Presentación del Señor.

En el Misterio de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén, llegó la Luz al mundo entero; la Luz que el Señor tenía preparada se desveló y brilló en la Presentación del Niño.

Meditar en este Misterio, y contemplar al Corazón de la Madre unido al Corazón del Hijo en el Templo de Jerusalén; se ofrecieron los Dos con un solo Corazón por la salvación de la humanidad. Y la Luz que lleva Su Hijo encendió Su Corazón como una Llama de Amor ardiendo por la salvación de todos los hombres. Y a través del Profeta Simeón se confirmó que el Niño era el Redentor de los hombres. Y al profetizar que la espada atravesaría Su Corazón, le reveló el Espíritu Santo, por boca de Simeón, que era la Corredentora de este Niño Redentor.

En este Misterio de la Presentación, es el Misterio del nombramiento de Vuestra Madre como Corredentora. La Llama de Amor de Su Corazón que descenderá a toda la humanidad para transformarlos y purificarlos para el Reino de Su Hijo; es un prenda de gracias de Su Corredención.

Pero ahora, como Madre Corredentora desea presentarnos a la Santísima Trinidad, en estos últimos tiempos, como las primicias de Amor de Su Inmaculado Corazón. Sólo aceptar la Palabra del Espíritu Santo en nuestras vidas y decir: “hágase en mí”, con todo el corazón a Su Hijo.