recibir con fruto los sacramentos, pero, de este modo, no se dogmatizaba en lo demás. La historia de la Iglesia es historia de libertad, de una gran libertad en el responder a la voluntad de Dios. Si pensamos en los santos, nos damos cuenta que no hay uno igual a otro; en sus vidas aparece la gran fantasía de Dios y la gran libertad del hombre en hacer el bien. Al mismo tiempo vemos, en las muy diversas vidas de los santos, una uniformidad impresionante en lo que toca a los dogmas, que es lo que ellos han creído, la importancia dada a los sacramentos, la centralidad de la Misa, la vida concebida como la participación en el sufrimiento redentor del Señor, el amor a la Iglesia, la escrupulosidad en las obras de misericordia, la creencia en la vida eterna, la importancia de la oración por los vivos y los muertos, etc. Eran, en pocas palabras, un catecismo viviente: podríamos contruir con éxito la doctrina a partir de la vida de los santos de todas las épocas de la cristiandad, y llegaríamos a reescribir siempre el mismo catecismo.

Los santos, la Iglesia, eran uniformes, más unidos en la fe y en la disciplina que se deduce razonablemente de la fe, y no en otras cosas.

Hoy, llegamos al punto de no ser más de esta manera: se controla todo lo demás, se debe uniformizar a un "estilo", que es naturalmente el de la "Iglesia moderna. Si no te uniformizas, no pertenecer más a esta Iglesia; y si no te expulsan, vives como en las sombras: saben que estás ahí, pero hacen de todo para que seas invisible. No interesa que seas un católico ferviente, que guardes toda la doctrina de la Iglesia de todos los tiempos. ¡No, a los burócratas del clericalismo moderno les preocupa que tu no estés alineado al nuevo estilo, al estilo moderno, a la Iglesia renovada!

Este es el nuevo dogma, es el super-dogma intocable, que envuelve todos los dogmas de siempre, los neutraliza y los envenena con la nueva ideología.

Los dogmas, aquellos verdaderos, son las verdades reveladas por Dios, que estamos obligados a creer por la autoridad de Dios que los revela. La Iglesia es la custodia de ellos, la grave responsabilidad de los pastores es transmitirlos para que se salven las almas.

El super-dogma de la modernidad en cambio no viene de Dios, lo han inventado los hombres. Y pretende reinterpretar todo según esta lapidaria afirmación: "La Iglesia debe de ponerse al día con los tiempos, si no quiere quedarse fuera de la historia".

Es una falsedad que viene de muy lejos; la masonería se ha convertido en la propagadora más funesta de esta falsedad en los últimos siglos; esta mentira ha estrado poco a poco en la Iglesia, hoy parece haber vencido. En el interior de este boletín se encuentra un hermoso escrito del Padre Emmanuel, donde, al hablar del misterio de la iniquidad , define la masonería "la cloaca de todas las corrupciones de la humanidad". Y el corazón de la obra masónica es esta reinterpretación global del catolicismo en clave moderna, para transformarlo en una inútil religión natural, hecha de palabras vacías de la solidaridad humana.

"La Iglesia tiene que acomodarse a los tiempos, si no quiere quedarse fuera de la historia": es una mentira, por eso no la explican nunca, sino que la imponen con violencia. No se la explica, porque si ellos lo hicieran demostrarían su herejía, demostrarían que no vine de Dios.

Desde siempre, desde los inicios, la modernidad nunca fue preocupación de la Iglesia. Su preocupación fue siempre la de ser fiel al Señor Jesús, a la Divina Revelación. Pensad en lo que escribe San Pablo en la carta a los Gálatas:

"Mas, si aun nosotros mismos, o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema! Ya lo hemos dicho y ahora lo repito: Si alguno os predica un evangelio distinto de aquel que habéis recibido, ¡sea anatema "(Gal 1,8-9).

¡Impresionante! "Si aun nosotros mismos, o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto"... San Pablo advierte a los fieles ... no sólo un ángel del cielo, sino que ni siquiera él, el gran apóstol, puede cambiar una coma a la fe , una coma a aquel evangelio que él ya había predicado. ¿Y quiénes son estos teologos- pastores modernos, quiénes se creen, para pedirnos que modifiquemos la fe reinterpretándola según el super-dogma de la modernidad ... la Iglesia tiene que adaptarse al mundo de hoy, no puede hacer más hoy lo que hacía antes?

Ah sí, tú hablas así, no se puede hacer más lo que la Iglesia hacía antes... tiene que adaptarse al mundo moderno . Pero tampoco te dicen el porqué, no te explican.
¿Por qué no podremos vivir más la Misa como antes? ¿Por qué no podremos recibir más los sacramentos como antes? ¿Por qué debemos revocar una práctica consolidada en la Iglesia durante siglos para aplicar las dudosas recetas eclesiásticas de hoy? ¿Por qué el catecismo claro y simple de la Tradición no funcionará más? ¿Por qué en las iglesias los hombres de hoy no podrán vivir más la oración como los cristianos en dos mil años? ¿Por qué debemos cambiar las reglas para acceder a los sacramentos, si éstas nacen de la verdad del Evangelio, si estas custodian el dogma?

Ellos, los clérigos modernos, dicen que tenemos que cambiar porque la hombres de hoy no entienden. Pero tampoco esto te lo explican, te dicen que es así, y que no se discute.
Nos parece por el contrario que son ellos, los clérigos modernizados, que no soportan la Iglesia, la Iglesia y su gloriosa historia de gracia y de santidad. No la soportan más, la Iglesia de siempre, porque han perdido las razones de la Iglesia, y por no salir de ella han trabajado para cambiarla con el dogma de la modernidad. La han cambiado en verdad donde han podido, hasta desfigurarla, provocando la mayor crisis de la historia cristiana.
Pero la Iglesia es de Dios, por esto permanecemos serenos en la Tradición, esperando la hora de la liberación.

Fuente: Messainlatino
Mensajero Mariano y un usuario más enlazaron a esta publicación
Gottlob
La verdad del Evangelio se acepta por su suprema bonda sálvifica para el hombre, pero el dogma universal modernista, según el cualtodo debe evolucionar y progresar, por ser creación de la falacia del hombre se debe imponer por la violencia. Esto último se está aplicando en nuestros tiempos cada vez con mayor descaro.
Cristo-Rey-Soberano
"Nos parece por el contrario que son ellos, los clérigos modernizados, que no soportan la Iglesia, la Iglesia y su gloriosa historia de gracia y de santidad. No la soportan más, la Iglesia de siempre, porque han perdido las razones de la Iglesia, y por no salir de ella han trabajado para cambiar con el dogma de la modernidad. La han cambiado en verdad donde han podido, hasta desfigurarla, provocando …Más
"Nos parece por el contrario que son ellos, los clérigos modernizados, que no soportan la Iglesia, la Iglesia y su gloriosa historia de gracia y de santidad. No la soportan más, la Iglesia de siempre, porque han perdido las razones de la Iglesia, y por no salir de ella han trabajado para cambiar con el dogma de la modernidad. La han cambiado en verdad donde han podido, hasta desfigurarla, provocando la mayor crisis de la historia cristiana.
Pero la Iglesia es de Dios, por esto permanecemos serenos en la Tradición, esperando la hora de la liberación."