Principal ideólogo de Francisco: Bendecir el pecado es “pastoralmente creativo”

El Instituto fue fundado por Juan Pablo II para promover la familia, pero Francisco lo convirtió en su contrario. Bordeyne admite que “bendecir” los concubinatos homosexuales como si fuera la bendición de un matrimonio sería “demasiado”, pero insiste en que “las personas” pueden ser bendecidas de todos modos. Sin embargo, el problema comienza cuando las “personas” quieren ser bendecidas como homosexuales, adúlteros, pedófilos, racistas, etc.
Bordeyne afirma erróneamente que “una bendición nunca pretende validar un estilo de vida”. Una bendición matrimonial es exactamente eso.
“El hecho de que los homosexuales pidan a la Iglesia que los bendiga nos invita a escucharlos, a entrar en la complejidad de su historia y de su situación”, refugiándose en su poesía barata. La Iglesia bendice a todos los homosexuales después de que se hayan arrepentido y hayan hecho una buena confesión.
Bordeyne llama a su ideología “realista”, como si la ilusión del pecado fuera real.
Se queja de que “no todas las personas que no pueden casarse tienen la capacidad de vivir solas” y pregunta: “¿No tienen derecho al apoyo de la Iglesia en su camino de fe y conversión?”. La realidad es que muchas personas que “no tienen la capacidad de vivir solas” deben hacerlo. El estilo de vida homosexual es una receta para acabar en la soledad.
Bordeyne insiste en que “debemos atrevernos a ser pastoralmente creativos”, como si plegarse a la propaganda homosexual fuera un atrevimiento. La pastoral que promueve el pecado no es “creativa” sino destructiva.
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