MENSAJE DE LA MADRE A ROSARIO ARENILLAS
CRUZ BLANCA, 27 de Marzo de 1988
Domingo de Ramos

Rosario:– Madre, Madre mía.
Madre:– ORAD... y aunque les parezca a ustedes que soy pesada con Mis Palabras, ésa es la única esperanza que en estos momentos tienen los hombres... es el ORAR con fuerza, lo que Yo os pido en todo momento.
ORAD... para que vuestras oraciones puedan llegar al Corazón del Padre, porque el PADRE está esperando en todo momento ESCUCHAR EL ECO DE VUESTRAS ORACIONES... de vuestras voces.
Por eso, hijitos Míos, NO CALLAR, NO CALLAR en ningún momento, porque la ORACION fortalecerá vuestra Fe, que está tan empobrecida en estos momentos en vuestros corazones.
Sentid AMOR por todos.
Sentid AMOR los unos por los otros.
Borrad el ODIO de vuestros corazones, porque el ODIO os llevará muy lejos de vuestro PADRE y no os introducirá en el Corazón del PADRE.
HOY es un día muy importante y por eso les digo: AMOR, AMOR.
Basta ya de tanto ODIO.
En este día tan importante os pido AMOR, con todo Mi Corazón.
Quiero que el eco de vuestras oraciones, haga sentirse emocionado el Corazón del Padre.
Rosario:– Madre, Madre... Madre mía.
Madre:– El hombre ha olvidado lo más importante... el hombre cada día está más vacío de Mi Hijo y de Mí.
El hombre cada día borra Mi Nombre de su mente... pero no se da cuenta el hombre de que SIN MI HIJO Y SIN MÍ, no será nada.
Desgraciadamente los hombres se están deteniendo en aquello que no puede llegar a Mí.
Lo más importante es AMAR AL PROJIMO, como a vuestras carnes.
Amaos todos, todos, en este día, todos, de la misma manera que Mi Hijo os ama a todos.
Haceros pequeños espiritualmente todos.
¿Qué prisa tenéis por crecer... y llenaros de ODIO?
Siendo pequeños, sois mucho más importantes.
Cuando el alma está BLANCA por la gracia, está más cerca de Mí, hijitos Míos.
Cuando un hombre se siente solamente hombre, ya no piensa en la salvación de su alma... ya solamente siente los placeres de la tierra que le llevan por caminos de destrucción.
Por eso hijitos Míos, quiero que escuchen ustedes Mi Voz de AMOR.
Hijitos Míos, quiero que no olviden ustedes Mis Palabras que son muy sencillas, pero también muy profundas.
HE BAJADO A TANTOS LUGARES DE LA TIERRA Y AUN NO HE SIDO ESCUCHADA...
Qué pocos hombres Me han escuchado.
Os pido por favor, que los hombres dejen YA de PROFANAR MI NOMBRE.
YO SOY LA MADRE DE JESUS Y LA MADRE DE TODOS LOS HOMBRES.
Yo soy la Madre de Aquel HOMBRE, Jesús, a Quien solamente el hombre se atrevió a golpear, sin saber las consecuencias que podrían traer aquellos golpes.
Esos golpes producen la separación de Mi Hijo.
¿Porqué... porqué el hombre siente tanto ODIO a Mi Hijo, siendo Mi Hijo todo AMOR?
¿Porqué ese ODIO a Mi Hijo, siendo Mi Hijo un manantial de Agua Viva que viene a entregarSe a los hombres para que beban de Él, y así podáis reducir vuestros pecados?
No esperar, no esperar... hijitos Míos, que Mi Hijo tenga que volver de nuevo a introducirse entre los fariseos.
Sed justos, hijitos Míos... sed justos, pues cuesta más ser fariseo que ser justo.
Ser justo es algo muy importante.
Ser justo con los demás es ser justo consigo mismo
Cuando el hombre es justo, es que ha encontrado algo seguro... mas desgraciadamente en estos momentos el hombre está perdido.
Yo os ruego en todo momento que no perdáis el tiempo, que intentéis buscar para encontrar.
TODOS UNIDOS LLEGAREIS A MI HIJO, hijitos Míos.
Por favor dejad ya de golpearLe... aunque Yo sé que Él no os devolverá los mismos golpes.
Todos cuantos golpes deis sobre Él... Él los devolverá hechos AMOR, para que el hombre pueda aprender a AMAR Y A PERDONAR.
El hombre no sabe recompensar las cosas, solamente sabe ODIAR.
Sois para Mí como una flor maravillosa que nunca puede morir en Mi presencia.
Por eso os invito a que vengáis a Mi presencia, y así nunca encontrareis la muerte, siempre encontrarais la vida.
Y ahora os bendigo a todos.
Os bendigo hijitos Míos para demostraros que vosotros Me pertenecéis a Mí.
(En este momento aparece el Señor)
Rosario:– Padre... Padre mío cómo pudiste recibir tantos golpes, Padre mío.
(Rosario lanza varios suspiros de dolor viendo al Señor maltratado y golpeado)
¡Ah!... Padre mío, ayúdame Señor... vuélveTe para mirarme, Padre mío! ¡ah!...
Quiero Padre mío, sentir Tu dolor, ahora que estamos aquí los dos solos.
Yo quiero sentir tu dolor para el perdón de mis pecados, porque algún día puedo mancharte con mis pecados, Padre mío...
Señor:– Hijos de la Luz... hijos de la Luz, extended las manos para que ningún hermano vuestro pueda quedar perdido en las tinieblas.
Es tan grande la obscuridad y las tinieblas que os amenazan... que Yo no quisiera que ninguno de vosotros quedara perdido en esas grandes tinieblas.
Las puertas de la Luz... las puertas de la Luz las encontrareis con la Fe, la Humildad, el Amor y el Perdón.
Y ahora Mi Bendición es para todos: En el Nombre del Padre, en el Mío y del Espíritu Santo.
Es muy grande el dolor que siento en Mi Corazón producido por los hombres, pero NO SIENTO ODIO, SOLAMENTE SIENTO AMOR POR VOSOTROS TODOS.
Lo único que quiero contagiaros, es AMOR, y no, ODIO.
Rosario:– Padre mío... adiós, Padre, Padre...