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Mecachis en el consenso

Mecachis en el consenso

Jorge, el 16.04.21 a las 11:05 AM

Hay palabras que se convierten en mantras. Es como si alguien de repente hubiese regalado sobres con media docena de ellas y pobre de ti si no las utilizas a diestro y, sobre todo, siniestro. Por ejemplo, consenso, diálogo, crispación, entendimiento, unión, fraternidad, comunión. Da igual políticos que eclesiásticos. Todos con el mismo sobre en la mano y en el cerebro.

Creo que apostar sin más por el consenso y el entendimiento no es más que dejación de funciones, cobardía y ganas de no complicarnos la vida.

Nosotros, los católicos, no estamos para llevarnos bien, tender puentes de diálogo como sea, suavizar conflictos o evitar confrontaciones. El que así piense hace tiempo que no ha repasado las Escrituras, aunque solo sea el evangelio, que si algo recuerda constantemente es que la Verdad supone conflicto, lucha, rupturas incluso familiares y la persecución hasta el martirio.

Estamos para proclamar la Verdad, la de Cristo
, por activa, pasiva, perifrástica, enunciativa, imperativa, exclamativa y desiderativa, que nunca dubitativa ni consensuativa. Estamos para eso. Y sabemos que si se hace bien produce conversiones abundantes y genera conflictos hasta el derramamiento de sangre.

Don Juan Antonio Reig Pla,
por ejemplo, y cerca lo tenemos, es más bien de poco consenso y meridiana claridad. Tiene la curiosa costumbre no de decir lo que piensa de manera particular, eso no, sino de recordar, ya ven qué cosas, lo que es la doctrina de la Iglesia y, para colmo de asombro, aplicarla a las cosas de hoy mismo. Tal vez tenga especialmente presente en su corazón y en su cabeza eso de la lectura del libro de los Hechos de ayer mismo: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” y fiel a ello no descansa en el anuncio del evangelio mientras recibe palo tras palo por lo civil y mayoritario silencio, soy generoso, por lo eclesiástico.

Ni los tiempos de antes, ni especialmente los de ahora, son tiempos para el pasteleo ni para afirmar que aquí lo importante es no crispar. Tenemos una ley del aborto que mata cien mil niños al año en España, una de eutanasia que legaliza la muerte a los más débiles: enfermos terminales, ancianos, dementes… Nos amenazan con una educación sexual para nuestros niños que es del todo horripilante. No se puede hablar de Dios o de la Iglesia sin que te sacudan en todo el colodrillo. Con la cosa de las inmatriculaciones pretenden despojarnos de todo.

No es tiempo de consensos sino de anuncio valiente del evangelio y clara reivindicación de los derechos más elementales e innegociables como son el derecho a la libertad religiosa, el derecho a la vida, el derecho a una vida digna en lo material. Sin consensos. Guante de seda siempre, pero puño de hierro en el interior.

Nunca he recibido el sobre con las palabritas mágicas. O si lo he recibido Socio dio buena cuenta de él en alguno de sus juegos. Si me llegó siendo niño, y lo guardo con mimo, otro con una sola palabra, toda ella en letras mayúsculas: VERDAD. Iba precedida por una cruz y en fondo rojo.

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