
Sin embargo, él “nunca, nunca pensó que sería una película tecnicolor tal como se comprobó” y no sabía “que había tanta criminalidad involucrada”.
Pell descubrió cientos de millones de dólares “escondidos en cuentas secciones particulares” que “no aparecían en los balances”. Esto se refiere principalmente a los activos internos de la Secretaría de Estado que administraba en ese momento el arzobispo Becciu.
Pell no está seguro si hubo un vínculo entre su trabajo en el Vaticano y su injusto juicio en Australia: “Vamos a averiguar si lo hay o no lo hay. Ciertamente la fiesta no terminó”.
Su propia familia le dijo que “si la mafia te persigue o alguien más te persigue, eso es una cosa”, pero “es un poco peor si proviene del interior de la Iglesia”.
Imagen: George Pell, © Mazur, CC BY-NC-SA, #newsQifgorihpj