32:34
Yugo
180
La Legion de SAN MIGUEL ARCANGEL. El Movimiento Legionario no es un partido, ni siquiera un movimiento “político”. Sería exacto definirlo como una organización a la vez religiosa y militar -en la …Más
La Legion de SAN MIGUEL ARCANGEL.

El Movimiento Legionario no es un partido, ni siquiera un movimiento “político”. Sería exacto definirlo como una organización a la vez religiosa y militar -en la más noble acepción de estas palabras- que procura la transformación revolucionaria, o el reemplazo total de una sociedad en crisis mediante la instauración de un orden nuevo. No mediante un mero cambio de estructuras externas (sociales, políticas o económicas), sino a través de la interior conversión de sus militantes, por un estilo de vida que ha de configurar el hombre nuevo. No en el sentido utópico del marxismo sino dentro de la concepción cristiana. Este hombre nuevo nacerá del trabajo, del sufrimiento y del sacrificio.
“La piedra angular de la que parte la Legión es, no el programa político, sino el hombre; la reforma del hombre, no la reforma de los programas políticos. La Legión del Arcángel San Miguel será, por consiguiente, más una escuela y un ejército que un partido político.”
“De esta escuela legionaria saldrá un hombre nuevo, un hombre con las cualidades de héroe, un gigante de nuestra historia, que sepa combatir y vencer a todos los enemigos de nuestra Patria. Y su lucha y su victoria deberán extenderse aún más allá, sobre los enemigos invisibles, sobre las fuerzas del mal.”
El mal no se agota en las formas externas de un sistema político falso o injusto: está en el interior del hombre y tiene raíces en el orden sobrehumano del espíritu. Por ello sólo tiene sentido una lucha que abarque toda la complejidad de estos distintos aspectos.
“La característica de nuestro tiempo es que nos ocupamos de la lucha entre nosotros y otros hombres, no de la lucha entre los mandatos del Espíritu Santo y los apetitos de nuestra naturaleza terrena. Nos preocupan y nos complacen las victorias sobre los hombres, no la victoria contra el diablo y el pecado. Todos los grandes hombres del mundo de ayer y de hoy […] se han afanado especialmente por las luchas y triunfos exteriores. El Movimiento Legionario forma excepción, ocupándose también, aunque insuficientemente, de la victoria cristiana en el hombre, con vistas a su salvación. La responsabilidad de un jefe es muy grande.
Yugo
El Movimiento Legionario no es un partido, ni siquiera un movimiento “político”. Sería exacto definirlo como una organización a la vez religiosa y militar -en la más noble acepción de estas palabras- que procura la transformación revolucionaria, o el reemplazo total de una sociedad en crisis mediante la instauración de un orden nuevo.