01:53
Maurice Agob, secuestrado en Siria por yihadistas: «Recé por ellos y perdoné a uno que me pidió disculpas porque Jesús me enseñó a perdonar y a amar a los enemigos» caminocatolico.com.- El 19 de …Más
Maurice Agob, secuestrado en Siria por yihadistas: «Recé por ellos y perdoné a uno que me pidió disculpas porque Jesús me enseñó a perdonar y a amar a los enemigos»

caminocatolico.com.- El 19 de octubre de 2012 Maurice Agob estaba en la tienda de bebidas alcohólicas abierta por sus hijos en Alepo, Siria. Irrumpieron tres fundamentalistas islámicos, le apuntaron con un arma y le ataron las manos. Le robaron todo lo que tenía y lo metieron en el maletero de un coche. Luego pasó dos días sin comer en una habitación abandonada junto a otros presos, esperando el destino fatal. Explica su testimonio en el vídeo de Església de Barcelona:

“Lo primero que uno siente es miedo, porque las noticias que nos llegaban decían que asesinaban a todo el que secuestraban. Tenía miedo de la muerte. Sin embargo, lo que experimenté gracias a la oración, la más larga de mi vida, fue serenidad y fe en Dios. Cuando antes del interrogatorio me abandoné en Él sentí una paz interior que me hizo superar esta dolorosa experiencia”, explica Maurice.

A Maurice lo acusaron promover el consumo de alcohol, algo prohibido para los musulmanes. En el interrogatorio les convenció de que el negocio no era suyo y de que él no era enemigo de los musulmanes. Es más, les dijo que como cristiano, rezaba por ellos. Su testimonio terminó por convencerlos y hasta conmovió a uno de sus secuestradores, quien le pidió perdón por haberlo tratado mal:

“Experimenté qué se siente al perdonar cuando uno de ellos me pidió disculpas. Le dije que lo perdonaba porque mi Señor, el Señor Jesús, me enseñó a perdonar y a amar a los enemigos. Le dije que no lo consideraba un enemigo sino un hermano y que debíamos querernos los unos a los otros para perdonarnos, caminar juntos y mejorar nuestro país juntos”, relata Maurice, que fue liberado y regresó a casa donde todos lo esperaban angustiados. Ahora vive refugiado en Bélgica junto a su familia.

Nunca habló de esta terrible experiencia hasta que fue contactado por el Comité Católico Episcopal de Alepo, un órgano que recopila historias de cristianos ejemplares.

esglesia.barcelona/es/

caminocatolico.com