Francisco, arrepentido, admite sus faltas

Él llama a esto “la tentación de los nuevos fundamentalistas [del clima y de la izquierda], de aquéllos a los que les parece que el camino hacia adelante da miedo y no van hacia adelante sino hacia atrás [hacia el eco-romanticismo] porque se sienten más seguros [en su ideología de 1968]”.
Francisco calificó a estas personas como un “pequeño grupo”, lo cual es cierto porque se están extinguiendo. “Viven 'como entonces' [en los años 60], se alejan del Espíritu [Santo]”, subrayó.
Un Francisco evidentemente arrepentido admitió que “a veces, quienes se acercan a la Iglesia [políticamente correcta] reciben la impresión de que se encuentran con una densa masa de normas y reglamentos: pero no, ¡esto no es la Iglesia!”.
Francisco dijo que la fe “no puede ser captada sobre la base de tantos mandamientos o de una visión moral [casuística] desarrollada en muchos estratos [por ejemplo, Amoris Laetitia] que puede hacernos olvidar la fecundidad original del amor alimentado por la oración [como se expresa en el Rito Romano]”.
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