Jorge Soley, el 18.11.19 a las 11:52 AM

Qué suerte tuve, pues he disfrutado enormemente leyendo este libro singular. No está al alcance de muchos recrear en forma de novela los años de vida oculta de Jesús y sonar a nuevo, a fresco, sorprender al lector. Y menos aún hacerlo desde una fe que no disimula y aparece de modo nada forzado.
J.C. El sueño de Dios es una novela que toma como base lo que nos explican los Evangelios de los años de vida de Jesús hasta la muerte de Juan el Bautista. Aranguren imagina, a partir de esa base, y crea un texto soberbio, complejo en su estructura, que nos envuelve jugando con diferentes planos temporales, delicado en su estilo, a veces osado, a veces abriendo puertas para que el lector imagine, y siempre respetuoso, más aún, fascinado ante la enormidad misteriosa de un Dios que se hace hombre por amor.

Algunos aspectos que creo importante destacar: el modo en que está tratado el cautiverio del Bautista es estremecedor y muy bello a un tiempo. El trasfondo que recorre el libro y que nos muestra la visión que Satanás tiene de la historia de la salvación, desde su Non Serviam inicial hasta las tentaciones en el desierto, es de los elementos más logrados, alcanzando momentos sencillamente sublimes. El encuentro de un joven Jesús con Lázaro, Marta y María tampoco tiene desperdicio. Por último, la persona de San José y, en especial, su muerte y su posterior tarea como abogado de la buena muerte, no solo es bella, sino esperanzadora.
Al acabar este libro una idea vino a mi mente: cómo me hubiera gustado ser capaz de escribir un libro así, tan intenso, sin decaer nunca, que toma un tema que podría haber convertido en una sucesión de tópicos o en un exceso de sentimentalismo cursi y nos deja una narración preciosa y emocionante, sin concesiones, que supura verdad y que nos deja unas imágenes que ya no se borrarán de nuestra memoria y que nos hacen amar más a Jesús, María y José.
Creo que estamos ante una obra de ambición sin par que sale airosa del reto que aborda. Una obra que hay que leer y hacer leer y que no puede no sacudir el alma de quien se sumerja en sus páginas.